Historia De Quimicaa
Enviado por Elvia_Monterroza • 14 de Mayo de 2015 • 15.282 Palabras (62 Páginas) • 301 Visitas
BREVE HISTORIA DE LA QUÍMICA
Los primeros procesos químicos conocidos fueron realizados por los artesanos de Mesopotamia,
Egipto y China. Al principio, los forjadores de esas tierras trabajaban con metales como el oro y el
cobre, que a veces se encontraban en la naturaleza en estado puro, pero rápidamente aprendieron
a fundir menas (principalmente los óxidos metálicos y los sulfuros) calentándolas con madera o
carbón de leña para obtener los metales. El uso progresivo del cobre, bronce y hierro dio origen a
los nombres que los arqueólogos han aplicado a las distintas eras. En esas culturas se inició
también una tecnología química primitiva, conforme los tintoreros descubrían métodos para fijar los
tintes en los distintos tipos de tejidos y los alfareros aprendían a preparar barnices y más tarde a
fabricar vidrio.
La mayoría de esos artesanos trabajaban en los monasterios y palacios haciendo artículos de lujo.
En los monasterios, especialmente, los monjes tenían tiempo para especular sobre el origen de los
cambios que veían en el mundo que los rodeaba. Sus teorías se basaban frecuentemente en la
magia, pero también elaboraron ideas astronómicas, matemáticas y cosmológicas, que utilizaban
en sus intentos de explicar algunos de los cambios que hoy se consideran químicos.
Una de las primeras ideas de la reacción química fue dada por Aristóteles, quien diferenció los
cuatro elementos (aire, agua, fuego y tierra), por medio de las cualidades de frío, húmedo, caliente
y seco. Cada elemento tenía dos cualidades y un elemento podía transformarse en otro al
modificarse una o las dos cualidades. Por ejemplo: el agua (fría y Húmeda) podía transformarse en
aire (caliente y húmedo) por calentamiento.
El primer paso hacia la explicación de la constitución íntima de la materia fue enunciada por los
Griegos Demócrito y Leucipo, que se considera hoy en día como la teoría atómica, identificada en
cuatro definiciones.
La materia está constituida por partículas pequeñísimas llamadas átomos, que son
indivisibles.
a.
Los átomos de elementos diferentes varían b. en peso y tamaño.
c. El espacio entre átomos es vacío.
d. Los átomos están en movimiento constante “como el polvo en un rayo de sol”.
La teoría de Aristóteles fue aceptada por los prácticos artesanos, especialmente en Alejandría,
Egipto, que después del 300 a.C. se convirtió en el centro intelectual del mundo antiguo. Ellos
pensaban que los metales de la tierra tendían a ser cada vez más perfectos y a convertirse
gradualmente en oro, y creían que podían realizar el mismo proceso más rápido en sus talleres,
transmutando así de forma artificial los metales comunes en oro.
Figura 1. Laboratorio de un Alquimista
Fuente: Enciclopedia Encarta 1998
Comenzando el año 100, de la era cristiana, esta idea dominaba la mente de los filósofos y los
trabajadores del metal, y se escribieron un gran número de tratados sobre el arte de la
transmutación que empezaba a conocerse como alquimia. Aunque nadie consiguió hacer oro, en la
búsqueda de la perfección de los metales, se descubrieron muchos procesos químicos.
Casi al mismo tiempo (y probablemente independientemente) apareció en China una alquimia
similar. Aquí el objetivo también era fabricar oro, aunque no por el valor monetario del metal. Los
chinos consideraban al oro como una medicina que podía conferir larga vida o incluso la
inmortalidad a cualquiera que la consumiera. Al igual que los egipcios, los chinos aumentaron sus
conocimientos de la química práctica a partir de teorías incorrectas.
La aparición en 1661 de la obra de Robert Boyle “The Sceptical Chemist” (El Químico Escéptico),
marca el final de la primera era de la Química y el principio de la segunda. En esta publicación,
Boyle destruyó la teoría de los cuatro elementos y precisó los conceptos de elemento, mezcla y
combinación.
En 1702, Ernesto Stahl enunció su teoría del Flogisto, en la cual consideraba toda sustancia
combustible como un compuesto de cenizas y flogisto, siendo ésta una sustancia completamente
inflamable que desaparecía en la combustión. La base de la teoría del flogisto era la ganancia de
peso al arder un metal. La oxidación de los metales era análoga a la combustión y, por tanto,
suponía pérdida de flogisto. Las plantas absorbían el flogisto del aire, por lo que eran ricas en él. Al
calentar las escorias (u óxidos) de los metales con carbón de leña, se les restituía el flogisto. Así
dedujo que la escoria era un elemento y el metal un compuesto. Esta teoría es casi exactamente la
contraria al concepto moderno de oxidación-reducción, pero implica la transformación cíclica de
una sustancia (aunque fuera en sentido inverso), y podía explicar algunos de los fenómenos
observados.
En el siglo XVIII, aproximadamente, otra observación hizo avanzar la comprensión de la química. Al
estudiarse cada vez más productos químicos, los químicos observaron que ciertas sustancias
combinaban más fácilmente o tenían más afinidad con un determinado producto químico que otras.
Se prepararon tablas que mostraban las afinidades relativas al mezclar diferentes productos. El
uso de estas tablas hizo posible predecir muchas reacciones químicas antes de experimentarlas
en el laboratorio.
Todos esos avances condujeron, en el siglo XVIII, al descubrimiento de nuevos metales, sus
compuestos y reacciones. Comenzaron a desarrollarse métodos analíticos cualitativos y
cuantitativos, dando origen a la química analítica. Sin embargo, mientras existiera la creencia de
que los gases sólo desempeñaban un papel físico, no podía reconocerse todo el alcance de la
química.
La interpretación inicial del papel de los gases en la química se produjo en Edimburgo (Escocia) en
1756, cuando Joseph Black publicó sus estudios sobre las reacciones de los carbonatos de
magnesio y de calcio. Al calentarlos, estos compuestos desprendían un gas y dejaban un residuo
de lo que Black llamaba magnesia calcinada o cal (los óxidos). Esta última reaccionaba con el
'álcali' (carbonato de sodio) regenerando las sales originales. Así el gas dióxido de carbono, que
Black denominaba aire fijo, tomaba parte en las reacciones químicas (estaba "fijo",
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