HISTORIA DEL CAFETO

HISTORIA DEL CAFETO

Todo comienza en África con un pastor llamado Kaldi, Kaldi solía hacer largos recorridos sobre las llanuras africanas y en una de esas travesías extenuado, notó que las cabras estaban muy vigorosas y saltaban frenéticamente, mientras entendía porque se comportaban así, descubrió que estaban comiendo las vallas de un arbusto, se acercó, tomó algunas y al probarlas se sentía lleno de energía y actuaba frenéticamente, luego Kaldi le llevo las vallas a un sabio y le conto sobre sus efectos, el sabio las desaprobó y las arrojó al fuego, pero a medida que se tostaban despedían un aroma que el sabio encontró muy apetecible, después las molió y las disolvió en agua, convirtiéndose en la primera tasa de café. Hoy en día el café es el segundo producto más comercializado en el mundo, pero hasta hace 300 años la única manera de conseguirlo era robándolo.

No fue cerca del año 500 D.C cuando los granos de café fueron tostados en Yemen y en Egipto en lo que hoy conocemos como el primer sorbo.

Para el siglo XVI se establecieron las primeras cafeterías en el mundo Musulmán, pero los árabes que pensaban que el brebaje tenía poderes místicos, cuidaban celosamente su tesoro y se rehusaban a exportar semillas fértiles al occidente.

¿Cómo un Venerable Contrabandeó a la India?

Por casi 500 años los árabes disfrutaban del café sin que mas nadie pudiera hacerlo. En el siglo XVII Baba Budán, un venerable indio peregrinaba a “La Meca”, desarrolló un gusto por el café como casi todos los virtuosos del área para mejorar sus vivencias religiosas. Una noche oscura Baba Budán, tomó 6 semillas fértiles, las metió en un pequeño saco que tenía, y asi sacó las semillas de La Meca, su travesía terminó en una emboscada mortal, pero los granos que sacó llegaron hasta la India, y fueron plantados y cosechados. Hoy, Baba Budán es venerado como un Santo Indio por haber sido quien liberó el café.

En ese mismo siglo, el café llegó hasta Europa y se convirtió en un éxito instantáneo. Los Holandeses monopolizaron su comercialización , plantándolo en sus colonias, pero cometieron un error, le regalarón una planta al Rey Luis XIV de Francia( los granos secos eran comunes en Europa, pero una planta viva era extremadamente rara y valiosa).

“La travesía épica de un Hombre y su planta de Café”

El café era de suma importancia en el Comercio Internacional de esa época. Para Luis XIV era una de sus mayores riquezas, lo que demostró con el intrincado invernadero que construyó para albergar a su hermosa planta de café.

A pesar de que el Rey XIV no mostraba ningún interés en compartir su preciada posesión, Otro hombre tenía sus planes para el futuro del café en Europa, pero primero debía apoderarse de la planta de Café de Luis.

Había un Oficial de la Armada Francesa llamado Gabriel Mathieu De Clieu, que era un soldado ambicioso, (por decir lo menos) y decidió que quería competir con los Holandeses en el mercado mundial, sí pudiera obtener una porción, solo un fragmento de aquella planta y llevarla a la Colonia Francesa de Martinica, entonces se habría ganado la lotería.

De Clieu, le solicitó un fragmento de la planta real, pero Luis XIV obviamente rehusó a esta petición, De Clieu se trepó por la pared furtivamente a la luz de la luna, entró al invernadero, tomó una fracción de la planta y se salió sin ser visto.

Esta fue la primera de una serie de decisiones letales que paso De Clieu, mientras zarpaba de Francia había el Caribe.

Pero para De Clieu su vida era algo secundario, comparada con el bienestar de su preciada planta, de acuerdo a su diario, otro pasajero envidioso de la planta de De Clieu, intentó comprársela, luego de que De Clieu se rehusó, el villano casi rompe la planta en una lucha para arrancársela

Durante el viaje, un barco Tunisino los atacó e intentó capturar la nave y su valiosa carga, después del enfrentamiento con los piratas, el barco de De Clieu escapó por muy poco.

Ahora él, y aún más importante, la planta, estaban a salvo. Seguidamente la nave enfrentó una terrible tormenta que estremeció el barco durante a su paso, amenazando con enviar a la nave, a De Clieu y a su planta al fondo del océano. La tormenta pasó y una vez mas De Clieu y su planta sobrevivieron.

La nave seguía a flote tranquilamente bajo un sol abrazador, esta calma que al principio parecía ser un alivio, demostró ser más siniestra que la amenaza anterior, pronto las provisiones de agua se quedaron cortas.

Morir de sed es uno de los peores destinos que puede enfrentar, pero De Clieu estaba dispuesto a correr el riesgo, dándole su ración de agua a la planta de café.

Debilitado por la sed y el cansancio, De Clieu, no lo sabía, pero él y su planta solo necesitaban aguantar unos pocos días más.

Su apuesta desesperada dio frutos, la nave arribó a Martinica, donde cuidados constantes la planta creció y se multiplico. Durante los siguientes 50 años el arbusto de De Clieu produjo una familia de más de 18 millones de plantas.

“El espía que Convirtió a Brasil en el mayor productor de Café en el Mundo”

El gobierno brasilero quería formar parte del mercado del café pero no tenían plantas, así que en 1727 enviaron al Teniente Coronel Francisco de Melo Palheta a traer algunas de la Guyana Francesa.

El teniente Coronel Francisco de Melo Palheta partió raudo a Guyana Francesa, su misión oficial era resolver las disputas fronterizas, pero su encargo real era volver con una planta de café.

Pero en el siglo XVIII las plantas de Café estaban celosamente custodiadas, las plantaciones literalmente estaban amuralladas.

El gobernador sabía que su propiedad era valiosa y que muchos intentarían robarla, así que Palheta decidió centrar su ataque en un objetivo más fácil que resulto ser Mary Clough, la esposa del gobernador.

Palheta era conocido por su legendario encanto y por la manera en la que hechizaba al sexo débil, & estaba más que dispuesto a emplearlo en el servicio de su país. Siendo un caballero, Palheta nunca comentó lo que había sucedido tras bastidores.

Lo que sabemos es que antes de su regreso a Brasil, Mary Clough le dio un obsequio como muestra de su afecto, pero el verdadero regalo estaba oculto entre flores (dándole la planta de café), esa semilla creció y se multiplicó, estableciendo a Brasil como el imperio cafetalero

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