Francia En El Siglo Xix
Enviado por karen30 • 26 de Noviembre de 2013 • 1.277 Palabras (6 Páginas) • 483 Visitas
Francia, como gran parte de Europa, experimentó en el siglo XIX un cambio de rumbo en el devenir
de su historia. Se pasó del Antiguo Régimen basado en el poder que otorgaba la propiedad del suelo
y los derechos heredados, a un mundo moderno: el de la democracia, que sigue siendo el sistema
político característico de nuestras sociedades en el siglo XXI.
Jean-Auguste-Dominique Ingres: Enrique IV jugando con sus
hijos, 1817.
1789
Conviene no olvidar este año. Hasta podríamos
llegar a decir que fue entonces cuando nacimos
todos nosotros. En 1789 se sitúa el inicio de
nuestra sociedad moderna. Las bases
elementales de convivencia que ahora funcionan
en las democracias occidentales fueron
planteadas por primera vez en aquel momento.
Fue el 14 de julio, en
Francia, en la ciudad
de París, cuando
estalló la
REVOLUCIÓN contra
el Antiguo
Régimen. Allí y
entonces
comenzaron a
producirse una
serie de
cambios
profundos en la
organización de
la sociedad, en
los sistemas
políticos y en la propia dinámica de la
economía que nos han conducido al modelo
de sociedad que hoy tenemos.
Se podría decir también que en 1789
“nacen” los EE. UU., con el nombramiento
de George Washington como su primer
Presidente.
Por si fuera poco, en el verano de 1789 se instaló
la primera máquina de vapor para la industria del
algodón en Manchester. A primera vista puede
resultar anecdótico, pero fue todo un hito por lo
mucho que la mecanización de la industria
transformó la vida de las personas. Fue la otra
gran revolución: LA INDUSTRIAL.
¡Tantas cosas pasaron en 1789! ¡Tantos hechos
simbólicos!, que terminó por inaugurarse una
nueva época en el mundo occidental.
LAS REVOLUCIONES
DE 1830 Y 1848
La instauración de la monarquía, con la
consiguiente pérdida de los derechos
logrados con tanta sangre en 1789, hizo
que poco a poco diversos sectores sociales
se fueran sublevando. Por toda Europa
corrían vientos revolucionarios. Francia fue la primera que se alzó en armas
cuando en julio de 1830 se produjo un gran levantamiento en París que culminó
con una nueva restauración monárquica, esta vez de corte liberal.
El liberalismo asumía las conquistas sociales de la Revolución de 1789, a las que
poco a poco se fueron sumando las económicas y laborales. Se proclamaron
nuevas constituciones en varios países, textos auténticamente garantes de los
derechos de los ciudadanos.
En 1848, se generalizaron de nuevo las revoluciones, pero esta vez orientadas a
defender el derecho al trabajo y los intereses de las clases trabajadoras. Casi
todas ellas terminaron fracasando.
El espíritu revolucionario
y la nueva sociedad
Se estaba creando la sociedad
moderna, con sus intereses centrados
en la fe en el hombre y en el
progreso. Era lo que algunos llamaron
“socialismo romántico”. Fue la
infancia y juventud del socialismo del
siglo XX.
La nueva novela de divulgación científica
En el siglo XIX aparece un nuevo tipo de literatura de divulgación científica, como una
muestra más de esa fe en el progreso que llegaría de la mano de la nueva ciencia. Había
auténtica necesidad de hacer llegar a todos el gran potencial de futuro que existía en el
desarrollo científico.
La ciencia como ficción del futuro,
Julio Verne
Las novelas de Julio Verne responden a un plan educativo
dirigido a la formación de la juventud. Se trataba de
despertar el interés por la ciencia, divulgando los nuevos
conocimientos para formar a los dirigentes de la sociedad
del futuro.
La mayoría de sus novelas tienen forma de viaje, son
expediciones fantásticas, como el Viaje al centro de la
Tierra (1864) o De la Tierra a la Luna (1865), que no sólo
tienen al saber científico como eje de las historias, sino
que aspiran a educar a los jóvenes en valores como la
solidaridad, la fraternidad y la justicia. Valores que
responden a los ideales socialistas románticos.
EL NACIMIENTO DE LA FOTOGRAFÍA Y EL ARTE
En 1826 el francés Joseph-Nicéphore Niépce logró, por
primera vez, fijar de forma duradera una imagen del natural
sobre una placa de zinc. El ejemplar está en el Museo
Gernsheim de la Universidad de Tejas, y representa una vista
desde la ventana de la casa de Niépce.
Un año después, Niépce entró en contacto con el
investigador y empresario Louis Jacques Mandé Daguerre,
quien conocía muy bien las leyes ópticas y rápidamente se
interesó por los experimentos de Niépce. Juntos firmaron
un contrato para perfeccionar y explotar el procedimiento.
Finalmente, el 19 de agosto de 1839, se hizo la presentación oficial del método “para fijar la
imagen de cualquier objeto”. A partir de
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