Herodoto vs Putarco: La malicia de herodoto
Enviado por Diego Ubilla • 11 de Mayo de 2016 • Ensayo • 2.063 Palabras (9 Páginas) • 369 Visitas
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Pontificia Universidad Católica de Chile
Temas de Historia Antigua – IHT0107
Ensayo crítico
Heródoto
y
Plutarco:
La Malicia de Heródoto
Nombre: Diego Andreu Casas Ubilla
Profesor(a): Catalina Balmaceda
Ayudantes:
- Yasna Arcos
- Araceli Herrera
- Magdalena Irarrázaval
Fecha de entrega: lunes 18 de abril de 2016
Cuando se habla de historia, un personaje se viene enseguida a la cabeza, el conocido “padre de la historia”, Heródoto, quien revolucionó la forma de traspasar los hechos y conocimientos a las generaciones venideras y por eso es uno de los personajes más conocidos, si no es que el más conocido, por haber dedicado una parte de su vida a juntar en escritos, un fragmento de la historia, relatando hazañas y acontecimientos que marcaron las diferentes épocas de la humanidad de ese entonces. El título “padre de la historia”, no le fue dado en la actualidad, sino en el mismo pasado, tiempo después de haber escrito su obra, de donde podemos deducir que muchas personas del mundo antiguo lo consideraron realmente como un verdadero historiador, y así mismo, el padre de todos los historiadores. Por otro lado, también existieron algunos que no lo consideraron como un historiador de verdad, más aún creían que su obra era un acto de malevolencia aguda, como es el caso de Plutarco, en su libro “La malicia de Heródoto”, donde expresa:
“En efecto, como afirma Platón, no sólo es la peor de las injusticias dar la impresión de justo cuando no se es, sino que —más aún— es acto de malevolencia aguda simular buena disposición y una ingenuidad desconcertante. Considerando que se ha pronunciado así [Heródoto] sobre los beocios y corintios en especial (aunque sin exclusión de ningún estado), creo oportuno que salgamos en defensa de nuestros antepasados y de la verdad a un tiempo, ciñéndonos a ese preciso apartado de su obra.” [1]
En la cita anterior se puede ver como existe un fuerte rechazo a la obra de Heródoto, que debidamente tiene una razón de ser: la defensa de sus antepasados y de la verdad. Y para efectuar su crítica hacia Heródoto, Plutarco, en una primera parte describe lo que serían las características principales de un historiador maléfico, a lo que atribuye valerse de calificativos y expresiones más desafortunados, la extensión innecesaria de hechos irrelevantes para la historia, la censura de actos heroicos y nobles, entre otros[2]. Luego, en el resto del libro se dedica a ejemplificar con los escritos de Heródoto las características mencionadas.
Al analizar a dos personajes antiguos, como los son Plutarco y Heródoto, se deben tomar en cuenta dos factores muy importantes, que también lo son al momento de escribir historia. Estos factores son la cronología y la extensión temporal que rodean a ambos, ya que inciden directamente en el conocimiento que cada uno tiene del otro, de las intenciones de estos, y muchas otras cosas. Heródoto se estima que vivió en el siglo V a.C., mientras que Plutarco alrededor del siglo II d.C., esto da cuenta de lo distantes que están ambos en la escala temporal (alrededor de 700 años). Por esto, puede que las razones de Plutarco para desacreditar a Heródoto sean producto de consecuencias en la sociedad griega, que dejó el escrito de ese último. Una prueba de esto es cuando Heródoto investiga a la sociedad egipcia, y menciona que los griegos tomaron la costumbre de adoptar advocaciones para doce dioses de los mismos egipcios[3], entre muchas otras costumbres griegas que atribuye su origen al pueblo egipcio. Frases como estas, claramente pudieron terminar en menos credibilidad por parte del pueblo hacia las autoridades griegas, ya que todas las costumbres que les habían inculcado desde pequeños, serían una mera copia a las de otra sociedad más antigua que la propia. De esta forma, se puede dar cuenta de que el rechazo de Plutarco puede haberse debido por un lado a una cuestión política, o al alto nivel de patriotismo que pudo haber tenido este; y por otro lado quizá a revueltas que causó Heródoto con sus escritos, y hasta problemas que le causó al mismo Plutarco, sin haber tenido la intención claramente.
En el mismo ámbito del contexto histórico que envuelve a Plutarco al momento de escribir su obra, es decir, en el siglo II d.C., se debe mencionar que criticar a otros historiadores, en especial a Heródoto, ya que fue el vanguardista de todo el tema de la historia, debe haber sido un tanto “popular”, ya que todos querían escribir historia, y convencer a los lectores de que sus versiones de los hechos eran las verdaderas, no así las de otros historiadores, más cuando contradecían las suyas. Por lo que Plutarco puede haber sido uno más de ellos que sólo buscaba desacreditar a los demás historiadores.
Otro punto importante a considerar, es el estado en que los historiadores antiguos, o más específicamente Heródoto, tenían que escribir la historia o, mejor dicho, reescribirla. Ya que deben prácticamente armar un rompecabezas acerca de cómo sucedieron las cosas, entre lo que ellos mismos veían, lo que testigos oculares vieron, y lo que se decía en las cercanías. Y el mismo Heródoto lo menciona en una parte:
“Todo cuanto he dicho hasta este punto es producto de mis observaciones, consideraciones y averiguaciones personales; pero, a partir de ahora, voy a atenerme a testimonios egipcios tal como los he oído, si bien a ellos añadiré también algunas observaciones mías.” [4]
Esto da a conocer las claras fuentes que utilizó para escribir la historia, y para dejar en claro a sus lectores la dificultad de esto, además de que puede haber algunos testimonios que no sean del todo verdaderos, ya que son sólo escuchados de los alrededores. Cuestión que puede verse como un acto de honestidad hacia los lectores (lo más factible, debido a que fue un pionero en el género de la historia), o, por otro lado, como un acto de maleficencia, tal como lo insinúa Plutarco. Así, se puede ver como Plutarco no toma mucho en cuenta las dificultades a la hora de escribir historia, ni tampoco que Heródoto fue uno de los primeros que se involucraron en este ámbito. Y tampoco está de acuerdo en lo que refiere a honestidad por parte del historiador, ya que, si tiene dos posibles explicaciones a un suceso, prefiere escribir como verdadera la más verosímil, y dejar de lado las otras posibles versiones[5]. En temas prácticos, para los lectores que desean saber cómo fue realmente la historia, es de esperar que se prefiera que el historiador sea más honesto y cuente de qué forma obtuvo los datos de los que habla, tal cual como se hace en la actualidad. Un historiador que no trasparenta de donde extrajo cierta información, no es creído por más bien redactada que se encuentre su obra. Y, por otro lado, si se tienen dos versiones de una historia, es mucho mejor que el lector sea conocedor de ambas versiones, y juzgue a su parecer cuál le parece ser la más verdadera. Aunque pueden existir otras opiniones acerca de esto, como que es trabajo del historiador el investigar que versión de la historia es la verdadera, pero para esto, se debe tomar en cuenta también que en la antigüedad no existía la profesión del historiador, por lo que Heródoto no hizo esto como trabajo. Desde este punto de vista, Heródoto lo hizo muy bien, ya que, al ser un vanguardista en el género histórico, y sin tener mucha experiencia, se creó su fama con el conocido sobrenombre que fue mencionado anteriormente.
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