Informe Luis Emilio Recabarren

Luego de 100 años del comienzo de lo que se considera como “República de Chile”, la búsqueda del orden y del progreso se ha mantenido estancada producto de la oposición entre las clases sociales y el rol que estas cumplen dentro de la sociedad. Tal como señala Recabarren, el conflicto existente en la sociedad chilena que impide el desarrollo del país hacia el progreso, se manifiesta a través de la crisis moral existente en todos los espectros sociales, que según él serían tres, en primer lugar una burguesía capitalista centrada únicamente en el progreso económico, pero inmoral en la forma de conseguir lo que se proponen, luego en oposición a esta, la clase baja que a pesar de ser profundamente religiosa esta solo es una característica superficial, ya que en los barrios es donde se encontraría la “escuela de los vicios y la inmoralidad”. Por último existe una clase intermedia formada por burgueses empobrecidos que aspiran a recuperar su antigua gloria y por miembros de la clase baja que han conseguido escalar económicamente. A partir de lo señalado, es posible preguntarse ¿Cuál es la relación entre la moral y el progreso?, ¿Por qué el progreso se ve estancado producto de la inmoralidad existente en todas las clases sociales? Y por último, ¿Es posible que la consecuencia de esta crisis moral desencadene un circulo en el cual el progreso se torne imposible?

El progreso se manifestó como un modelo al cual las nuevas repúblicas debían ajustarse, estas tenían la obligación de incluirse a un mundo prácticamente construido, lo que tenía como consecuencia que estas repúblicas debían ponerse a la altura de los modelos europeos y norteamericanos para lograr formar parte del mundo. Por lo tanto, el orden y el progreso acompañado de las ideas positivistas expandidas en la época, se convirtieron en una obligación para estas nuevas repúblicas. Sin embargo, tal como indica Enrique Mc-iver, el progreso se haya para 1910 en un estancamiento: “¿Por qué nos detenemos? ¿qué ataja el poderoso vuelo que había tomado la República i que había conducido a la mas atrasada de las colonias españolas a la altura de las primeras naciones hispano-americanas? (…) ¿Es la raza? (…) ¿Son las instituciones? (…) ¿Es el territorio? (…) ¿Será la crisis económica? (…) En mi concepto no son pocos los factores que han conducido al país al estado en que se encuentra; pero sobre todos me parece que predomina uno (…) Me refiero ¿Por qué no decirlo bien alto? A nuestra falta de moralidad pública” . La moral desde este punto de vista, se transforma en un elemento de conflicto para la sociedad chilena, ya que al existir una deficiencia de esta dentro del sistema, se pone desde el inicio en juego la dinámica “orden y progreso”, ya que, la inmoralidad lleva a un desorden, a los vicios, a los intereses personales, al delito y al existir esta dinámica no puede haber progreso si no hay un orden establecido que permita el desarrollo. A partir de esto, es posible determinar que la crisis moral se encuentra establecida de manera transversal a toda la sociedad, afectando de distintas maneras a cada clase social, pero que en visto desde un aspecto más general, que sería la “sociedad chilena”, se denota una característica general a todas las personas que tiene como consecuencia una pérdida del deseo de progreso, ya que a partir de las distintas caras que adquiere la inmoralidad en cada clase social, se genera un deseo de desarrollo propio y de satisfacción de

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