Funcionalismo Biocultural

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES

ESCUELA DE ANTROPOLOGIA

DEPARTAMENTO DE ETNOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA SOCIAL

ANTROPOLOGÍA SOCIAL I

Autor: Isabel Castellanos.

Diario de campo N° 3: Malinowski y el funcionalismo biocultural. La antropología siguiendo las pautas de las ciencias naturales.

Bronislaw Malinowski, nace en Cracovia, Polonia en 1884. Fue fundador del funcionalismo biocultural. Ahora bien, ¿qué es eso de “funcionalismo biocultural”?, para responder a esa interrogante puedo acudir a lo visto en materias como Historia de la Antropología o Teoría y Métodos II, de forma que, entiendo por “funcionalismo biocultural” aquella corriente de pensamiento que surge en la sociología a finales del siglo XIX y que pronto se expande a otras ciencias sociales. Para el momento, estas disciplinas aspiran conseguir un carácter científico y se encuentran en la búsqueda de un método que les proporcione tal categoría. Su nombre, viene justamente dado por ese entorno de necesidad científica en el que surge, el funcionalismo se inspiró en la biología y estableció una especie de analogía entre la sociedad y una entidad biológica, entendiendo que las entidades biológicas necesitan una serie de órganos internos que cumplen distintas funciones, órganos que hacen posible su existencia; de esta forma, los funcionalistas identificaron los “órganos sociales” que según ellos son las instituciones y sin el correcto funcionamiento de las instituciones las sociedades no pueden existir, además de esto, sostienen que éstas cuentan con un aparato regulador, ya que, la sociedad sólo funciona apropiadamente cuando se encuentra equilibrada y si ocurre alguna irregularidad que amenace ese equilibrio, la sociedad pone en marcha una serie de mecanismos que lo traen de vuelta.

Malinowski, en la obra que consultamos, “la vida sexual de los salvajes del noroeste de la Melanesia”, hace énfasis especial en la importancia del trabajo etnográfico, en la recolección minuciosa y detallada de datos por parte del antropólogo, destacando así la importancia que tiene el trabajo de campo a en nuestra disciplina a nivel metodológico.

Creo que el primer aspecto más rescatable de esta obra de Malinowski es la distancia que marca con el evolucionismo:

… dejé de ser un radical del método evolucionista, y hoy preferiría desaprobar cualquier especulación sobre los “orígenes” del matrimonio, o cosa parecida […] Así pues, la total eliminación de toda actitud evolucionista o reconstructivista en este libro no es sólo la consecuencia de un gran puritanismo en el método, sino también del mantenimiento de la norma invariable que exige que en toda exposición la relación de los hechos permanezca limpia de cualquier opinión basada en simple conjeturas” (Malinowski, 1931: 43)

De esta forma, vemos como el autor exhibe entre líneas que si se quieren estudios antropológicos de carácter científico se debe abandonar la visión evolucionista y remitirse a la evidencia empírica que se pueda obtener, lejos de cualquier método conjetural. También podemos observar una notable influencia empirista y positivista en la óptica de Malinowski.

En este orden, el autor propone el método funcional como teoría de investigación y ese método creo que podría describirse como netamente empírico y fundamentado en la evidencia inductiva, basado en el análisis funcional de la cultura. Para explicar esto,

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