Etica.
Enviado por danokano • 13 de Junio de 2013 • Trabajo • 2.542 Palabras (11 Páginas) • 218 Visitas
Capítulo 1: De qué va la ética
no podemos hacer todo lo que queramos, pero lo que sí podemos es decidir si queremos hacer una cosa o no, y al tener que tomar una decisión, se nos plantean varias posibilidades. Las personas no somos libres de elegir lo que nos pasa, sino de responder de una forma u otra a lo que nos pasa. Ser libres para hacer algo tampoco quiere decir que vayamos a lograrlo; cuanta más capacidad de acción tenemos, mejores resultados obtenemos de nuestra libertad. Nos compara con algunos animales para decirnos que al menos nosotros podemos inventar y elegir en parte nuestra forma de vida, pues los animales no tienen libertad, y hacen las cosas por instinto, porque están programados para esa tarea y no lo pueden cambiar. Hubiese sido extraño, pero no imposible, por ejemplo, que el guerrero Héctor hubiese dicho que no quería luchar, a pesar de la educación que había recibido; pero lo que si sería imposible es un castor diciendo que no quiere hacer presas, sino celdillas estilo abeja.
Por esto, podemos optar por lo que nos es favorables a nosotros, pero, como estamos en posesión de estas elecciones e invenciones también nos podemos equivocar.
Para intentar evitar en la medida de lo posible estos casos necesitamos fijarnos bien en lo que hacemos y procurar adquirir un cierto saber vivir que nos permita acertar. A este saber vivir, es a lo que llamamos ÉTICA.
Capítulo 2: Órdenes, caprichos y costumbres
Muchas veces se nos plantean situaciones en las que tenemos que elegir, aunque preferiríamos no hacerlo. También hay que reconocer que la mayoría de nuestros actos los hacemos automáticamente sin plantearnos si hacerlos o no, porque estamos acostumbrados. Por ejemplo, al sonar el despertador cada mañana, nos levantamos del tirón sin cuestionarnos si nos levantamos o no para realizar nuestra monótona y diaria rutina.
Actuamos instintivamente aunque a veces nos preguntemos por qué lo hacemos. Uno de los motivos es porque alguien nos lo manda, entonces estos actos que hacemos se llaman órdenes (las cuales realizamos por el miedo a la represalia que podamos obtener de la persona que nos lo ha mandado o también por la confianza y el afecto a ella, pues sabemos que nos lo manda por nuestro bien).Otros los hacemos por rutina, porque cada día hacemos lo mismo, entonces se llaman costumbres. Estas órdenes y costumbres parece que vienen del exterior, al contrario que los caprichos (que son las cosas que hacemos porque nos apetece), los cuales salen de dentro de nosotros mismos. Cada uno de los motivos que nos guían inclina nuestra conducta en una dirección u otra y explican más o menos la preferencia a hacer una cosa en vez de otra. Cada motivo, responde a una necesidad diferente.
Capítulo 3: Haz lo que quieras
En este capítulo, se nos dice bien claro que podemos hacer lo que queramos, pues estamos en nuestro más preciado derecho, somos libres, ¿no? Habría que aclarar que Libertad es decidir pero también darse cuenta de lo que se está decidiendo. Antes de tomar una decisión, tenemos que pensar, primero el motivo de la acción, y después pensarlo una segunda vez y replantearnos la pregunta porque puede que cambiemos de opinión.
Esto ocurre con las costumbres, porque si nos preguntamos, decimos que actuamos así porque es costumbre; pero puede que al pensarlo una segunda vez nos cuestionemos por qué tenemos que hacer siempre lo que suele hacerse. Al igual pasa con los caprichos, pues reflexionamos más las cosas. La palabra moral tiene que ver con las costumbres y con las órdenes, pero hay costumbres y órdenes que pueden ser malas o inmorales. Si queremos profundizar en la moral verdadera y aprender a manejar la libertad que tenemos, hay que olvidar las órdenes, caprichos y costumbres. Al hablar de moral, hay que definir el término bueno, pues varía según las personas o las situaciones en las que se emplee. Después de saber todo esto sí que estamos en nuestro derecho de hacer lo que queramos.
Capítulo 4: Date la buena vida
Debemos dejarnos de órdenes, caprichos y costumbres y plantearnos las cosas desde dentro de nosotros mismos: decidir qué hacer con nuestra vida; por esto, queramos o no, somos libres. Aunque podamos hacer lo queramos, no debemos confundirlo con hacer lo que nos venga en gana. Pero vivir no quiere decir pasar el tiempo: hay que vivirlo bien. Se nos dice que para vivir felices hay que hacer lo mejor posible o estar lo mejor posible desde cualquier punto de vista. Esto se plantea también en la Biblia. Según la historia de Esaú y Jacob, Esaú (el primogénito) renuncia irresponsablemente a sus derechos en un momento de hambre y los cambia por un plato de lentejas; Esaú cree que ha conseguido lo deseado y que ya es feliz, pero en verdad lo que ha conseguido es lo que se le apetecía en ese momento. A partir de ahí se arrepiente de haberlo hecho simplemente para lograr una felicidad a corto plazo. Él ha olvidado que la vida sigue después de esas lentejas, y que todo no lo puede dejar por un momentáneo placer. A parte de esta anécdota, también nos cuenta Savater sobre el aspecto del dinero una historia sobre un ciudadano llamado Kane, el cual es un hombre que aunque tiene mucho dinero y poder no es feliz porque para conseguir lo que tiene, tiene que crearse muchas enemistades. Lo que queremos en síntesis es darnos "la buena vida" (pero humana y racional). Pero para darnos esta buena
vida debemos relacionarnos con otras personas y tratarlos como humanos: hablarles, escucharles...y además pensar que la vida no se acaba ahí y que después vienen las consecuencias, que se pagan para bien pero también para mal.
Capítulo 5: ¡Despierta, baby!
Este título nos hace una llamada a los humanos para reflexionar un poco sobre nuestras conductas hacia los demás. Las complicaciones de la vida tienen que ser tomadas de forma más sencilla, para poder superar los problemas. El ejemplo del alumno y el maestro nos enseña que no es necesario tener todo para ser felices. En el ejemplo de Kane, seguimos diciendo lo mismo: tenía todo lo que quería, pero cuando quiso cariño no tuvo a nadie que se lo diera, pues al ir reuniendo tanto dinero no prestó atención y no se dio cuenta de que se quedaba sin amigos, sin nadie. La atención es el aspecto por el que vamos a encontrar como lograr la buena vida. Para lograr esta buena vida tenemos que vivir convencidos de que no todo da igual (como pensaba Esaú), aunque vayamos a morirnos antes o después. Debemos también intentar comprender y respetar al resto de la gente para que nos quiera. Esto no significa no ser liebres, al revés, pero hay que hacer un buen uso de este
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