Ferrocarril en México (1837-1850)
Enviado por Francisco Javier Espinoza Lara • 16 de Abril de 2019 • Documentos de Investigación • 6.293 Palabras (26 Páginas) • 318 Visitas
El ferrocarril en México (1837-1850)
Introducción
Uno de los Factores más importantes del crecimiento urbano y económico, que ayuda a explicar también el desarrollo del comercio exterior, es la construcción de la red de ferrocarriles…[1]
La investigación pretende resolver una disyuntiva importante, la cual es el impacto del ferrocarril en el país, así como su importancia en el desarrollo de la industria; Además de lograr identificar geográficamente las primeras regiones inmersas en la fiebre del ferrocarril. Puesto que actualmente las huellas del desarrollo se siguen notando a nuestros días, ya que las zonas industriales más importantes se encuentran en las zonas donde el ferrocarril tuvo presencia y donde en la actualidad sigue pasando. Por ello identificar a una de las rutas principales, nos lleva a buscar puntos de análisis como el caso de Apizaco en Tlaxcala, o la construcción de las vías del ferrocarril en las cumbres de Maltrata en el estado de Veracruz, lo que conllevó no sólo superar cuestiones económicas sino también naturales dándonos un punto de análisis importante, pues al hablar de cambio en el paisaje también nos logra referir cuestiones de tipo económicas.
Esto con el fin de identificar y resolver un cuestionamiento importante, como es, si realmente el ferrocarril dio lugar a la industrialización. O la otra opción de análisis que se plantea; que es la posibilidad de proyectos embrionarios que significaron no sólo la generación de una protoindustria en México, sino también la estructuración de un mercado interno y el fortalecimiento de los mercados externos.
En cuanto a la temporalidad, abarca un período corto de trece años (1837-1850). El año de 1837, es el momento en el que el presidente Bustamante dio la primera concesión de una vía férrea a nivel nacional, por ende es el antecedente directo del desarrollo del ferrocarril en el país. Pero también es necesario identificar la razón del retraso en su construcción, por ello trece años son suficientes para resolver dicha disyuntiva o al menos intentar dar premisas de análisis que permitan hacerlo. Finalizar en 1850 es simplemente la fecha simbólica, pues es cuando se inaugura, el primer tramo del ferrocarril mexicano: Veracruz - El Molino.
Capítulo I
El Poder industrial británico y su influencia en Europa Occidental
El mundo del siglo XIX estaba sufriendo profundas transformaciones de todo tipo y al decir de todo tipo, es a razón de los grandes acontecimientos de ese momento que estaban causando grandes cambios significativos, desde lo político hasta lo cultural, cambios que, tendrán algo en común, surgirán en la Europa del siglo XIX que es la más poderosa la más avanzada y la encargada de encabezar las transformaciones al resto del mundo. Es el eurocentrismo[2] una de las doctrinas más fuertes de la Europa, pues esta hace a las potencias europeas ubicarse en el ombligo del mundo y por ende, sentir que el mundo debe regirse a sus mandatos y leyes, pero además, surgirá un movimiento único sin precedentes, con un toque británico:bla revolución industrial[3]. Dicha revolución será un parteaguas importante en la transformación de la Europa moderna a la Europa industrial, y si bien es cierto que para el último tercio del siglo XIX, toda Europa occidental se encontraba industrializada, también es cierto que las primeras innovaciones y las más importantes se dan en la Inglaterra de finales del siglo XVIII.
Ahora bien, hablar de la Europa es necesario por una simple y sencilla razón: ocupará la mayor parte de espacios mercantiles en el mundo, principalmente en América. No obstante después de 1850 los norteamericanos irán haciendo valer su influencia en América y desplazar a la Europa Occidental definitivamente. Es importante destacar que los Estados Unidos eran un exportador muy importante de algodón a Inglaterra, el cual era la mayor productora textil de la época. De ahí que de todas las potencias europeas, fueran los británicos los que se van a convertir en la mayor potencia del mundo contemporáneo al menos hasta la primera guerra mundial, donde será igualada por los norteamericanos. Durante el siglo XIX, Gran Bretaña era la única potencia. Elena Hernández Sandoica, rescata una pequeña exposición de Stanley Jevons, que data de 1866, con respecto a la presencia británica en el mundo:
Actualmente, las cinco partes del mundo son tributarias nuestras. Las planicies de américa del sur y de Rusia son nuestros campos de trigo. Chicago y Odessa son nuestros. El Canadá y los países bálticos nuestros bosques. Australia mantienes nuestras reservas de ovejas, América del sur nuestros rebaños de bueyes. El Perú nos envía su plata, California su oro. Los chinos cultivan el té para nosotros, y de las Indias orientales afluyen hacia Inglaterra ríos de café, azúcar y especias. Francia y España son nuestros viñedos. El Mediterráneo entero es nuestro vergel… En fin, nuestro algodón lo sacamos de Estados Unidos.[4]
Pero además de ser la cuna de la revolución industrial y la mayor potencia económica, Gran Bretaña será también el lugar donde nacerá uno de los inventos que cambiará el mundo de una manera radical, pues el transporte terrestre cambiará para siempre, y es que será el ferrocarril el mayor invento de la época, pues su uso mejorará las comunicaciones de las regiones y hará del transporte por tierra una tarea sencilla, además de que se abarataran muchos costos y se dará un gran impulso a las industrias del acero y el carbón, por ende la industrialización en Europa se aceleró y logró crecer a con una relativa facilidad.
Pero el caso inglés, tuvo sus particularidades con respecto al resto de Europa, en lo que se refiere al desarrollar del ferrocarril, y es que el ferrocarril en Inglaterra se terminó de desarrollar después de la industria, siendo la industria misma la que dio las condiciones para el desarrollo del ferrocarril, esto con base en las innovaciones tecnológicas basadas en las máquinas de vapor que permitieron la construcción de las primeras locomotoras en Inglaterra; por su parte en el resto de Europa, la situación fue diferente pues la industria se desarrolló a la par del ferrocarril, lo que permitió un sólido desarrollo del ferrocarril y al mismo tiempo un impulso extra a la industrialización en Europa. “Con el ferrocarril por primera vez se logró abaratar el precio de la circulación por tierra, que había sido siempre más elevado que el del transporte por agua, y a medida que se fueron construyendo las redes ferroviarias pudieron incorporarse nuevas regiones a los circuitos comerciales, integrándose mercados regionales y nacionales”.[5]
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