Isadora Duncan

ISADORA DUNCAN

Isadora Duncan nació en el año 1878 en San Francisco.

Hija de un matrimonio desunido y finalmente divorciado, su instinto la inclinó hacia el baile desde niña. Siguió cursos de danza académica hasta declarar su necesidad de crear una danza surgida a partir de auténticas emociones ya que consideraba vacía a la técnica del ballet, por lo que comienza una búsqueda del movimiento interior. Y es así como investiga las formas de las pinturas griegas y la naturaleza como fuente de inspiración.

En su autobiografía, titulada Mi vida, escribió: "Nací a la orilla del mar. Mi primera idea del movimiento y de la danza me ha venido seguramente del ritmo de las olas..."

Encontró modelos estéticos entre los griegos y en los artistas del Renacimiento Italiano, libera el cuerpo del tutú, usando túnicas que rescatan y muestran el cuerpo y el movimiento de manera natural. Túnicas amplias y de telas livianas. Por una concesión a la moral, usaba túnicas, pues su verdadera necesidad era mostrar el cuerpo desnudo, que según ella, era la manera de mostrar su danza. De este principio nacerá una de las características fundamentales de la Danza Moderna, el uso de las mallas que siguen la línea del cuerpo como una segunda piel. Es el vestuario que más se aproxima al desnudo, cuyo único objetivo es poner en evidencia la línea del cuerpo en movimiento.

Isadora baila descalza, eliminando el uso de la zapatilla de punta, retomando el contacto con el suelo y con la realidad del peso. De aquí en más toda la Danza Moderna será danza de pies desnudos.

Este sentido de lo natural, su lirismo y su riqueza vital, fueron el mensaje que Europa tomó como mensaje nuevo. Luego de recorrer con su estilo innovador diferentes países, Isadora tuvo que soportar críticas en cuanto a su forma de bailar y expresar como así también, causó influencias sobre distintos artistas como, por ejemplo, Nijinsky.

Duncan muere trágicamente en 1927, estrangulada por su chal, atrapado en la rueda de un automóvil en que paseaba.

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