Historia Economica
Enviado por ibazaga • 19 de Noviembre de 2014 • 1.114 Palabras (5 Páginas) • 179 Visitas
EL ORIGEN DE LOS PARTIDOS
Se puede empezar a hablar propiamente de partidos políticos, aunque el
término es empleado antes, sólo cuando la política moderna se configura
en términos de participación, antes que nada electoral, extendida; cuando se
vuelve competitiva, y cuando los cargos de representación y de gobierno son
atribuidos a través de consultas electorales. Desde ese momento, los candi-
datos a los cargos, a menudo notables bien establecidos en colegios unino-
minales, sienten la necesidad, por un lado, de darle organización a su propia
actividad electoral y política y, por el otro, de aliarse con otros candidatos
que compartan sus posiciones. Este fenómeno puede iniciarse, como lo indi-
có Maurice Duverger, desde el interior del parlamento, y entonces serán gru-
pos de parlamentarios los que promuevan las organizaciones partidistas in-
jertándolas en sus propios colegios electorales; o bien, serán los opositores
de los grupos ya instalados en el parlamento los que se organicen fuera del
mismo utilizando alguna red social preexistente, como las asociaciones por
la defensa de los intereses de los trabajadores, las asociaciones de naturaleza
confesional o los grupos étnicos. Como se verá mejor más adelante, en el pri-
mer caso se originarán partidos definibles como parlamentarios; en el segun-
do, nacerán partidos extraparlamentarios; finalmente, surgirán también par-
tidos antiparlamentarios, fascistas y comunistas contra la política “burguesa”
parlamentaria.
Los partidos son, pues, organizaciones de muy reciente creación. Asi-
mismo, son organizaciones tan importante cuan controvertidas. Además, la
misma definición de partido no es fácil, porque muchas organizaciones
que se comportan o son obligadas a comportarse como partidos se rehú-
san a reconocerse como tales para rehuir las críticas que se dirigen contra
los partidos. Prefieren autodefinirse como movimientos, formaciones políti-
cas, ligas, alianzas, agrupaciones. Pero la sustancia se vuelve suficientemen-
te clara si la definición capta la esencia de qué constituye un partido. La defi-
nición clásica se remonta a Max Weber (1974: 707): “los partidos [...] son en
su íntima esencia organizaciones libremente creadas y que apuntan a un li-
bre reclutamiento [...] su fin es siempre la búsqueda de votos para elecciones
a cargos políticos". La definición contemporánea más sintétic’a y más precisa
es la de Giovanni Sartori (1976: 63): “un partido es cualquier grupo político
identificado por un membrete oficial que se presenta a las elecciones, y es
capaz de colocar, a través de elecciones (libres o no), candidatos a cargos
públicos". La definición de Sartori contiene los requisitos mínimos indispen-
sables para la identificación de un partido respecto a las otras organizacio-
nes que pretenden desarrollar actividades políticas.
La mayoría de los autores plantea que la organización que hay que defi-
nir como un partido que tiene que:
a) estar dotada de estructuras que permita la participación de sus afiliados;
b) ser capaz de formular un programa de políticas públicas;
c) estar en condiciones de durar más de una vuelta electoral.
Nótese por otra parte el realismo de Weber:
Incluso en caso de que la organización del partido de masa tenga una forma bas-
tante democrática -a la que después, como siempre, sigue un cuerpo desarrolla-
do de funcionarios asalariados-, al menos la masa de los electores, pero en un
ámbito bastante considerable también los simples "afiliados", no participa (o
participa sólo formalmente) en la determinación de programas y candidatos.
Más bien los electores son tomados en cuenta como factores concurrentes sólo
en el sentido de que programas y candidatos son elegidos adaptándolos a las pro-
babilidades que ofrecen de obtener sus votos. [1974: 707.]
Tanto con la definición de Weber como con de la de Sartori y, natural-
mente, con aquella
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