Guerra Civil 1891

Luego de la guerra, paz

Si retrocedemos 125 años en la historia de Chile, nos encontramos con un país inmerso en un gran desorden principalmente debido a una falta de paz social como consecuencia de la promulgación de las leyes laicas. José Manuel Balmaceda, presidente de la época se dio cuenta de que para solucionar los problemas debía demostrar más autoridad, lo que provocó una gran oposición a su gobierno. Todo esto lo llevó a uno de los mayores conflictos que ha tenido nuestro país a lo largo de la historia, desencadenando en la famosa guerra civil de 1891. Chile en comparación con los demás países de Latinoamérica había logrado mantener un sistema político estable a lo largo del siglo XIX por lo que es ahí donde nos preguntamos si ¿fue realmente necesaria esta guerra civil para resolver los problemas de paz existentes?

Antes de tomar una postura creo en la necesidad de investigar acerca de la situación en la que estaba el país y los problemas que venía arrastrando desde hace décadas. En primer lugar nos encontramos con un presidente controvertido, quién inició su período de gobierno abierto a una mayor participación del parlamento y con una amplia aprobación desde todos los sectores. Sin embargo, esto cambió cuando para resolver los conflictos decidió ponerse más firme. Rápidamente la prensa lo empezó a criticar, se le acusó de ser un presidente dictatorial e incluso su partido se dividió entre quienes lo apoyaban o no.

Cabe destacar que la rivalidad entre el poder ejecutivo y legislativo no era algo nuevo y en algún minuto no lejano iba a estallar. Las grandes disputas debido a la aprobación de las leyes laicas ya habían tensado el ambiente, que finalmente explotó cuando el parlamento se negó a aprobar la ley de presupuesto para el año 1891. Ante una complicada situación a Balmaceda no le queda más que recurrir a la ley del año anterior, acto que fue declarado inconstitucional. Es aquí donde la guerra se hace inminente ya que el Congreso se vuelve en contra de él y en conjunto las Fuerzas Armadas se dividen siendo el ejército fiel a Presidente y la Armada al Congreso. Esta última división era un claro signo de la guerra que se aproximaba.

Tomando en cuenta estos aspectos más el odio entre las distintas clases y partidos políticos, la guerra fue absolutamente necesaria. El principal problema era claramente el político entre el Presidente y el Congreso y necesitaba una solución rápida. Chile era una República presidencialista y la idea de transformarla en una República parlamentaria sonaba fuertemente. ¿Acaso no se podía llegar a un acuerdo de manera pacífica?

“Mientras subsista en Chile el Gobierno parlamentario en el modo y forma que se le ha querido practicar y tal como sostiene la Revolución triunfante, no habrá libertad electoral ni organización seria y constante en los partidos, ni paz entre los círculos

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