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JUSTO SIERRA Y LA OBRA EDUCATIVA DEL PORFIRIATO, 1901-1911


Enviado por   •  6 de Marzo de 2014  •  3.408 Palabras (14 Páginas)  •  1.810 Visitas

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JUSTO SIERRA Y LA OBRA EDUCATIVA DEL PORFIRIATO, 1901-1911

LUIS ÁLVAREZ BARRET

LA SITUACIÓN POLÍTICA DE 1900

En el gabinete presidencial discutían dos figuras relevantes: Limantour, ministro de Hacienda; y Baranda, de Justicia e Instrucción Pública. Con ropajes novedosos, europeizantes, Limantour representaba a la juventud financiera, ansiosa de tomar en sus manos las riendas del poder; Baranda, que se dejaba querer por los viejos liberales y sin comprometerse con los nuevos que era antiporfiristas. El 7 de agosto de 1901 apareció el primer número de Regeneración, periódico de los hermanos Flores Magón, precedido por el Hijo del Ahuizote, de Daniel Cabrera. El lenguaje que usaban claridoso y agresión del periodismo evolucionario sembraba la alarma en los círculos oficiales y creaba un clima de ansiedad en todo el país.

Después de que Baranda renuncio y se fue del país he hizo que sus gobiernos barandistas de Yucatán y Campeche empezaron a declinar y cayeron definitivamente en 1902, Justino Fernández se hizo cargo de la Secretaría de Justicia e Instrucción Pública y como subsecretario encargado especialmente de la Instrucción Pública, fue Justo Sierra.

LA CONTROVERSIA SOBR EL POSITIVISMO

Otro acontecimiento fue la controversia sobre el positivismo en México que para en 1900 ya se planteaba una discusión en donde habría que considerar tres clases de adversarios del positivismo: los conservadores representados por el destacado escritor católico

Emeterio Valverde; los viejos liberales no positivistas representaban más significado era José María Vigil, y la naciente crítica filosófica que había de cuajar más tarde en el Ateneo de la Juventud. El positivismo de Comte, de Mill Spencer, utilizados de acuerdo a la historia de México de acuerdo con sus exigencias dice: “una historia que queda bajo los auspicios de genio de dos de sus más grandes educadores: Gabino Barreda y Justo Sierra.

LAS ESTRUCTURAS SOCIOECONÓMICAS DE MÉXICO EN 1900

Limantour tenía un poder incontrastable; era el mago de las finanzas, el que había consolidado la deuda y convertido la crisis en prosperidad. Prometía dar al Porfiriato el brillo del oro y la apariencia del progreso, además del señorío de la riqueza, aunque esta se apoyara en la explotación inicua de las clases laborantes. Latifundio y servidumbre, progreso y miseria, hambre y despilfarro se habían anudado gracias a las maniobras del ministro de hacienda.

El Porfiriato había llegado ya a la cúspide de su poderío; pero al restaurarse la República, el país estaba en bancarrota; los capitales mexicanos estaban escondidos y lo extranjeros aún no venían; el tránsito del desastre al progreso aparente, que había sido laborioso ante propios y extraños. Hubo que restaurar el crédito y ello sólo a base de grandes sacrificios.

La tesis, sobre estos cambios, era que don Porfirio, había modificado profundamente las condiciones del país, que lo había transformado en un incipiente estado capitalista aunque, para lograrlo, se hubiera apoyado en las viejas estructuras feudales, restaurándolas e, incluso confiriéndoles poder y riqueza sin precedente.

Conjurado el peligro de dominación extranjera representado por la invasión francesa y el imperio de Maximiliano, México puso sus esperanzas de progreso y bienestar en el capitalismo industrial, entonces ya en ascenso acelerado.

Interés sobresaliente del imperialismo yanqui en México, fue la construcción de una extensa red de ferrocarriles, y aunque no le preocupaba mucho el servicio que con esto se hacia nuestro país, sino el que dos modos, contribuyo a la organización de una red de comunicaciones que se extendía a casi toda la nación, en 1900 ya habían alcanzado un nuevo impulso la minería, la agricultura, las explotaciones forestales, la navegación y otros signos innegables del progreso; el desarrollo de la industria textil, de la alimentaria y de otras industrias de transformación.

JUSTINO FERNÁNDEZ EN LA SECRETARIA DE JUSTICIA E INSTRUCCIÓN PÚBLICA

Baranda no era fácil de sustituir; político muy sagaz, educador muy competente, jurista de reconocida sabiduría era, además, escritor atildado, académico de la lengua y destacado intelectual, con una formación humanística de alto nivel. Justino Fernández se hizo cargo de la secretaria de justicia e instrucción pública, y a su lado, como subsecretario especialmente encargado de la instrucción pública, fue designado Justo Sierra. Tal fue el principio de la gestión educativa del maestro Sierra.

Justo Sierra tuvo una creciente influencia en el ramo de instrucción pública; ya entonces había empezado a alejarse de una concepción rígida y estrecha del positivismo barrediano, y renovaba la obra educativa de Baranda capitalizándola a favor de una iniciativa de reformas y creaciones, que fue la característica dominante de aquella década, la ultima del Porfiriato.

EL CONSEJO SUPERIOR DE EDUCACIÓN PÚBLICA

El Consejo los directores generales de instrucción primaria y de enseñanza normal, los directores de escuelas profesionales y especiales, y otros funcionarios del ministerio, y además 20 personas seleccionadas por el gobierno entre los maestros mas competentes de los diversos servicios escolares.

La organización de éste cuerpo implicaba dos propósitos fundamentales que eran el de unificar los criterios referente a lo escolar en todos los niveles de educación y extender al país su esfuerzo unificador mediante una difusión de materiales rectores del consejo elaborados en su y seleccionados por sus comisiones técnicas. Los materiales serian planes de estudios, programas de enseñanza, métodos pedagógicos, libros de texto y otros materiales de trabajo.

La misión del consejo era, unificar la educación pública en escala nacional planteando metas que, por lo certeras, fueran capaces de movilizar la voluntad popular hacia el propósito concreto de formar varias generaciones de constructores de la patria que las viejas tradiciones liberales.

EL MOVIMIENTO PEDAGOGICO MEXICANO A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX

Los estudios pedagógicos comienzan en México durante la restauración de la República en 1867 y el Congreso Higiénico del Porfiriato de 1882 en el momento de la administración educativa.

Rébsamen fue llamado a hacerse cargo de la dirección general de enseñanza normal, puesto que incluía, entre sus responsabilidades, la de dirigir personalmente la escuela normal de México. La intervención del estado en las escuelas particulares así como sobre la institución de la escuela primaria superior. También conveniente señalar la presencia de Justino Fernández en el congreso de 1890-1891 y quizá, en el de 1889-1890. educativa de 1900-1901.

El

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