Historia de las tierras antiguas

HISTORIA DE TIERRAS ANTIGUAS

El proceso de urbanización que ha vivido México se debe principalmente a los sucesos históricos que se han vivido desde los inicios de esta gran urbe.

Es una gran historia que se remonta desde los años 600-350 A.C donde comenzó el asentamiento de varias civilizaciones entre ella una de las más importantes la cual fue Teotihuacán, con una población aproximada de 94 mil habitantes.

Después y gracias a la caída de Teotihuacán, fue el inicio de batallas entre las diferentes ciudades-Estado que se encontraban en el Valle de México.

Eso dio como resultado la era de México-Tenochtitlan, la cual surgió alrededor del año 1324. Aunque en su principio no hubo un desarrollo urbano muy sobresaliente, definieron las bases políticas y culturales para así dar pautas al desarrollo territorial, las cuales siguen influyéndonos.

Lo mencionado anteriormente se logró en gran medida por dos gobernadores tenochcas: Izcóatl y Moctezuma I.

Izcóatl reorganizo la estructura sociopolítica y económica del país, además fue quien impulso la expansión del nuevo imperio.

Por otra parte Moctezuma encabezo la construcción urbana de Tenochtitlan, consolidando así la morfología del imperio. Esta construcción urbana se dio gracias al gran flujo de tributos que se podía vivir en esta época dando como resultado edificaciones más duraderas, entre ellas la más importante que fue El Templo Mayor, la cual era el núcleo de esta ciudad, ya que de ella partían hacia los cuatro puntos cardinales, las cuatro calzadas principales que limitaban la distribución de la población.

De este modo quedo asentada la base de la forma que tendría la ciudad, además de ciertas divisiones sociales que se verían en años posteriores.

Cuando México-Tenochtitlan fue conquistada por los españoles y se decidió reconstruir la ciudad en un proceso de “civilización” se tomó como punto de partida el mismo territorio azteca para reafirmar la victoria y de esta manera empezar la etapa de colonización, sustentada en la ocupación espacial de la vieja metrópoli.

Los conquistadores trataron de reflejar sus ciudades a imagen y semejanza en su nueva conquista, pero se encontraron con dos problemas: la condición lacustre y el diseño urbano preexistente.

Por esta razón la ciudad mantuvo la forma inicial que tenía el imperio derrocado, aunque claramente realizándole adecuaciones según los conquistadores encontraban más conveniente.

Este proceso de construcción fue posible gracias a la gran cantidad de mano de obra y despotismo a la que fue sometida la población indígena, siendo as que los viejos constructores de Tenochtitlan fueran los nuevos edificadores de la ciudad colonial. Lo peor de eso fue que a los indígenas los dejaron fuera de la ciudad central, mandándolos a habitar zonas aledañas, dando paso a la división social entre indios y españoles.

A pesar de eso los españoles involucraron a la antigua nobleza de los indios conquistados a un sistema político de delegación, donde estos antiguos nobles trataron de gobernar de la manera antigua logrando solamente la ruptura de la organización tradicional de los pueblos, ya que se encontraban bajo el mando de los colonizadores.

A mediados del siglo XVIII se vivió una de las etapas más importantes ya que hubo grandes acontecimientos respecto al desarrollo social de la nueva colonia.  Como parte de estos acontecimientos se planteó la idea de la integración indígena mediante la imposición del idioma español. Esta integración tuvo su mayor éxito en la región central del país, mientras que en otras partes se seguían hablando las lenguas nativas y por ende los comentarios ofensivos hacia estas fueron hechos por argumentos de conquista, en vez de una idea de homogeneidad.

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