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Ficha de Lectura Eric Hobswan.


Enviado por   •  17 de Noviembre de 2016  •  Resumen  •  1.504 Palabras (7 Páginas)  •  204 Visitas

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Ficha de Lectura.

Autor

 Eric Hobsbawm

Titulo

“Historia del siglo XX.”

(Capitulo XVII “La muerte de la vanguardia: Las artes después de 1950”)

Tipo de Texto

Historiográfico

Conceptos claves

Tecnología – Arte – creación – revolución – popularización – portátil – política – cultura – artes mayores – recursos – mercado – desplazamiento – desfallecimiento – posguerra – comunismo –  prosperidad – inversión – institución – integración académica – masas – segregación – dictadura – sociedad de consumo – modernidad – vanguardia – posmodernidad – pop art – reproductibilidad técnica.

Resumen

El texto comienza poniéndonos en situación del inicio de la revolución tecnológica y como esta afectaría al mundo de las artes haciéndolos prácticamente omnipresentes en la sociedad, ya que sus artefactos eran cada vez más portátiles e independientes, además de poder controlar casi a nuestro antojo el cómo y cuándo ver o escuchar lo que quisiéramos de forma prácticamente ilimitada. Cambiarían las formas de entretenimiento más populares durante los años cincuenta.
Esta introducción, sirve para dar paso a reconocer que pasaría con las llamadas “artes mayores” en las distintas partes del mundo.

Existe un desplazamiento demográfico de los centros tradicionales de cultura; ya no era Europa sino Nueva York el anfitrión del mercado del arte. Se comenzaría de tomar en cuenta el arte no europeo (como es el caso de la escritura latinoamericana o el arte cinematográfico japonés). El desplazamiento cultural se haría evidente con el “estilo internacional” en la arquitectura que desarrollo números y grandes monumentos en EEUU, aquí también se plasmaría su peculiar estilo en las cadenas hoteleras para viajeros y turistas.
Un panorama general del decaimiento en los centros artísticos europeos con excepción de Italia (neorrealismo cinematográfico luego de su liberación antifascista) Nos da a conocer diferentes realidades artísticas dentro del continente; los escritores franceses ya no destacaban por sus obras de creación. El arte británico saldría a la palestra eso si, por ser la cuna de muchas arquitectos de vanguardia.  Reino Unido ya no destacaba en la literatura y Alemania destacaba con talentos no nativos, sino que emigrantes.
En la medida en que las artes dependían del gobierno central, se reducían las opciones de los artistas por la insistencia oficial en promover el sentimiento optimista del “realismo socialista”. Se destaca eso sí, la subvención a las actividades culturales.
La URSS en las artes visuales tenía una combinación de rígida ortodoxia ideológica, estética e institucional que repercutieron en un aislamiento con el resto del mundo.
La China de Mao inicia su “revolución cultural” (1966-1976) prácticamente cerrando la educación secundaria y universitaria durante diez años; además se interrumpió la práctica de la música de diversos tipos destruyendo instrumentos. Redujo el repertorio de cine y teatro a unas cuentas políticamente correctas.

Por otro lado en Europa Oriental sumida bajo regímenes comunistas, destacaría la industria cinematográfica de Polonia, Checoslovaquia y Hungría en los cincuenta. Eso hasta el colapso del comunismo, que hizo colapsar también los medios de producción.
Lo que los artistas que destacaban tenían en común (especial mente en la escritura) era esa sensación de que su público los necesitaba, en ausencia de política real y prensa libre, debían hablar por ellos (destacando el sector ilustrado). Sentimientos que no eran propios de los regímenes comunistas si tomamos los casos de las inspiraciones que generaron el apartheid sudafricano y los talentos latinoamericanos que en muchos casos fueron refugiados políticos.
En la Europa oriental además, nos encontraremos con que los jóvenes practicantes del arte se inspiraban en la esperanza de una nueva era luego de los horrores de la guerra.

Los artistas e intelectuales del mundo socialista y del tercer mundo disfrutaban de privilegios relativos. En américa Latina, los escritores de mayor prestigio podían optar a cargos diplomáticos al contrario de lo que sucedía en los países desarrollados occidentales.

En una destacada etapa de prosperidad, los recursos públicos y privados dedicados al arte fueron mayores.
En EEUU, los millonarios protegieron la educación, el saber y la cultura, motivados por las ventajas fiscales.
En el mercado del arte, cada vez más quienes compraban lo hacían como inversión, hasta que en los noventa el boom artístico especulativo entro en colapso.

Otro fenómeno en el mundo de las artes seria la integración a la vida académica, luego de la revolucionaria industria del ocio destinada a las masas, el público del arte más clásico en su mayoría, habían completado su educación secundaria. La expansión de la educación superior dio cada vez más empleo (artistas como profesores, o escritores que esperaban que los estudiantes discutieran sus obras, por ejemplo). Así, las artes creativas no comerciales podrían sobrevivir cómodamente.
Muchos géneros destacados en el siglo XIX decayeron, como es el ejemplo de la escultura (excepto en países dictatoriales). Los artistas de diferentes áreas, que podrían considerarse grandes “figuras” Luego de los años cincuenta, eran más bien escasos. En el caso de las grandes novelas de segunda mitad se siglo, se encuentran fuera de las regiones centrales de la cultura occidental; destacado de es el caso de la literatura Latinoamericana, destacando “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez.

El autor nos propone que este declive no se debe para nada a una falta de talento en los nuevos artistas, sino más bien un cambio de incentivos o de medio para expresarlas. Aparecen formas más atractivas de comunicación.
Dos factores fueron importantes para el decaimiento de las “grandes artes”. Uno, el triunfo de la sociedad de consumo: las imágenes que acompañaban desde los años sesenta a los seres humanos incitaban o implicaban consumo. Las palabras fueron cambiadas por marcas. El pop art nos entregaba una reproducción constante del comercialismo estadounidense. Se reconocía la satisfacción tanto material como espiritual, los publicistas vendían no un producto, sino la idea de lo que entrega el producto.  Lo importante no fue distinguir entro lo bueno y lo malo, lo elaborado o lo sencillo, sino lo que atraía a más gente.
El segundo factor que propiciaba el declive del “gran arte” fue la muerte de la modernidad. Esta había legitimado la creación artística no utilitaria, su esencia era la innovación y presuponía que el arte de hoy era mejor que el de ayer. Fue por definición “el arte de la vanguardia”. La abstracción y la modernidad en la arquitectura había sido a veces parte dominante de la escena cultural.
Desde finales de los sesenta de marca una reacción contraria a esta corriente, que en los ochenta se etiqueta como “posmodernidad”. Comenzaba así una leve muerte que emanaba desde las vanguardias; con el auge del arte pop, por ejemplo, la mayor característica de la modernidad (la abstracción) perdía fuerza, ya que la representación volvía a ser legitima.

El concepto de posmodernidad se extendió a campos que nada tenían que ver con el arte, así, la posmodernidad de cualquier disciplina nos entrega un escepticismo esencial sobre la existencia una realidad objetiva; todo tiende a un relativismo radical. Existe entonces una separación entre quienes defienden la objetividad de las artes y quienes consideración que eso, era cosa del pasado.

La era de la “reproductibilidad técnica” transformo no solo la forma de creación, sino también el cómo las personas comenzarían a percibir y experimentar el arte. La tecnología impregno el arte en toda experiencia cotidiana pública o privada.

Para finalizar, el texto nos habla del mérito artístico por su cronología, descartando inmediatamente que esto pudiera existir. La creación no era mejor por ser más antigua o más nueva. Este criterio a fines del siglo XX se mezcla con los intereses económicos de las industrias de consumo.
El autor invita también a considerar que las artes es necesario seguir aplicando las distinciones de lo bueno y lo malo, lo profesional y lo aficionado. Distinciones necesarias por la presencia de partes interesadas que niegan su existencia dándole mérito al número de ventas o, con la aparición de la posmodernidad propone una nula objetividad en el arte.

Cita del texto

“Las palabras que dominaban las sociedades de consumo occidentales ya no eran las palabras de los libros sagrados, ni tampoco los escritores laicos, sino las marcas de cualquier cosa que pudiera comprarse.”

En este fragmento se ve claramente reflejado el declive de las artes, como el consumismo entra en la sociedad reemplazando las formas anteriores de entretención y cotidianidad en las personas.

Preguntas al autor

 Si tomamos en consideración que luego de las revoluciones tecnológicas, las creaciones artísticas rodean nuestra cotidianidad, ¿Cuál es tu opinión con respecto a la reproductibilidad técnica, favoreció o daño al arte?

¿Crees que el pop art potencio aún más una sociedad de consumo?

Aportes del texto

“Las obras de creación nunca habían sido mejores simplemente porque fueran antiguas, como pensaron en el Renacimiento, o porque fuesen más recientes que otras, como sostenían los vanguardistas.”

“El talento artístico abandonó las antiguas formas de expresión porque aparecieron formas más atractivas o gratificantes.”

Comentario

El texto entrega una mirada muy detallada de como las formas de expresión y creación artísticas fueron cambiando con las transformaciones sociales producidas por la revolución tecnológica. Un revolución que no solo cambió el panorama artístico existente en esos momentos y los desplazamientos culturales de grandes potencias artísticas, sino también como seria nuestra relación a partir de ese punto con el fuerte lazo que se formaría entre arte y consumo.


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