IGLESIA CLANDESTINA EN ALMERÍA
Enviado por prendi10 • 25 de Octubre de 2018 • Documentos de Investigación • 449 Palabras (2 Páginas) • 96 Visitas
LA IGLESIA CLANDESTINA EN ALMERÍA (1936 – 1939)
Promesas…proyectos políticos incumplidos que en la II Republica acarrearon hambre, miseria y, en el tema educativo, ignorancia. Imponiendo dicha política su propia manera de ver el mundo. A todo esto, se suma la deficiencia formativa de los cristianos en España. Algunos de los obispos españoles denunciaban que lo sucedido era mayormente culpa de los católicos, por no aplicar debidamente la Doctrina Social de la Iglesia. Además, la constitución de 1931, totalmente anticlerical y anticatólica; llevando a revueltas y asesinatos, además de daños inconmensurables al patrimonio histórico-artístico nacional.
Desde 1931 en Almería se empezó la restricción religiosa, pero fue más fuerte desde 1936, con incendios, saqueos y además a encarcelar y detener a los sacerdotes. Almería sufrió una implacable persecución religiosa tanto por los republicanos como por la revolución roja. Se ejecutó no solo a sacerdotes sino también a personas que tenían que ver con algún tema religioso, y todas éstas sin juicio justo.
Algunos sacerdotes, religiosos y fieles también eran enviados a campos de trabajo. Los clérigos, consagrados y católicos que no pudieron escapar, iniciaron una vida insalubre en las catacumbas. La supresión del culto no fue por imposición legal sino por los propios revolucionarios y por las circunstancias que estaban aconteciendo, incluso el culto clandestino era motivo de detención y/o ejecución.
Gracias a muchas familias, muchos sacerdotes y religiosos, sobrevivieron en acogida. Estos hechos no hicieron que la fe menguara, sino que se mantuviera y con más fuerza aún. Se celebraban los sacramentos clandestinamente con asiduidad, menos el sacramento del Orden Sacerdotal. Para esto los sacerdotes, arriesgando su vida temerariamente, siguieron con su ministerio allí donde se les requería, siendo estos muy ingeniosos para ocultarse ante los milicianos. Esto no solo pasaba en la capital sino también en toda la provincia de Almería. Los sacramentos eran celebrados en cárceles y campos de trabajo, incluso había fieles que introducían la Sagrada Comunión clandestinamente en estos lugares.
Los milicianos no contentos con perseguir al clero también fueron por las casas particulares en busca de todo tipo de vinculación o signo religioso para destruirlo.
En estos años se perdió mucha de la humanidad propia del ser humano, impidiendo ver a los demás como personas con los mismos derechos. La zona republicana era zona sin ley y sin justicia. Admirable resulta ver el lado opuesto de la moneda, lo que una persona es capaz de hacer y de sufrir en situaciones límite, y más aún si se trata de defender y preservar la fe.
Muchos de los perseguidos por su fe fueron valientes, amando hasta el extremo a su Señor, sin renegar de su fe ni blasfemar contra su Salvador, dando su vida por amor a Cristo. ¡Gloriosos Mártires de Almería!
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