George Duby
Enviado por vaneguthux • 29 de Octubre de 2014 • 1.411 Palabras (6 Páginas) • 376 Visitas
Este libro “Año 1000, año 2000. Las huellas de nuestros miedos” esta contextualizado en la Edad Media.
La edad media se puede dividir en “Alta Edad Media” siglos IX-XI que es la etapa donde se plasma la sociedad feudal y “Baja Edad Media” siglos XI-XIV, que con el desarrollo del comercio, las ciudades y el ascenso de la burguesía, comienza a desintegrarse la sociedad feudal.
Haciendo hincapié en los grandes miedos que tuvo el hombre en esa época y comparándolos con los que nosotros tenemos en la actualidad, que si bien son muy diferentes, siempre van a existir.
¿A qué le tememos? ¿Nuestros miedos son los mismos que tuvo la humanidad a través de los tiempos?
Estas preguntas son los pilares de la obra: “Año 1000, año 2000. Las huellas de nuestros miedos” de George Duby. Este historiador francés (1919-1996), especialista inigualable en los siglos: X, XI y XII de la Edad Media, analiza similitudes y diferencias entre los miedos contemporáneos y pasados. Realiza un repaso de los principales temores que afectan a nuestra sociedad y describe cómo los enfrentaron nuestros antepasados medievales.
Mediante una trama principalmente dialogal y expositiva, nos da a conocer al hombre medieval, sus costumbres, sus miedos y sus hechos más relevantes de los primeros siglos del primer milenio.
Los miedos son una perturbación angustiosa del ánimo, por un riesgo o mal real o imaginario. A pesar del carácter natural, el miedo ha sido durante mucho tiempo oculto, se establecía generalmente una ecuación entre el miedo y la cobardía, valentía y temeridad. Esto nos lleva a analizar y comprender los comportamientos de las personas y las sociedades a lo largo de la historia.
En el Medioevo prevalecían los miedos a la miseria, a las muertes, a las epidemias, a las invasiones y a los castigos que Dios les ofrecía a través de desordenes naturales, tanto físicos como climáticos. Si bien la humanidad fue evolucionando científicamente, los miedos siguen invadiendo al ser humano contemporáneo, aunque muchas veces se manifiesten de manera diferentes.
En la edad media el miedo a la miseria surgía por la falta de alimento, debido a las sequias o inundaciones que imposibilitaban la siembra. Sin embargo, la solidaridad y la fraternidad aseguraban la supervivencia y la redistribución de la riqueza. No existía la espantosa soledad del miserable que vemos en nuestros días.
En cambio ahora, principalmente en nuestro país, la escasez de trabajo y de sueldos dignos hace temer no poder cubrir las necesidades básicas. El confort ha pasado a ser parte de ella, lo que ha llevado al hombre a correr tras el dinero y el consumismo para obtener la supuesta felicidad.
Como dice Duby: …”el materialismo no satisface a la inmensa mayoría de la gente, está en busca de algo más”.
Con respecto a la violencia y el miedo al otro en el Medioevo existía el temor al vecino violento, a las hordas que provocaban terror, a los musulmanes, a los judíos e infieles. Todavía en la actualidad existen lugares donde se le puede temer a las invasiones y guerra como en la Edad Media. Sin embargo, lo que más nos aflige es el poco valor que se le da a la vida, manifestándose este desprecio, en secuestros, violaciones y robos que conducen a la muerte a cambio de algo de dinero y sustancias adictivas.
Aunque nos parezca que “somos más civilizados” que el hombre medieval, Duby afirma: “…cuando se mira esta sociedad en conjunto se ve menos convulsa que la nuestra, con menos perturbación interior”.
En cuanto a las epidemias y otras enfermedades, estas eran tomada como castigo divino y se buscaban víctimas propiciatorias como judíos y leprosos. Tal como afirma Georges Duby al respecto me llamó la atención las diferencias que existían en el ámbito de la salud: la gente no sabía ni siquiera a que se debían las epidemias, tampoco conocían ningún remedio y por lo tanto las atribuían a castigos de Dios. Esta creencia ha cambiado, ahora se sabe que la causa no es sobre natural.
El desarrollo científico ha avanzado mucho en el conocimiento de las etiologías, de cómo prevenirlas y como tratarlas. No obstante van surgiendo
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