Historia Personal

Constantemente el ser humano se encuentra en conflictos con su misma especie, esto origina las peleas. A continuación les redactare una anécdota que viví cuando tenía alrededor de 13 años durante una noche en mi casa.

Todo comenzó un domingo por la noche, mientras toda la colonia donde vivo (Bellavista) dormía en sus respectivas casas, en frente de la mía se encontraba un restaurant bar llamado la “La Envidia”; que actualmente ya ha desaparecido, esa noche en la madrugada, mientras dormía pude escuchar varias voces por la ventana, que al final me acabaron despertando, al levantarme de la cama me asomé por la ventana para averiguar de quienes eran esas voces. Me percaté de que había un grupo de personas a fuera del bar charlando con otras dos personas que vestían playeras blancas y pantalones grandes, inmediatamente me di cuenta de que eran cholos. Estuve observando por un rato que pasaba, como a los 5 minutos los dos cholos intentaron entrar al bar, pero no los dejaron, entonces se quisieron pelear con los chavos que estaban en la puerta, pero como ellos eran 6, decidieron correrle. Después de que se fueron, yo volví a dormirme, porque pensé que ya se había acabado la discusión. Minutos después escuche que los cholos habían regresado al bar y les gritaban a los del bar, ellos salieron a ver qué pasaba, uno de los cholos se fue corriendo por toda la calle mientras el otro estaba discutiendo con los chavos del bar. Pocos segundos después, solo vi que los chavos del bar se metieron corriendo adentro y cerraron la puerta, yo volteé a la derecha y vi que venían alrededor de unos 30 o 40 cholos todos vestidos iguales de playera blanca, pantalones grandes y flojos, paliacate y venían rapados algunos. Al llegar al bar quisieron entrar a la fuerza, rompieron las ventanas y empezaron a destruir unas motos que se encontraban afuera del local. Al final no pudieron entrar y salieron todos corriendo rumbo a Faja de Oro. Creo que solo un chavo salió lesionado, porque un cholo lo golpeo, después de todo yo me volví a dormir como si nada hubiera pasado, ya no supe si llego la policía o si los denunciaron.

Francisco Javier González Ornelas

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