FRANCOIS XAVIER - Modernidad E Independencia
Enviado por davidslavigne • 4 de Diciembre de 2012 • 2.041 Palabras (9 Páginas) • 622 Visitas
Durante largo tiempo se considero la Independencia de Hispanoamérica como hija de la RevoluciónFrancesa, pero las ideas francesas no fueron las únicas que influyeron. Otros historiadores han manifestadola importancia del papel del pensamiento político clásico español.Hay que separar dos fenómenos que se producen al mismo tiempo: la independencia de las metrópolis, y larevolución, es decir, la adopción brusca de un sistema de nuevas referencias políticas y sociales.Para estudiar la independencia, primero hay que definirla por lo que fue: una crisis política que afecta aunidad política hasta entonces de una extraordinaria coherencia. Para explicar la revolución, hay que utilizar tanto una historia cultural como una social y política que analice las relaciones entre el Estado y la sociedaden el mundo ibérico. Tanto si nos referimos a la independencia como a la revolución es preciso adoptar una perspectiva global que no separe la Península Ibérica de America, ya que lo característico de ambos procesos es su simultaneidad y su semejanza. No bastan las causas locales por su diversidad, es necesario partir de lo que las diferentes regiones tienen en común, es decir la pertenencia a un único conjunto culturaly político. Ello significa estudiar la España peninsular no como una causa exterior sino como un elementonecesario de estos procesos.El autor se pregunta ¿Por qué el paso a la modernidad se hizo en el mundo Hispánico, como en Francia, por la vía revolucionaria y no por la vía evolutiva que han seguido otros países y de la cual Inglaterra puede ser considerada como el prototipo?Mutaciones del siglo XVIIILas diferentes vías adoptadas deben verse a través de las relaciones entre el régimen político, la sociedad yla cultura en el siglo XVIII. La victoria del absolutismo y sus consecuencias es el fenómeno clave de estesiglo Frances e ibérico. Antecedido por graves crisis políticas en todas las grandes Monarquías, el resultadofue que las relaciones entre el poder central y las instituciones representativas fueran de tres tipos: victoriadel poder del Rey en Francia, victoria del Parlamento en Inglaterra y un empate provisional en la MonarquíaHispánica de las Austrias. Aunque esta ultima ira asemejándose cada vez mas al modelo Frances, ya que nosus instituciones no tienen la capacidad de frenar el poder real.Paralelamente al triunfo político del absolutismo, se produce una gran mutación cultural conocida comoIlustración. Esta estará regida por un nuevo sistema de referencias: la victoria del individuo, consideradocomo valor supremo y criterio de referencia para medir las instituciones y comportamientos. En estecontexto, también surge la opinión pública, producto del consenso y discusión, desarrollada en el seno desociabilidades modernas como tertulias, logias y academias.Estas mutaciones del imaginario y la sociabilidad son comunes en Europa, pero con diversos efectos segúnel régimen político. En Inglaterra, las elites culturales afectadas participan en el ejercicio del poder gracias asus instituciones representativas. En Francia y España la situación es diferente, ya que sus nuevas formasculturales y sociales se construyen al margen del ejercicio del poder.Absolutismo, Ilustración y RevoluciónHay que matizar la oposición entre absolutismo e Ilustración, ya que el autor considera que durante algúntiempo mantuvieron parentesco en el sentido de que ambos comparten una misma hostilidad hacia loscuerpos y sus privilegios, un concepto unitario de soberanía, el ideal de una relación binaria y susintermediarios entre el poder y los individuos. Estos elementos explican la alianza que se dio durante gran parte del silgo XVIII entre las elites modernas y el despotismo ilustrado. Estas elites eran en gran medidailustradas y adictas al absolutismo que ellas consideraban como el instrumento fundamental para lasreformas. Así se explica que los altos funcionarios reales fuesen a menudo en el mundo hispánico y portugués, los principales agentes no solo de la modernización administrativa sino también de las nuevasideas.Pero a medida que crecían las elites y se fortalecía el Estado, esta alianza se fue resquebrajando, principalmente porque el Estado absolutista no podía llegar hasta los últimos límites de la reforma que elnuevo imaginario exigía ya que una buena parte de su legitimidad pertenecía al registro tradicional. Lavisión jerárquica y religiosa tradicional era poco compatible con el igualitarismo del nuevo imaginario. Por todo esto, la Monarquía para las elites modernas dejo de ser ilustrada, es decir, de constituir el motor para la construcción de la nueva sociedad. Las aspiraciones de las elites modernas y de los grupos privilegiados,coinciden provisionalmente en sus deseosos de poner un freno a los poderes del Rey, y también coincidenen la forma de hacerlo: la convocatoria de la representación tradicional. (Estados Generales en Francia yCortes en España).Se desarrolla así el constitucionalismo histórico, en la medida que la aspiración al gobierno libre se amparaen una reivindicación de las viejas libertades y de la antigua representación del reino.Dos lógicas diferentesEn vísperas del proceso revolucionario, la aspiración al gobierno libre toma la forma de nostalgia de lasantiguas instituciones representativas, como una mascara, en dos formas: por un lado destinado a legitimar la conquista de una nueva libertad, y por otro la vuelta a una edad de oro en la que reinaba la armonía entreel rey y el reino. Entre estos dos grupos existe un lenguaje político común que remite a imaginariosdiferentes. Ambos están de acuerdo es en la necesidad de una representación de la sociedad ante el Estado,en lo que difieren es en la imagen de la sociedad representada: nación moderna formada por individuoslibres para unos; nación antigua o reino formado por cuerpos, para los otros.También existen otras posibilidades de alianza y conflicto en la medida de que aun quedan partidarios delabsolutismo monárquico. Así se conformaría un triangulo de posiciones políticas compuesto por losmodernos, los absolutistas y los constitucionalistas históricos. Esta tripolaridad contribuye a explicar losdiferentes tipos de regimenes del periodo revolucionario y posrevolucionario.En Francia la pugna duro muy poco, se impuso el modelo ideal de hombre y de la sociedad. El hombre seconcibe como individuo, como ciudadano; la nación como un pacto voluntario entre estos hombres; la únicafuente posible de legitimidad es la que surge de esta nación y la soberanía nacional sustituye a la soberaníadel monarca; finalmente este nuevo pacto social dará como resultado una Constitución.Francia y el mundo hispánico: semejanzas y diferenciasLas semejanzas provienen de un patrimonio romano y germano semejante y que se ha alimentado siemprede intercambios humanos y culturales muy intensos, se manifiestan en instituciones parecidas,
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