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Historia Económica De Mexico Desde 1810

jessicamarlene1 de Agosto de 2013

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Historia económica en México desde 1810-2010

Estas etapas son: Revolución Mexicana (1910-1920); Reconstrucción del Sistema Político Mexicano (1920-1940); Proceso de Industrialización y Desarrollo Estabilizador (1940-1970); Populismo (1970-1982) y Etapa Neoliberal (1982-2010).

1910-1920 REVOLUCION MEXICANA:

Si bien es cierto que la causa fundamental de la Revolución no es de orden económico, existen varios elementos en esta materia que contribuyeron a crear la coyuntura favorable para el levantamiento armado En primer lugar, en 1905 se abandonó el patrón bimetálico, que volvió las relaciones mercantiles más rígidas e hizo más vulnerable a la economía nacional ante las oscilaciones en el mercado mundial del precio de los metales preciosos, En esos años la política económica tuvo un efecto procíclico que aceleró la tendencia decreciente de la producción. En segundo lugar, hubo una crisis agrícola a consecuencia de las sequías de 1908-1909, lo que elevó el precio de los principales productos alimenticios para el mercado interno. En tercer lugar, los Estados Unidos y Europa entraron en una crisis económica en 1907, lo que redujo considerablemente el precio y la cantidad de las exportaciones mexicanas, lo que evidenció las limitaciones de la economía exportadora y jugó el papel de catalizador del descontento social y de los agravios políticos-sociales. Finalmente, el poco dinamismo de industrias muy ligadas al mercado norteamericano como la minería, la metalúrgica y, en general, la mayoría de las ramas industriales, provocaron un descenso de 15% en la producción industrial nacional en 1908, lo que aceleró la inflación que pasó de 8.5% en 1908 a 16.6% en 1910.3

Este contexto arriba referido, parece indicar que la lucha armada solamente agudizó la tendencia al estancamiento que ya venía observando la economía mexicana desde las postrimerías de la época porfirista, en particular en ramas como la minería, la agricultura y la producción de manufacturas. Sin embargo, no todas las actividades económicas se vieron afectadas por la lucha armada.

Aunque no existen cifras oficiales para el periodo revolucionario, se estima que el Producto Interno Bruto (PIB) creció a una tasa promedio anual de 0.7% entre 1910 y 1921, en tanto que el PIB per capita debió haber crecido a una tasa promedio anual de 1.0% ante la disminución de la población.

En estos años de lucha armada, la actividad en los transportes aumentó a una tasa anual de 3.1%, y para 1921 la producción petrolera, que apenas iniciaba en 1910, ya representaba el 7% del PIB.5John Womack (1992: 394-395) ha señalado que los estudios de corte histórico acerca del decenio revolucionario permiten sugerir que, pese al desorden y la violencia, hubo una economía mexicana entre 1910 y 1920. Según este autor, la economía era predominantemente capitalista, con regiones desigualmente desarrolladas, y la producción de petróleo y henequén tuvo un continuoauge durante todo el decenio. En este mismo sentido, Haber (1992: 416) señala que la mayor parte de la planta manufacturera de México permaneció casi intacta durante la lucha. La Revolución tampoco destruyó el poder de los monopolios y oligopolios que controlaban las manufacturas mexicanas. Podemos estar de acuerdo con Jean Meyer (2000: 163) cuando dice que “el periodo comprendido entre 1910 y 1920 no fue testigo del colapso de la producción ni de la paralización de la economía. La producción se recuperó rápidamente, pero siempre dentro de una economía caracterizada por desigualdades geográficas y sectoriales, rasgo que se vio agravado por la Revolución y por los lazos que la unían con la economía estadounidense”. Si se divide el periodo revolucionario en subperiodos, los años que corren de 1910 a 1913 se caracterizaron por una producción para la exportación que continuó creciendo (henequén), y una producción para consumo interno en descenso (maíz, frijol), y por una minería e industria manufacturera que mantuvo un comportamiento aceptable.

En el periodo 1913-1916 se registró la crisis económica más profunda, pues prácticamente todas las ramas de la actividad industrial resultaron afectadas, a excepción del petróleo y el henequén, a raíz del golpe de Estado de Victoriano Huerta (la famosa decena trágica del 9 al 18 de febrero de 1913) y el asesinato de Madero el día 22.

Uno de los problemas más graves de esos años fue el inevitable desorden monetario que provocó, como era lógico esperar, un agudo proceso inflacionario que no sería controlado hasta que, a partir finales de noviembre de 1916, un repentino e inesperado desatesoramiento de una gran cantidad de moneda de oro y de plata comenzó a circular nuevamente. Esta reintroducción de los metales hizo desaparecer al papel moneda, lo que en la práctica significó que el país retornara al patrón oro. El periodo 1917-1920 se caracterizó, en lo general, por la recuperación de la actividad económica por la vía primario-exportadora, que sólo volvería a ser cuestionada hasta la gran crisis de 1929-1932.7 Rosenzweig (1989: 24-25) afirma que, al parecer, la recuperación de la actividad

económica se inició en 1917 una vez consolidado el nuevo régimen y promulgada la Constitución que lo estructuró. Por otra parte, Lorenzo Meyer (1994: 237-238) resalta el hecho de que la industria petrolera tuvo una “época dorada” entre 1911 y 1921, en la que la producción de los campos mexicanos únicamente fue superada por la producción de los Estados Unidos. Este auge de la industria petrolera se debió al aumento de las reservas mexicanas y al aumento de la demanda internacional. Al final de la primera guerra mundial, México aportaba 15.4% de la producción mundial alcanzando un máximo de 25.2% en 1921, su momento más álgido. En suma, puede concluirse que durante el periodo revolucionario no todas las actividades productivas se vieron afectadas de la misma manera, y que incluso hubo algunas ramas que tuvieron un excelente desempeño

2. Reconstrucción del Sistema Político Mexicano (1920-1940)

Las políticas de reorganización de la economía, que con posterioridad serían el punto de arranque de la industrialización, dieron comienzo de manera precaria durante el régimen de Álvaro Obregón (1920-1924) y de Plutarco Elías Calles (1924-1928), para continuar más o menos vacilantes durante los regímenes de Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez (1928-1934), y convertirse por último en una política firme y más o menos sistematizada durante el gobierno de Lázaro Cárdenas.

El clima económico de las dos décadas posteriores a la Revolución fue inestable por la etapa de reconstrucción del sistema político nacional, pero el hecho que mmarcó este periodo, no sólo en la historia económica de México sino en la historia económica mundial, fue la crisis de 1929-1932, crisis que vista desde la primera década del siglo XXI, aún sigue siendo la peor que haya experimentado la economía mexicana.

Durante los primeros años del régimen de Calles fue posible reducir el presupuesto global de la federación, y aunque es cierto que el crecimiento de la economía entre 1921 y 1928 fue en su conjunto modesto, el inicio de estos 20 años tuvo acontecimientos importantes, como el logro del refinanciamiento de la deuda externa mexicana por Alberto J. Pani, Secretario de Hacienda. Asimismo, se devolvieron los ferrocarriles a manos privadas e inició operaciones el Banco de México (1925). La reanimación del conjunto de la economía en la década de los años veinte tuvo su origen en la expansión de algunas actividades industriales. En un contexto político aún inestable, y quizá a causa de eso, la economía mexicana entró en crisis en 1927 debido a la contracción de las exportaciones (-23.4% entre 1927-1929), la agudización de conflictos como el religioso, el externo con Estados Unidos por el petróleo, el agrario, y el político-militar entre Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón, que culminaría con el asesinato de éste último en 1928.12 Sin embargo, el verdadero desastre para la economía mexicana vino con la Gran Depresión mundial de 1929-1932, que en México derrumbó la producción (-14.8% en 1932), el PIB per capita en pesos (-16.3% en 1932) y en dólares (-22.5% en 1931 y -42.7% en 1932); provocó dos años de severísima deflación (12.7% en 1931 y 10.8% en 1932), y contrajo el consumo 11.9% en 1932 y la inversión privada 26.1% en 1931. A los efectos de la crisis mundial que se reflejaron en un derrumbe de los precios y de los mercados internacionales, se sumó el efecto depresivo de las políticas contraccionistas ortodoxas que se siguieron aplicando hasta 1932.13

Como consecuencia de la severa crisis económica, a partir de 1933 cobró fuerza entre los actores políticos la corriente que tenía en mente emprender un desarrollo interno con aspiraciones de autonomía nacional. Se consolidó el nacionalismo económico, lo que provocó que la concentración del poder estatal se apoyara cada vez más en organizaciones sociales como laConfederación Nacional Campesina CNC (1938) y la Confederación de Trabajadores de México CTM (1936). Este periodo tuvo como objetivos centrales regular la economía, hacer la reforma agraria e impulsar el crecimiento económico y de las empresas. Las políticas públicas se orientaron a crear la infraestructura esencial de industrias básicas como la eléctrica, para la cual se creó en 1933 la Comisión Federal de Electricidad. Tales propósitos demandaban un creciente gasto público y por lo tanto políticas monetarias y fiscales expansivas. Asimismo, fue en este periodo de la historia económica de México que el gobierno profundizó y amplió la reforma agraria, nacionalizó el petróleo

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