Huesos De Lagartija

“Huesos de lagartija” es un libro que trata sobre la conquista de México y todo lo que vivieron los mexicas durante ese tiempo. Narra la historia de un hombre llamado Cuetzpalómitl, el cual estuvo presente durante la época de la Conquista. Ahora Cuetzpalómitl es un hombre viejo que cuenta su historia a sus nietos para que ellos la sigan contando a sus descendientes, con el objetivo que nadie olvide a nuestros antepasados.

El libro plantea la historia del pueblo mexica, y todo lo que sufrieron para defender su país, su tierra y sus costumbres. Logra trasladarnos a esa época y hace que entendamos todo el sufrimiento y el dolor por el que tuvieron que pasar los mexicas.

Esta historia se desarrolla entre los años 1519 y 1521, y gira en torno a la vida de Cuetzpalómitl y su hermano Cuahuitlícac principalmente. El destino de su hermano era ser un guerrero, y él siempre soñó con ser igual de admirado que él por sus padres, pero ese no era su destino. Él había nacido en el día de las lagartijas y por lo tanto, su destino era completamente distinto al de Cuahuitlícac. Cuetzpalómitl significa huesos de lagartija, él sería fuerte y sobreviviría a muchas de las cosas que sucedieran. Esa es la razón por la cual logró sobrevivir a todos los cambios de esta época. Todo comienza con la boda de Cuahuitlícac.

Todo iba con normalidad; algunos hombres mexicas asistían al Calmécac, donde los preparaban para ser sacerdotes, servir dioses, ir a la guerra, gobernar y juzgar. Organizaban la fiesta al Señor Xipe con el objetivo de que lloviera y la tierra cambiara de piel; en esta fiesta ofrendaban sangre picándose diversas partes del cuerpo y realizaban sacrificios.

Todo cambió cuando se comenzó a escuchar sobre los presagios, de los cuales los mexicas tenían la seguridad que eran señales de sus dioses. Por ejemplo el incendio del templo de Huitzilopochtli, cometas en el cielo, una mujer anunciando por las calles que abandonaría México y un lago con su agua hirviendo.

Desde este momento los mexicas sabían que algo estaba por suceder y creían estar preparados para ello. Un día los mexicas oyeron hablar de unos hombres que llegaban del océano, los españoles; pero en ese momento para ellos eran más que unos completos extraños. Comenzaron a cuestionarse el origen de estos hombres y hasta llegaron a creer que ellos eran sus dioses por traer con ellos objetos y animales que ellos nunca habían visto antes, como las armas y los caballos.

Lo que más les desconcertó a los mexicas fue que junto con los españoles venía una mujer de su misma cultura, “La Malinche”. Ella era la que se encargaba de traducir tanto lo que decía Cortés como los mexicas.

Los españoles se dieron cuenta rápido que podían manipular a los mexicas intimidándolos y no desaprovecharon tal oportunidad. Nadie sabía qué hacer,

ni su gobernante, Moctezuma. Los dioses no le hablaban a la gente, todos estaban cada vez más asustados y confundidos, ya que los viejos y los sabios del pueblo, decían que no había de hacerles guerra porque ellos tenían armas que nadie conocía que podrían matar a todo el pueblo. Un gran sacerdote dijo que habría una guerra de la que nadie se salvaría y que se podría evitar si los mexicas se sometían. Unos no estaban de acuerdo en esto y pensaban que luchar era lo mejor, uno de estos fue Cuahuitlícac.

Los mexicas estaban enfurecidos con Moctezuma por que no hacía nada y dejaba que los españoles hicieran lo que querían. Poco después los españoles tomaron prisionero a Moctezuma y él les daba todo lo que ellos pedían. Los españoles no mostraron ningún respeto hacia nada, ni a sus dioses, ni a su gente.

Después se enteraron que los españoles habían llegado a Tlaxcala, donde vivían sus peores enemigos. Muchos pensaban, incluyendo a Moctezuma, que los tlaxcaltecas podrían vencerlos y así nadie tendría que preocuparse de cómo luchar contra ellos. Pero no fue así, y pronto llegó la lamentable noticia de que los tlaxcaltecas habían sido derrotados y después de la lucha se habían rendido y unido a ellos, ofreciéndoles su apoyo incondicional.

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