Histora Antigua
Enviado por albespa • 1 de Junio de 2012 • 1.896 Palabras (8 Páginas) • 1.080 Visitas
ROMA
La historia de Roma se divide en tres fases: la monarquía, la república y el imperio.
Hacia el 1100 a.C. un grupo de inmigrantes balcánicos, se establecen en la península itálica. Unos trescientos años después, se trasladan a la región norte de roma. Poseedores de una cultura más avanzada empiezan a dominar las tribus vecinas, imponiéndoles un rey.
Roma llega a dominar gran parte de lo que había sido el imperio de Alejandro Magno.
En el año 46 a.C., Julio Cesar es nombrado dictador pero muere dos años más tarde, asesinado por un grupo de republicanos.
En el 31 a.C., Augusto anexó Egipto a Roma, fundó un nuevo régimen pero conservando el sistema del régimen republicano. Su reinado de 41 años estuvo marcado por la pacificación del mundo mediterráneo.
Muchos después Vespasiano fue elegido como emperador con lo que se inicio la dinastía flavia.
Luego de su muerte, el senado proclamó emperador a Nerva dando comienzo a la era de los primero cinco emperadores Antoninos (Nerva, Trajan, Adriano, Antonio y Marco Aurelio). Sus reinados se caracterizaron por ser el periodo de paz y prosperidad más dilatada del imperio romano. Buena parte de la mejor arquitectura romana se edificó en este período.
Tras la muerte de Marco Aurelio, se inició la época del bajo imperio. Luego de una serie de guerras civiles, en el año 324 d.C., el imperio fue recompuesto por Constantino, que creò una nueva capital en la embocadura del Mar Negro, en el emplazamiento de la antigua Bizancio, Constantinopla, desde entonces rival de Roma.
La arquitectura romana no puede asociarse con un tipo de edificio “dominante”, como ocurre con el templo griego.
Podemos considerar el eje como unas de las propiedades distintivas de la arquitectura romana. Los elementos ortogonales y rotatorios se unen para formar totalidades complejas, organizadas axial.
Una segunda propiedad distintiva de la arquitectura romana es su utilización frecuente y variada del espacio interior como del espacio exterior activo. Se habla de la arquitectura romana como de una arquitectura “espacial”, en contraste con el carácter “plástico” de Grecia. En la arquitectura romana aparecen por primera vez varios espacios interiores aislados. Estos espacios muestran una gran variedad de formas y están cubiertas a veces por cúpulas. Los romanos trataron el espacio como una sustancia modelable y articulable, definido por los muros, entendidos como superficies continuas, más que como masas voluminosas.
Para hacer posibles tales superficies, los romanos desarrollaron una nueva técnica constructiva, utilizaban una especie de cemento que se conformaba de modo tal que creaba muros continuos, bóvedas o cúpulas.
Cosmovisión
Los romanos reconocen el deseo de conquistar el universo a partir de un centro conocido y significativo. Las ciudades se interpretaban como microcosmos y cada sitio recordaba al ciudadano el orden universal al que pertenecía. El espacio romano bridaba un máximo de seguridad sin confiar al hombre, sea física o psicológicamente, en un lugar específico.
Los romanos eran politeístas pero había una fuerza suprema, el hado, fuerza sobrenatural que gobierna a todos los dioses y humanos.
En los griegos los dioses estaban cerca de ellos y los protegían mientras que los romanos marcan dos ejes: el eje horizontal que representa la relación con los demás y el eje vertical que representaba la relación con el cosmos, con el mas allá.
La vida romana terrestre, era una manifestación directa y significativa de la voluntad divina. Sentían que debían vivir en conformidad con el plan divino, participando activamente en la historia. Para los romanos la vida terrestre no era mera reproducción imperfecta de los arquetipos ideales, sino una manifestación directa y significativa de la voluntad divina. El emperador era el enviado, por voluntad del hado y representaba a los dioses en la tierra. Fue asumiendo las funciones de los dioses. Sus acciones eran manifestaciones de la voluntad divina y se perturban mediante monumentos tales como columnas, arcos y edificios. Todos los monumentos romanos representan importantes acontecimientos históricos.
Los romanos a diferencia de los griegos no traban de lograr la belleza ideal. La belleza es funcional y práctica, no se preocupa por el orden ideal.
Paisaje y asentamiento
En tanto que el mundo griego constaba de una multitud de lugares individuales, el mundo romano estuvo siempre centrado en la capital. Roma era el “caput mundi”.
Los romanos dominaron la naturaleza, técnica y espacial, que su sistema rector de caminos y acueductos manifiesta este logro.
En los romanos se reconoce un nuevo hecho existencial: el deseo de conquistar el universo a partir de un centro conocido y significativo. La red de camino representa la propiedad básica del espacio existencial romano. En una red así constituida, los nodos son particularmente importantes, y los romanos los destacaron mediante puertas y arcos triunfales.
Esto no significa que los romanos carecieron del sentimiento de la naturaleza. También en el mundo romano algunos lugares fueron escogidos o consagrados en razón de su carácter particular. Cuando se consagra un “sitio”, el “augur” se sentaba en el centro y con su vara determinaba dos ejes principales a través del centro, dividiendo el espacio en 4 áreas. Esta división no era arbitraria, sino que representaba los puntos cardinales y se ajustaba a las formas del paisaje circundante.
También la ciudad se basaba en el mismo esquema: la superficie cuadrada o rectangular dividida en 4 partes mediante 2 calles principales que se cortan en ángulo recto:
_Cardo: la calle principal; con un recorrido N-S, representaba el eje del mundo.
_Decumanus: la calle secundaria; representaba la carrera del sol de oriente a occidente. Recorrido E-O.
Las calles principales llevaban a las 4 puertas abiertas en el muro de la ciudad.
La vivienda
La
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