Gobiernos Radicales
Enviado por chinavaldez • 11 de Noviembre de 2013 • 2.533 Palabras (11 Páginas) • 623 Visitas
“Los Gobiernos Radicales”
La Ley Sáenz Peña de 1912 fue un primer paso en la construcción de un régimen político democrático en la Argentina. En las primeras décadas del S. XX, la mayoría de los habitantes en condiciones de votar manifestaban indiferencias por los asuntos de gobierno.
Uno de los efectos más importantes de la reforma electoral de 1912 fue la obligatoriedad del voto; ya que fue pensado como un mecanismo para construir forzadamente la ciudadanía, de modo que el Estado obligaba a los ciudadanos a ejercer su derecho a participar en la elección de sus representantes.
El establecimiento del voto secreto fue un importante avance para terminar con el fraude, considerado como uno de los principales pilares del régimen oligárquico. Sin embargo, la falta de experiencia en el juego político democrático por parte de la mayoría de la ciudadanía favoreció la persistencia de las prácticas de manipulación como por ejemplo: promesas a cambio de votos.
En cuanto a la cuestión social, la UCR y el Partido Socialista consideraban que la reforma electoral debía servir para democratizar el régimen político y hacer posible que las demandas y conflictos sociales se desarrollaran y procesaran a través de los canales institucionales.
Los intelectuales y políticos sostenían la necesidad de dar credibilidad al sistema democrático a través de una profunda reforma en las prácticas de participación política. Pensaban que los ciudadanos se convencerían de que sus demandas iban a ser escuchadas y respondidas por un Estado comprometido en la resolución de los problemas y abandonarían la indiferencia política como así también la protesta a través de métodos violentos.
Desde 1910 en adelante dirigente conservadores, radicales y socialistas compartieron también la misma preocupación por alejar a la masa de la población de las propuestas políticas que ponían en riego el sistema de dominación vigente; y admitieron que para lograrlo, el gobierno aceptar algún nivel de negociación con los nuevos actores sociales que protagonizaban el conflicto.
Empezaron a comprender que no podían seguir ignorando las demandas populares, sin embargo no entendían bien todavía en que consistía esa respuesta ni a través de que medios la podían dar, tampoco sabían si los grupos sociales iban a tolerar transformaciones que afecten sus intereses.
Las elecciones de 1916 consagraron presidente de la República a Hipólito Irigoyen Candidato radical. La UCR fue minoría en el Congreso Nacional y en la mayor parte de las provincias; Pero obtuvo la mayoría en la Cámara de Diputados recién después de las elecciones de 1918, mientras que los conservadores fueron mayoría en el Senado durante todo el primer gobierno de Irigoyen y también en los años siguientes. El nuevo presidente mantuvo a los jefes del ejército y de la marina, y designó como ministros a hombres que eran ganaderos de la provincia de Buenos Aires.
Esta compleja situación política derivaba, por un lado, de los resguardos institucionales que la Ley Sáenz Peña había otorgado al poder político de la Oligarquía, y por otro lado, de la heterogénea base social que apoyaba al radicalismo.
Los objetivos del gobierno radical no fueron fácil de compatibilizar: por un lado, debía asegurar el modelo de organización económica que beneficiaba a los terratenientes exportadores y, impulsar reformas destinadas a mejorar la población económica de los sectores medios urbanos.
La asunción de Irigoyen marcó un profundo cambio en la forma de hacer política en la sociedad Argentina. Las expresiones de adhesión popular transformaron al régimen de gobierno oligárquico. El empleo de novedosos métodos de conducción y control del aparato partidario de las provincias, convirtieron a Irigoyen en un referente político de alcance nacional.
El nuevo estilo político radical fue acompañado por la participación de los grupos urbanos que los habían votado. Los radicales consideraban que esta participación popular era la manifestación de un nuevo espíritu democrático. La oposición incluidos los socialistas describían la relación entre Irigoyen y los sectores medios urbanos como la que existía en un “gobierno de la plebe” y se referían a la clientela de los comités como “la chusma”.
La profundización de los vínculos entre el gobierno y los sectores medios provocó, por una parte, tensiones entre los miembros de la elite que participaban en la UCR y, por otra parte, el descontento de los obreros urbanos que no se beneficiaban con el crecimiento de la burocracia estatal.
El gobierno se propuso consolidar y expandir la economía primaria exportadora, pero también modificar la distribución de la riqueza que esa organización económica producían favor de los grupos de profesionales y de trabajadores urbanos. Entre 1913 y 1917, la economía argentina vivió una depresión de las exportaciones y una disminución de las importaciones; el desempleo se generalizó entre los sectores obreros vinculados con el sector exportador.
Desde 1918 y hasta 1921 comenzó un período de auge originado por la creciente demanda de los productos de exportación y rápidamente se propagó la inflación, la misma, beneficio a los terratenientes exportadores y perjudicó a los trabajadores urbanos. Entre 1914 y1918 el costo de los alimentos aumentó un 40%, el de los alquileres un 15% y el de ciertos rubros específicos de consumo, como por ejemplo: las confecciones, casi un 300%.
La transformación más importante fue el crecimiento de cultivos industriales; el algodón fue el rubro que registro el crecimiento más impresionante, también se incrementaron los cultivos de yerba mate, maní, caña de azúcar, y arroz.
Durante los años de los gobiernos radicales, la producción ganadera sufrió importantes transformaciones, la innovación fundamental fue la utilización de técnicas del enfriado para la producción de carnes para exportación. Este cambio en la técnica agravó el enfrentamiento entre los criadores y los invernadotes. Como el enfriado exigía que no pasaran mas de cuarenta y cinco días desde la matanza hasta el consumo, resultaba necesario una estricta regularidad en las entregas a los frigoríficos; los costos recayeron sobro los criadores, quienes a diferencia de los invernadotes tenían menos margen de maniobra frente a las fluctuaciones de la demanda y/o de los precios.
Como consecuencia de los avances del congelado por el enfriado, los precios bajaron y muchos ganaderos debieron liquidar sus planteles y sus tierras.
Los efectos de la inflación sobre el poder adquisitivo de los consumidores urbanos pusieron al gobierno radical en una situación bastante difícil, si no intenta mitigar
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