HISTORIA PERSONAL

HISTORIA PERSONAL

Aprendí a leer con el método silábico, haciendo planas y apuntando palabras que la maestra nos dictaba en el salón de clases. Para aprender a escribir hacíamos planas de letra cursiva y script, como tres veces por semana lo hacíamos e íbamos tratando de leer lo que poníamos. Así mismo entendíamos lo que escribíamos, reforzábamos nuestra escritura y el habla, al mismo tiempo.

Al momento de empezar a prácticas las operaciones básicas, el maestro ponía problemas en el pizarrón y entre todos participábamos en responderlos o pasaban uno por uno a resolverlos, cuando se nos dificultaba el maestro usaba materiales o cosas que se encontraba ya sea lápiz, reglas lo que sea para hacer conteos etc. Nos pedía aprendernos, una tabla de multiplicar por día, para preguntar al siguiente día de clases. Al concluir las clases nos dejaban de tareas, planas u operaciones básicas, dependiendo de lo que habíamos visto en la semana para que no se nos olvidara lo visto.

RESUMEN

Niños, jóvenes y adultos no solo tienen dificultad para aprender a leer y escribir, sino que aprenden a rechazar las materias vinculadas a las competencias lingüísticas. Lenguaje, gramática, redacción por la manera como son enseñadas. La escuela ha puesto el acento sobre la lengua escrita (leer y escribir) antes sobre la lengua oral (escuchar y hablar), bajo el argumento de que la primera tiene mayor complejidad y requiere mayor sistematicidad en el aprendizaje. Sin embargo, siendo la misión escolar por excelencia, el fracaso alfabetizador de la escuela es un hecho crecientemente reconocido y documentado. Hay textos más aptos que otros para ser leídos comprensivamente por un niño, un joven, un adulto. En la medida que “leer” es entendido básicamente como una actividad de desciframiento, los alumnos son entrenados en la habilidad de descifrar antes que en extraer en el significado de lo que leen.

3.2 A.

Torres(1996), Señala que, al complementar la primaria, deberán estar en capacidad de expresarse oralmente y por escrito con corrección y de forma coherente, comprendiendo cabalmente lo que leen y escriben, haciendo uso creativo y crítico de todos las destrezas y formas de lenguaje.

De acuerdo a lo que la autora cita, puesto que en primaria yo dominaba la capacidad de leer algún texto sin equivocarme y escribir de forma correcta. Torres (1996), especifica que, la lectura y escritura en el medio escolar, han perdido su función social cobrando autonomía como un conocimiento que sirve a los fines internos de la instrucción escolar: la escuela está formando lectores de probeta, redactores de tareas escolares. Leer fuera del libro de texto, del aula se ha perdido.

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