Guerra De Eua Vs España
Enviado por mmallu • 24 de Agosto de 2013 • 4.116 Palabras (17 Páginas) • 518 Visitas
En 1898 se desató la guerra entre España y los Estados Unidos de América.
La derrota de España, en la que perdió la última colonia de su imperio, humillante además, fue un golpe psicológico terrible para esa nación…porque llovía sobre mojado.
Después de un siglo de guerras ruinosas, guerras civiles y golpes de Estado, en que España además de hundirse había perdido el tren de la revolución industrial. Llegaba un golpe que era la proverbial gota que colma el vaso ya lleno de agua.
Después de la guerra, una ola de profundo pesimismo, desconcierto y feroz autocrítica, sacudieron las bases intelectuales y políticas del país, azuzando y asentando radicalismos que marcarían el siglo XX español.
Para los Estados Unidos, sin embargo la guerra del 98 fue un espaldarazo a su política de superpotencia expansiva, y una inyección de moral.
El camino a la guerra
Desde 1868 en Cuba estallaban rebeliones independentistas, a menudo mal atendido el problema cubano, a causa de los problemas españoles en la propia Península Ibérica.
La larga, cruel y ruinosa guerra inicial de diez años, enquistó el movimiento independentista en la Isla, que sufriría nuevos levantamientos. En general se considera que la mitad de la población seguía siendo españolista (y muchos voluntarios en la guerra).
En 1896-97 el general español Weyler consiguió dominar la parte occidetal y asestar un duro golpe a los restos rebeldes, la situación parecía a punto de controlarse. Cosa que a los norteamericanos, que deseaban ver caer Cuba como fruta madura en sus manos, no les hizo mucha gracia.
Sin embargo, el presidente del Gobierno español fue asesinado en circunstancias polémicas, por un anarquista apoyado por los “diplomáticos” rebeldes cubanos en París.
Los cuales a su vez parecían tener conexiones sospechosas en EEUU.
Weyler fue sustituido por Blanco, que ofreció la Autonomía a la isla, y trató de negociar de forma conciliadora. Esta actitud de conciliación fue interpretada como debilidad y la rebelión reavivó.
Aunque estaba bastante claro que los rebeldes por sí mismos no podrían con los españoles, y que perdía fuerza en general la rebelión con cada vez menos hombres dispuestos a levantarse contra los españoles.
Algo que a los expansionistas en EEUU les preocupaba.
EEUU:
EEUU, después de presionar a España hasta que esta le vendió Florida. Comenzó a ambicionar Cuba.
En su territorio consentía primero a los rebeldes cubanos, y más tarde los apoyaba, tanto con dinero como con propaganda.
Los EEUU ofrecieron a España comprar la Isla bajo amenazas de futuro veladas. Y se inmiscuyeron en los asuntos internos españoles en Cuba constantemente.
Un papel propagandista destacado fue el de la prensa amarilla, liderada por personajes como Heart. “Iré a Cuba y si no hay una guerra sobre la que escribir la montaré”.
El Maine
Después de algunos disturbios en Cuba, con la excusa de proteger sus ciudadanos, los EEUU mandaron como otra provocación más a España a un barco de guerra de “visita” a La Habana. Llamado Maine. El 15 de Febrero de 1898 el acorazado Maine explotó.
El capitán del Maine, que estaba en una fiesta con los oficiales dada por las autoridades españolas, se levantó de la mesa al oír la explosión gritando “el barco”, con una sorprendente capacidad clarividente del origen de la explosión.
Más tarde escribiría “todos los oficiales se han salvado”, los marineros, muchos negros o inmigrantes, y que solo cubrían un extraño 20% del total de personal de marinería que debía tener el barco, no parecieron preocuparle y tenían orden de no bajar a tierra.
Inmediatamente la prensa amarilla americana comenzó a hablar de “artefactos secretos diabólicos del enemigo” y cosas similares.
Por otro lado, tanto españoles como americanos crearon comisiones de investigación. Ya que pese a la propuesta española de formar una conjunta, los americanos se negaron.
La norteamericana se limitó a un “paripé” que consistía en entrevistar algunos marineros, examina informes de submarinistas y preguntar al capitán del barco.
Después de lo cual llegaron a la conclusión de una explosión externa, es decir, una mina o artefacto similar, que responsabilizaba a España.
Expertos independientes o externos, incluidos de origen americano, abogaban por una explosión accidental interna, pero no fueron tenidos en cuenta.
En 1911 otra comisión americana inspeccionó los restos, llegando a la misma conclusión aunque esta vez prescindiendo de expertos externos al la Marina americana.
En 1971 el Almirante estadounidense Rickover, jefe de la flota de submarinos nucleares, llegó a las conclusión de una explosión interna, seguramente accidental.
La comisión española, después de ver las mismas pruebas y añadir opiniones de expertos internacionales, llegó a la conclusión de una explosión interna del barco.
John Blandín, oficial americano que quiso declarar ante la comisión española, fue repatriado con urgencia e ingresado en un manicomio donde no tardó en morir “intoxicado”.
Resultaba obvio que los españoles no querían provocar una guerra, pero los norteamericanos sí.
Un día antes de la declaración de guerra americana, la Marina de este país ya atacaba a barcos españoles.
El ejército español.
A los casi 14.000 soldados de reemplazo que hacía “la mili” en la isla se llegó tras la rebelión del año 95 a más de 180.000 reclutas.
Al estallar la guerra con los Estados Unidos de America, las tropas españolas sobre el papel sumaban más de 150.000 hombres. Sin embargo, se reducían en la realidad a 89.000, el resto o no eran combatientes, o estaban enfermos.
Estos hombres estaban dispersos por toda la Isla, a menudo en pequeños fortines de pocas decenas de hombres, en un intento mantener el orden en toda Cuba. Aunque impidiendo así concentrar tropas para dar un golpe decisivo a los rebeldes.
El jefe español era el general Blanco, con larga experiencia en la lucha contra guerrillas, aunque nada brillante, y ninguna en la guerra más directa.
Blanco durante la rebelión de Filipinas fue destituido por demostrarse demasiado dialogante y timorato con los rebeldes. Y parece que esa fue la razón de su nombramiento para Cuba en una época en que el Gobierno español quería seguir una línea de concesiones.
Blanco dividió al estallar la guerra el ejército en cuatro grupos, cada uno para defender una amplia zona.
El IV de estos Ejércitos era el liderado por el general Pombo, que pese a sus ascensos fulgurantes anteriores,
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