LA AUTOBIOGRAFÍA, HERRAMIENTA PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL PERFIL PROFESIONAL
Enviado por yancarlol • 11 de Abril de 2014 • Monografía • 2.375 Palabras (10 Páginas) • 441 Visitas
LA AUTOBIOGRAFÍA, HERRAMIENTA PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL PERFIL PROFESIONAL
Autoras: Albertina Bedia mali_bedia@yahoo.com.ar;
Sandra Casado sdcasado@yahoo.com.ar
Unidad docente: Verruno – Erlich
ABSTRACT
“… mientras menos sepa uno sobre el pasado y el presente, tanto más incierto será el juicio que pronuncie sobre el porvenir”, así escribe Freud en El porvenir de una ilusión, texto en el que define a la ilusión como la creencia sostenida en el deseo.
Como docentes de la materia Salud Mental observamos la importancia de solicitar a los estudiantes la realización de una autobiografía, esto les permite expresar cuestiones propias que hacen a las motivaciones y expectativas acerca de la carrera en curso y de lo que significa ser médicos. Así, estas creencias en las que se fundamenta la pretendida vocación médica, como ilusiones que se sostienen a partir de deseos singulares -deseo de curar, de cuidar, de sanar, etc.-, comienzan a ser deconstruidas, reconstruidas, repensadas e, incluso, transformadas en su conjunto a partir de la experiencia teórico-práctica que proporciona la cursada de la materia.
El trabajo que presentamos a continuación intenta dar cuenta de la autobiografía como una valiosa herramienta pedagógica para que los estudiantes, futuros médicos, puedan indagar acerca de su singularidad, las motivaciones que los llevaron a la elección de la carrera de Medicina y, a partir de ello, comenzar a construir su perfil profesional.
Palabras claves: Autobiografía / Vocación / Perfil profesional / Deseo.
LA AUTOBIOGRAFÍA, HERRAMIENTA PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL PERFIL PROFESIONAL
Palabras de apertura
Con el presente trabajo nos proponemos compartir algunas experiencias y reflexiones a las que arribamos como docentes de un espacio de trabajos prácticos de la materia Salud Mental, en la carrera de Medicina de la UBA.
Uno de los objetivos principales de nuestra tarea docente es incentivar en los estudiantes una posición reflexiva y crítica a lo largo de la cursada, ya que consideramos que el conocimiento se construye como resultado de un proceso cuya riqueza se debe al espacio de intercambio y construcción colectiva, que promueve la interrelación dialéctica entre práctica y teoría.
La vocación de médicos que convoca a los estudiantes a este espacio de aprendizaje proporciona el motor para iniciar el proceso. Contemplar los relatos de las historias de vida como parte de la enseñanza-aprendizaje le da fundamento y permite sostener la tarea de construcción del perfil profesional que comienza a gestarse en estos primeros años de la formación.
Vocación: juego de creencias, ilusiones, pasiones
En su texto (1) Freud fundamenta cómo toda creencia que es no científica o racional a la que solemos denominar ilusión, es sostenida con tenacidad por quien la inviste debido a deseos singulares poderosos. Lo esperable sería que, al recuperarlas, cada uno pueda lograr que estas ilusiones devengan motor para la acción, que dinamicen, promuevan y enriquezcan la futura tarea profesional.
Los principales motivos que afirman haber tenido los estudiantes de medicina y los jóvenes médicos para elegir la carrera están relacionados con un afán de desarrollo de sus capacidades laborales y con el resultado para la sociedad que estiman tiene su trabajo profesional, más que con los beneficios individuales que podrían obtener por él. Estos datos están presentes en una investigación recientemente publicada (2) y en las autobiografías de los alumnos de la cursada actual. A continuación, algunas voces en relación a lo que significa ser un buen médico y sus expectativas de la profesión, que coinciden con estas estadísticas:
“Para mi un buen médico es aquel que es humilde, cariñoso, responsable y siempre servicial…” (Lucas)
“Mis expectativas son, más allá de poder ser útil a los demás, poder aprender en el día a día, nunca creer que ya sé todo. Es generar un vínculo con las personas que se ven a diario. No tomar al paciente sólo como un conjunto de síntomas y signos los cuales la medicina los puede abarcar todos. Darle contención en todo sentido, y abordar los problemas de una forma más amplia e interdisciplinaria.
Considero un buen médico a aquel que por sobre todas las cosas le gusta lo que hace, ya que genera que se interese por el tema, sea curioso y busque progresar evitando la simple adaptación al medio.” (Mariana)
“Un buen médico sería aquel que pueda trabajar bajo cualquier circunstancia o presión, aplicando todos los conocimientos y habilidades que posee, que tiene los valores éticos y morales que se necesitan, que su enfoque principal siempre sea el paciente y establezca con este una relación y que además se preocupe por el entorno social, que proteja los intereses y el bienestar del paciente.” (Nadia)
“Un buen médico es el que es sincero con el paciente, que logra mejorarle la calidad de vida y curarlo o por lo menos acompañarlo en la enfermedad, al que de verdad le importan sus pacientes. Un mal médico lo describiría como alguien frío, que no mire a los ojos a su paciente y que lo trate como “un trámite más”, que no le dé ninguna explicación.” (Camila)
“Considero un buen médico a aquel que le proporciona el tiempo y trato necesario a su paciente, despejando sus dudas e inquietudes y sabiéndole responder a ellas con términos entendibles, que no se sienta superior por ser tal y coopere en salitas de barrio por gusto personal.” (María Luz)
“Siempre apuesto a la vida, por eso seré médico. Estimo que la carrera no se termina una vez obtenido el título, hay que seguir estudiando e investigando, más aún con los avances de los campos. Lo primero que debe poseer un futuro médico: saber adaptarse a las situaciones, compartir las carencias, formar e instruir en los hábitos de higiene y salubridad para lograr una buena salud, compenetrarse en la problemática de la persona humana, no en el tumor, no en el resfrío, no en el dolor de cabeza, sino en la PERSONA que lo padece, indagando sus causas, para atacar su desarrollo evitando su prosecución, para lograr restablecer su buena salud.
No me imagino a un mal médico, no creo que exista. Si llegó a ser Médico, a tener la posibilidad de ayudar a otros con su saber y su experiencia, no me entra en la cabeza que pueda haber alguien malo en esta profesión”. (Adolfina)
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