Historia Económica
Enviado por Peneroth • 17 de Marzo de 2014 • 5.383 Palabras (22 Páginas) • 177 Visitas
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Historia Económica
Tema 1
Las bases del crecimiento económico contemporáneo: la primera
revolución tecnológica en Gran Bretaña (1770-1815)
Introducción
· A comienzos del siglo XVIII Reino Unido tenía alrededor de 8’5
millones de habitantes que, en su mayoría, y tal como ocurría en el
resto de Europa, vivían en el medio rural y se dedicaban, sobre
todo, al trabajo agrario. Sin embargo, cien años más tarde los 21’2
millones de habitantes se localizaban, sobre todo, en ciudades y,
además, ya no se ocupaban preferentemente en el sector primario
sino en los restantes sectores productivos, especialmente en el
industrial. Este último había conseguido elevar de manera
significativa la productividad de los factores y su remuneración,
abriendo el camino sin retorno del moderno crecimiento económico
· Ningún otro país del mundo experimentó en aquel momento una
transformación de tales dimensiones. Sólo los Países Bajos, Francia
o las trece colonias norteamericanas independizadas en 1776,
comenzaron entonces, aunque con resultados iniciales muy
modestos, un camino similar
· ¿Cómo pudo producirse tal vuelco en un periodo tan corto de
tiempo? ¿Por qué tuvo lugar entonces si en los dos siglos anteriores
las modificaciones en la distribución del empleo o el crecimiento de
la renta habían sido muy limitados? ¿Por qué ocurrió en Gran
Bretaña?
· Actualmente, el fenómeno de la industrialización es considerado
por los investigadores como la culminación de un larguísimo
proceso de transformación económica y social, preparado durante
siglos y materializado inicialmente en aquella economía (la
británica) donde los cambios habían sido más profundos y que,
además, contaba con determinados activos (localización,
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disponibilidad de recursos, azar) capaces de proporcionarle una
ventaja inicial consolidada e, incluso, ampliada a lo largo del siglo
XIX
· Asimismo, los especialistas han dejado de considerar la economía
preindustrial como una larga fase de estancamiento económico en
la que apenas se produjeron cambios estructurales ni ganancias en
los niveles de productividad. Pese a compartir una característica
esencial (economías agrarias), el mundo anterior a la revolución
industrial era territorial y cronológicamente muy diverso (las
economías china, india, africana o europea presentaban diferencias
significativas; el siglo XVI fue distinto al XVII y éste al XVIII). En este
sentido, quizá el avance más decisivo y novedoso de la reciente
historiografía económica ha consistido en la confirmación de que en
la Europa del antiguo régimen existió crecimiento económico: a)
fue muy limitado (la tasa de crecimiento anual medio del
PIB/Habitante fue del 0’14 %); b) se localizó especialmente en
Inglaterra y Holanda, siendo muy escaso en el resto de Europa y,
fundamentalmente, en el sur y el este, donde el estancamiento fue
la nota dominante; y c) se produjo en el siglo XVIII, en parte como
respuesta a la profunda depresión de la centuria anterior y,
también, y cada vez más, como resultado de los inicios de la
industrialización
1. Gran Bretaña: la primera nación industrial del mundo
· La primera revolución tecnológica o industrial puede definirse como
el conjunto de cambios experimentado en la esfera de la
producción, la organización del trabajo y los sistemas de empresas a
partir de las últimas décadas del siglo XVIII (primero, en Gran
Bretaña; posteriormente, en el resto de los países de la Europa
occidental y EEUU). Desde una perspectiva más amplia, el término
acoge también todos los cambios de carácter estructural
(económicos, sociales, políticos, institucionales) que desde las Islas
Británicas se extendieron por el resto de Europa y EEUU, en una
primera etapa en un arco cronológico que, aproximadamente,
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puede situarse entre 1770 y 1870. En definitiva, transformación de
las estructuras productivas, emergencia de la industria como el
sector económico dominante y avances de la urbanización
· En ningún caso se trató de un fenómeno “revolucionario”. La
revolución industrial debe entenderse como el resultado de una
larga fase de madurez, rastreable al menos desde comienzos del
siglo XVI. Además, la mayoría de los beneficios sociales que propició
(en última instancia, el aumento de los niveles de renta y bienestar)
no se dejaron sentir hasta varias décadas más tarde
· Unos autores insisten en la necesaria transformación previa de la
agricultura y, en general, de la ampliación de los mercados como
requisitos imprescindibles para sostener cualquier proceso
industrializador. Otros, destacan la disponibilidad de recursos, el
papel desempeñado por la innovación tecnológica o los mercados
(interiores y exteriores) o los factores institucionales
1.1. Las transformaciones agrarias previas
· El sector primario había emprendido en Gran Bretaña, al menos
desde mediados del siglo XVI, un proceso de modernización
propiciado por sus condiciones climáticas (que permitían una mayor
rotación de cultivos y avances en la especialización), el
comportamiento de la demanda interior y la existencia de unas
instituciones que sancionaron un nuevo modelo agrario basado en
la gran propiedad agroganadera, el incremento del trabajo
asalariado y la producción para el mercado
· Este crecimiento agrario se consiguió mediante el aumento de la
superficie cultivada y, sobre todo, gracias a los avances
experimentados por la productividad de los factores. La confluencia
de tales variables permitió que los mercados agrarios británicos
fuesen cada vez más eficientes (sobre todo a medida que avanzaba
el siglo XVIII) y los incentivos que tenían los agricultores para
aumentar su producción cada vez más fuertes
Pérdida de activos agrarios
Incremento del producto por trabajador
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Aumento moderado de la productividad de la tierra y de la
superficie cultivada
Progresiva reducción de los cultivos tradicionales destinados
a la alimentación humana y del ganado (trigo, cebada,
centeno, avena y legumbres)
Incremento de la producción de carne y derivados lácteos
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