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HISTORIA ARGENTINA . Militarización y Formación del Estado Nacional en el siglo XIX.


Enviado por   •  1 de Julio de 2016  •  Ensayo  •  3.710 Palabras (15 Páginas)  •  353 Visitas

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Historia Argentina

Militarización y Formación del Estado Nacional en el siglo XIX.

Militarización y Formación del Estado Nacional en el siglo XIX.

La historiografía Argentina en los últimos años brinda nuevos aportes, una gran vía de acceso para repasar la historia, el presente trabajo se aboca a examinar desde un punto de vista histórico, la importancia política de las fuerzas militares y su relación con la formación de Estado Nacional Argentino durante el siglo XIX, fuerzas militares, primeramente denominadas Milicias urbanas, luego Ejercito o Guardia Nacional, para finalizar en Ejercito Nacional. El marco es centrar el trabajo de la misma, enfocado en el surgimiento, desarrollo y participación activa en la vida política, que surgió a partir de las invasiones inglesas en el virreinato del Rio de la Plata durante los años 1806 y 1807, a posteriores determinantes en la Primera Junta de Gobierno, hasta los conflictos armados en 1879, donde Buenos Aires se enfrento al Ejercito Nacional. Sucesos de singular envergadura que evidencian las connotaciones que fueron adquiriendo los cuerpos armados, enmarcándose en actores principales. En este contexto el desafío es estudiar su historia, en semejanza a la edificación y desarrollo del Estado Nacional.

La configuración de una dimensión militar se incorporo a la vida política, constituyéndose en componente central durante el siglo XIX, intentaremos echar luz, reflexionando en torno al aspecto militar y a la funciones asumidas por el ciudadano en armas, a los debates que surgen respecto a los cuerpos armados, por ejemple los que describe Marcela Ternavasio, en torno al peligro de guerra con Brasil, el sector unitario insiste en formar un ejército nacional, en tanto la voz de Julio Segundo de Agüero manifiesta que no podía existir una nación sin Ejército Nacional . En este sentido, es necesario poner especial atención al campo de acción, donde Hilda Sábato articula el uso de las armas, el uso de las fuerzas como medio de coerción y de acceso al poder, como natural del ejército gubernamental y político de diferentes facciones .

Para comenzar a desasnar el surco nos preguntamos ¿Qué eran las milicias? Buena parte de la historiografía se encargo de construir una definición de este tipo de cuerpos, muchas veces confundidas o superpuestas con otras fuerzas militares de Hispanoamérica. “Milicia” tiene su origen antiguo polisémico, Fradkin advierte sobre una compleja historia, en 1734 el Diccionario de la Real academia definía a las milicias como “cuerpos formados de vecinos de algún País o Ciudad que se alistan para salir a la campaña en si defensa, cuando lo pida la necesidad y no en otra ocasión” . En 1803 el mismo diccionario distingue las milicias provinciales o milicias urbanas, como “un número de compañía que reside fija en varios pueblos a las órdenes de sus comandantes que son por lo común los Gobernadores de las Plazas” . Durante el gobierno tardo colonial, en el espacio del Rio de La plata se organizan algunos cuerpos de milicias, pero fue durante las inversiones inglesas a Buenos Aires 1806 – 1807, luego de rechazar las fuerzas extranjeras, se convirtieron en elementos determinante de la fuerza militar, donde jugarían un rol decisivo en los sucesos revolucionarios de 1810.

…“Mucho trabajaron nuestros Generales y Alcaldes en dar las mas asertadas desposisiones animando a la jente de Nuetro Exercito que todo los Puntos Guardaban las Entradas a fin que el Enemigo no se acercara mas” … Al analizar la fuente se percibe una prematura formación de milicias y el compromiso, claramente se puede distinguir los distintos actores sociales, que con la defensa y reconquista de la Ciudad emergen como nuevos actores políticos, arribeños, vizcaínos entre otros, son los primeros en formar parte de las milicias, que luego van a elegir representantes . En el contexto 1806 – 1810 el fortalecimiento de las milicias modifica el equilibrio interno de la elite, más que cambiar la relación de la elite con el bajo pueblo, las invasiones como la irrupción de las milicias urbanas, reflejan la fragilidad y decadencia de la Corona. En tanto que en dicho periodo tampoco se puede distinguir la idea de una nación. Chiaramonte considera tres formas de identidad que coexisten en el espacio virreinal a comienzos del siglo XIX, hispanoamericano, rioplatense o argentina y la provincial, que persiste luego de 1810 .

El papel decisivo de las milicias locales acerva un rol determinante, aseguro el predominio militar de eses cuerpos y sus oficiales, reclutados en las elites criollas. Halperín Dongui sostiene, “la elite criolla podía contar ya antes de 1810 con el apoyo político y militar de clases populares movilizadas, y lo que lo había hecho posible era la financiación de esos cuerpos voluntarios con los recursos del fisco regio” . El autor, caracteriza esa situación como una de las innovaciones institucionales que transformaron al Virreinato del Rio de la Plata, al cobijarlas en núcleo burocrático y militar. Las milicias urbanas eran en su composición, cuerpos variados por sus costumbres y hábitos, estudios como los de Halperín Donghi o los posteriores de Gabriel Di Meglio demuestran de qué manera esto generó novedades en las relaciones entre diferentes sectores de la población, especialmente el estrechamiento de vínculos entre miembros de los grupos más encumbrados de la población urbana y la plebe urbana porteña . Esto se materializó en el armado de los batallones y particularmente en los momentos de la elección de los altos escalafones, dado que los oficiales de los batallones eran elegidos por sus propios miembros, se consolidaron así redes vinculares amplias que luego adquirieron formulación política.

El servicio de armas fue un requerimiento que se extendió, la Primera Junta modifico el tipo de reclutamiento militar incluyendo a fuerzas rurales y marginales, una ampliación que se convirtieron en profesionales, configurándose una rígida estructura jerárquica. En el interior a partir de 1810, “las atribuciones de los Alcaldes de Hermandad se acrecentaron, tenían facultad de fiscalización y control de la visa social, pero sobre todo facultad de organizar el reclutamiento de las milicias de su población” . Con el ejército ya profesionalizado, los compantes de la plebe porteña fueron primordiales, en los nuevos tercios cívicos en que se dividió la milicia urbana, en la cual deberían servir todos los adultos vecinos o avecindados . Los primeros tiempos de profesionalización, también surgieron en el periodo analizado varios motines militares dirigidos por miembros de la plebe, Di Meglio detecta un amplio margen de autonomía de la plebe con respecto a otros sectores sociales.

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