Isadora duncan y mary wigman
Enviado por tam21 • 22 de Mayo de 2017 • Biografía • 3.637 Palabras (15 Páginas) • 301 Visitas
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Formas Modernas en la Danza
ISADORA DUNCAN (1878-1927)
Cuando hablamos de danza moderna es difícil imaginar que antes los principios que esta maneja eran casi imposibles de concebir, ya que había un rechazo total al cuerpo humano y sus necesidades fisiológicas, es por esto que el baile se convierte en una actividad prohibida y censurable.[pic 4]
Estos estigmas comienzan a romperse para el siglo XX, época en la cual uno de los factores que contribuye a esto, y sin duda uno de los más importantes, es la liberación paulatina de la mujer en diferentes ámbitos.
Bajo estos nuevos parámetros, era de esperarse que alguien como la gran “Isadora Duncan” resaltara rápidamente; Claro que hay que resaltar que su mayor apogeo fue en Europa, puesto que paso la mayor parte de su vida en el viejo continente.
Vida y obra de Isadora Duncan
“El caso de Isadora Duncan es diferente al de Delsarte, Loui Fuller o, Dalcroze, porque ella sí pretendió renovar la danza tanto en su ideología como en su técnica” (Markessinis)
Nacida en San Francisco (Estados Unidos), en Mayo de 1877. Desde pequeña se mostró en contra de la danza formal y todas sus estrictas reglas y estigmas. Se rehusó a tomar clases de danza clásica.
En el libro “Historia de la danza desde sus orígenes” (Markessinis) mencionan que su hermano Augustin concede en una entrevista que Isadora había estudiado ballet con Marie Bonfantin y Katti Lanner, dos de las “figuras” de la época, y que había estudiado, asimismo, otros tipos de danza, además de que utilizaba, desde que era una niña, ciertos ejercicios para desarrollar su expresión corporal.
Isadora creció y se educó en una familia singular, sus padres se divorciaron, debido a la avaricia millonaria del padre de Isadora. Su madre, quien también se llamaba Isadora crio sola y libremente a sus cuatro hijos. Pero debido a esta desafortunada desilusión la madre de Isadora paso del catolicismo tradicional al ateísmo absoluto. Gracias a las clases de piano que impartía su madre a las familias adineradas de San Francisco pudieron salir adelante.
A su madre solo le importaba la educación de sus hijos. Para ella todas las demás consideraciones carecían de sentido. Todas las noches se sentaba con sus cuatro hijos (Augustin, Elisabeth, Raymond e Isadora) y les tocaba al piano fragmentos de obras clásicas y románticas, además de que les recitaba versos y leía en voz alta pasajes de Shakespeare, Shelley, Keats o Burns. Y así sus hijos heredaron sin remedio el carácter libertario y artístico de su madre.
La pequeña Isadora a la corta edad de 10 años abandono la escuela ordinaria y comenzó a dar clases en su pequeña escuela improvisada para las niñas de su cuadra.
Más tarde a los 17 años Isadora se dirige a Nueva York, lugar donde se une a la compañía Agustin Dalay; pero ni el actor ni el productor estaban de acuerdo con la forma peculiar con la que Isadora forma su técnica.
Isadora deseosa de poder poner en práctica su método de interpretar plásticamente poemas por medio de la improvisación, decide abandonar la compañía dos años más tarde, en 1899, Isadora parte hacia Londres junto con sus hermanos Elisabeth y Raymond y sin un céntimo en la bolsa.
Ya en Londres Isadora se propuso estudiar los movimientos de la danza plasmados en el los bellos jarrones griegos que habitaban el museo británico. Para ella esta fue una época de formación, a base de exhaustivas y entusiastas lecturas, ensayos de sus nuevas danzas, en busca, sobre todo, de encontrar nuevas formas que le permitieran expresar más coreográficamente, y así poder profundizar más en su arte.
En 1900 debutaba en Paris en el teatro Sara Bernhardt, donde conoció a Rodin; era el año de la exposición universal. Después viajaría por Europa alcanzando éxitos increíbles. Con un estilo basado en la antigua Grecia.
Según datos encontrados en internet la prensa declaraba : "En esta época actual de elaboración y artificialidad, el arte de la señorita Duncan es como un soplo de aire puro procedente de la parte más alta de una montaña poblada de pinos, refrescante como el ozono, bello y verdadero como el cielo azul, natural y genuino. Es una imagen de belleza, alegría y abandono, tal como debió ser cuando el mundo era joven y hombres y mujeres bailaban al sol movidos por la simple felicidad de existir." (biografias y vidas, 2016)
Isadora comienza a viajar sin parar por Europa, en París como ya mencionamos se imbuyo del espíritu de Rodin, per también se menciona que lo hizo de igual forma de Bourdelle. Después conoce Italia, donde encuentra el renacimiento y se embelesa con el leve y sutil Botticelli. Cuya influencia en su arte es palmaria desde esos tiempos.
En el año de 1902 por fin realiza uno de sus sueños, y viaja a Grecia, donde peregrinaría a las fuentes del arte de occidente. Cerca de Atenas, en la colina Kopanos, comienza a levantar su propio templo de la enseñanza, pero debido a que sus recursos no le fueron suficientes se vio obligada a abandonarlo.
En 1905, Isadora Realiza su primer viaje a San Petersburgo, allí es invitada por la famosa Anna Pavlova, a su estudio de danza. Y tuvo el privilegio de contemplar a la gran diva realizando sus ejercicios. Este encuentro lo relata la propia Isadora en sus memorias, y cuenta cómo observa a Pavlova someterse a una gimnasia rigurosa mientras que un caballero toca el violín, quien sería ni más ni menos que el gran maestro Petipa.
Cito a Isadora sobre aquel encuentro con Pavlova: “Me senté y durante tres horas observé tensa y perpleja los sorprendentes ejercicios de Pavlova, que parecía ser de acero elástico. Su hermoso rostro adoptó las líneas severas del mártir. No paró ni un solo instante. Todo su entrenamiento parecía estar destinado a separar por completo la mente de los movimientos gimnásticos del cuerpo. La mente debía alejarse de esa rigurosa disciplina muscular. Esto era justamente todo lo contrario de las teorías sobre las que yo había fundado mi escuela un año antes. Lo que yo pretendía es que mente y espíritu fuesen los motores del cuerpo y lo elevasen sin esfuerzo aparente hacia la luz." (biografias y vidas, 2016)
No es de sorprender el total desacuerdo de Isadora hacia los principios rigurosos del ballet, pues ella creía y defendía que la danza debía ser una interpretación natural, una prolongación de los movimientos del cuerpo, y no movimientos a los que ella llamaba anti naturales como los era en ballet.
Durante estos años los escenarios Europeos pudieron extasiarse con la maravillosa Duncan a la que ellos apodaron “La ninfa”.
Apasionada y bellísima tenía un poder de seducción en quien la rodeaban, gracias a esto se comenzaron a asociar muchos nombres masculinos con ella. Y de aquí surgiría un supuesto maleficio, que según las lenguas, parecía que emanaba de ella. Y al parecer se encontraba ensañado en las personas a las que ella les entregaba su amor.
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