Historia Reflexión Sobre El Pasado
Enviado por acamachog • 13 de Enero de 2014 • 330 Palabras (2 Páginas) • 402 Visitas
Tas la lectura del artículo propuesto para la realización de este comentario crítico, lo primero que haré será plantear una respuesta a la cuestión que se nos presenta: ¿cómo damos una solución para superar la ‘brecha digital’ existente entre padres e hijos o, incluso, entre educadores y educandos?
Se planteaban dos posibles respuestas. En primer lugar informatizar a las familias y, en segundo lugar, racionalizar el uso de las TIC’S en el Colegio manteniendo informadas a las familias. Esas dos soluciones se me antojan insuficientes. No se trata de dar las claves de cómo hay que hacer para que nuestros hijos/alumnos estén más seguros navegando por Internet; se trata de hacer ver para qué se usa y cómo se debe usar.
Evidentemente es una herramienta muy útil pero no infalible. A veces nos encontramos opiniones, como en el artículo, donde siempre lo que va delante es el aspecto negativo. Yo soy de la opinión de que primero siempre lo positivo y después, lo negativo. Veamos por qué. Evidentemente tanto padres como profesores deben de ser ‘expertos’ usuarios de las tecnologías 2.0 y 3.0. Esto se traduce en el uso de herramientas y aplicaciones Web como son: whatsapp, Tuenti, Facebook, Twitter o aplicaciones para Android o dispositivos Apple.
Comentaba que me parecían insuficientes dichas soluciones pues se trata de formarse uno mismo. Cuando ya trabajamos sobre el terreno y conocemos, de hecho, las cualidades positivas se trata de que (desde el prisma de profesor o de padre) sepamos habilitar a los chicos para su correcto manejo. Esto implica lo que, por desgracia, falta hoy en día: tiempo. ¿Para qué? Para sentarnos con ellos y navegar en Internet, evidenciar los peligros y comentarlos (pornografía, pos-ups indebidas, etc) y no dar la espalda a la realidad que, sin lugar a duda, nos gustaría que fuese más limpia. Por tanto no basta sólo con informatizar o racionalizar; hay que ENTRAR. Digo entrar con mayúsculas pues, sin el tesoro del tiempo, nunca será oro todo lo que reluce.
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