Etapa Colonial En Bolivia
Enviado por netkerberos • 10 de Julio de 2015 • 3.358 Palabras (14 Páginas) • 474 Visitas
LITERATURA QUECHUA
CARACTERISTICAS DE LA LITERATURA QUECHUA
Características de la literatura Quechua
- Anónima - Oral: No existia autor definido. La literatura era mantenida por la tradición oral, pues no existía la escritura fonética.
- Agrarista Colectiva: La base económica del Imperio Incaico fue la agricultura. Por ello las actividades derivadas de la agricultura y la ganadería constituian la fuente de inspiración para las composiciones.
-Musicalidad y Danza: Durante las ceremonias, la coreografía era variad; ella era acompañada por la flauta, la quena, el pinkullo,la tinya, el huancar y los pututos.
- Panteísmo-Cosmogónico Religioso: El congénito panteísmo del indio se adhiere con tal fuerza a la tierra sobre la cual se mueve, que hace imposible separarlos.
- Espíritu Animista: En todos los géneros los incas dotaban de cualidades humanas a la naturaleza
- Clasista: Tenemos dos tendencias:
Literatura cortesana
La enseñanza de todas las manifestaciones literarias se daba en el yachayhuasi o yachay wasi y estaba a cargo de los amautas, maestros encargados de transmitir la cultura oficial del Imperio a las elites gobernantes.
Destacan los cantares épicos, composiciones sobre los dioses, los orígenes de los incas y las gestas de cada Inca. Nos han llegado varias versiones sobre los ciclos míticos de Wiracocha y los Hermanos Ayar, así como de la hazañas y conquistas de algunos incas como la leyenda de los pururaucas, el rapto de Yahuar Huaca, la cobardía de Urco, etc.
Literatura popular
Era transmitida por el haravicu, expresaba el sentimiento de los pueblos. Las formas líricas venían con acompañamiento musical, incluso vinculadas con la danza; el vocablo taki significa a la vez canto, música y baile. Podemos mencionar al arawi o harawi (cualquier género de canción, aunque después se convirtió en un canto amoroso), el haylli (similar al himno europeo), el wawaki (canto dialogado), el wayñu o huayno (fusión de danza, música y poesía), la qhashua (baile alegre y festivo), el ayataqui (canto fúnebre), el huaccataqui (canto ritual a las huacas), el aymoray (canto de súplica para obtener buenas cosechas), el wanka no se tiene concepto exacto pero se dice q es similar a la elegía europea) y saura taqui (canción de burla o mofa).
HISTORIA DE LA LITERATURA QUECHUA
Se llama literatura quechua a la manifestación literaria que se desarrolló en dicha lengua, desde el Imperio Incaico hasta la actualidad. El quechua o runasimi (lengua del hombre) fue el medio de expresión o idioma principal de la mayoría de los pobladores del Tahuantinsuyo. Fue largamente desconocida. La literatura quechua conoció un alto desarrollo en tiempos prehispánicos con numerosas formas líricas, épicas, narrativas y dramáticas o casi dramáticas. Se trata de un conjunto que no nos ha dejado textos escritos, pues solo lo ha hecho a través de la información y compilación realizada por algunos cronistas, predicadores y funcionarios coloniales. Fue por lo tanto, transmitida oralmente. Estas manifestaciones formaban parte del quehacer cotidiano. Funerales, fiestas, parrandas nupcias, peleas, guerras, etc. estaban enmarcadas en una ritualización expresada a través de el arte.
LITERATURA AYMARA
Textiles y chinu, glifos y tocapus
Hay otro debate en la actualidad sobre la naturaleza histórica de la escritura aymara. ¿Existen o no rasgos de un sistema propio de escritura aymara? ¿Podemos ver rasgos de esta escritura en los textiles andinos, en las figuras del arte rupestre, en los glifos o tocapus coloniales, o en los chinu, equivalentes aymaras a los kipus manejados en quechua? Estas preguntas son claves para poder entender también la naturaleza de los textos aymaras e incluso de la literatura aymara.
El arqueólogo argentino Dick Ibarra Grasso, en su libro Escritura andina (1953) plantea esta posibilidad, centrándose en los glifos coloniales, republicanos y modernos. Otra tendencia en los estudios sobre la escritura aymara ha sido el uso de los chinu (o kipu) o los textiles andinos, como el soporte escritural de base, sobre el cual se desarrolla una elaboración posterior de la voz. Los trabajos de Gordon Brotherston, en su América indígena en su literatura (1997), analiza la literatura y la poética andina, lo que incluye la literatura aymara, según la propia textualidad andina, como hace también Galen Brokaw (2002, 2003) y otros en sus estudios sobre la obra de Guaman Poma de Ayala. Los estudios de Arnold y Yapita (1998; Arnold, comp. 1992), buscan maneras de expresar en la página las fuentes textuales propias del aymara en el textil.
El uso del alfabeto latín para escribir el aymara
Los abordajes más convencionales a la escritura aymara se centran en el uso del alfabeto latino, para poder redactar la lengua aymara. Comenzando con los eclesiásticos de la colonia, L. Bertonio (1603) y D. Torres Rubio (1616), se aplicó este alfabeto latino al aymara. Un estudio de la literatura aymara según esta perspectiva se halla en Albó y Laymi (1992).
En el período reciente, tanto los aymarólogos como los religiosos han experimentado con por lo menos treinta diferentes formas del alfabeto para poder expresar el aymara. Hasta la fecha, se ha desarrollado por lo menos 30 alfabetos de este tipo. Para un resumen sobre las características de estos alfabetos distintos ver el trabajo de Félix Laymi: Desarrollo del alfabeto aymara (1980). Para una comparación entre los alfabetos de aymara, jaqaru y kawki, ver Hardman (2001b).
Desde la conformación de INEL (Instituto Nacional de Estudios Lingüísticos) en 1965, se ha podido sistematizar un alfabeto moderno apropiado para la lengua aymara, comenzando con aquel de Yapita (1973), lo que se ha oficializado como el Alfabeto Único (de quechua y aymara) en el año 1984 (mediante D.S. 20.227), con la única diferencia del uso de la "h" para sonidos aspirados en vez de la doble comilla.
Con los trabajos de INEL y SENALEP en los años 70 y 80, se ha desarrollado el registro escrito del aymara para tomar en cuenta la elisión vocálica tanto en la prosodia de esta lengua como para marcar la diferencia entre objetos directos e indirectos, lo que tuvo éxito en su aplicación. Sin embargo, con la Reforma Educativa de 1994, se optó por un registro escrito del aymara que ya incluía las vocales finales, bajo el argumento de las supuestas similitudes entre el aymara y el quechua (donde no existe la elisión vocálica), como resultado de su origen en común, teoría ya descartada. Sin una formación docente apropiada, este nuevo registro comenzó a producir en el aula una “pronunciación escrita”, donde se ignoró la prosodia de la lengua y la marcación del objeto. Por estas razones, recuperamos el registro
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