LA CONSTITUCIÓN DE BAYONA
Enviado por Jocelyn Samara Tejeda Marines • 27 de Febrero de 2022 • Ensayo • 4.464 Palabras (18 Páginas) • 236 Visitas
UNIVERSIDAD NACIONAL[pic 1]
AUTÓNOMA DE MÉXICO
Tema: Constitución de Bayona, 1808.
Profesor: Hermilo Lopez Baassols
EQUIPO 9.
Tejeda Marines Jocelyn Samara
Valenzuela Soberanes Guadalupe Citlalli
Geraldo Peralta Elba María
Torres Felix Hannia
INTRODUCCIÓN.
Napoleón le quiso dar a los españoles una constitución a-priori, pero la cosa termino bastante mal. Ello dado que una constitución no es algo que simplemente “se hace”, que se elabora o que se constituye como un producto artesanal, sino que es “el producto del siglos”, la idea y la conciencia de lo racional hasta el punto en el que éste se ha desarrollado en un pueblo. Por lo tanto ninguna constitución puede ser meramente dictada por algunos sujetos. Un pueblo debe tener por su constitución el sentimiento del propio derecho y de la propia condición, de otra manera la constitución si puede subsistir exteriormente, pero no tiene significado ni valor. Se puede presentar en algunos individuos la necesidad y el deseo de una constitución mejor, pero que la entera masa sea permeada por una idea como ésa es algo completamente distinto, y puede darse solamente más tarde.
La revolución Francesa fue lo que quiso dar a conocer a sus demás iguales, las atrocidades e injusticias que representaban los Reyes o Monarcas de la época, pensando más allá de lo que estaba establecido, y marcaba la ley.
REPÚBLICA E IMPERIO DE ESPAÑA Y EL CONSTITUCIONALISMO NAPOLEÓNICO.
Remontándonos a los antecedentes históricos que dieron lugar a la constitución de un país determinado, en este caso México o la antigua “Nueva España”, desde luego no se podía ignorar el contenido de la “constitución” o carta otorgada por José Bonaparte desde la ciudad francesa Bayona, el 6 de julio de 1808, que es el producto de una soberanía compartida.
El impacto de la Revolución Francesa y la Francia Napoleónica fue muy grande en todas las monarquías europeas del s. XIX, también en España, la cual condicionó tanto su política interior como la exterior.
En cuanto a su política interior, España intentó adaptarse, fue por ello que, Carlos IV asustado por los hechos que estaban ocurriendo, se refugió aún más en Manuel Godoy. En política exterior el resultado, a todos los niveles, fue desastroso. Primero se alineó contra Francia y esto lo arregló firmando la paz de Basilea en 1795, por la cual le cedía Santo Domingo y se comprometía a no luchar contra ella, así mismo le abriría el comercio colonial. Únicamente Manuel Godoy obtenía un beneficio, por lo que fue nombrado “Príncipe de la Paz”. Con el paso de los meses, entró en acción el motín de Aranjuez, provocado por la ocupación francesa de la cual creían responsable a Manuel Godoy.
España y Francia firmaron el tercer Tratado de San Ildefonso (1800); tratados de ayuda mutua contra Inglaterra, por el último de los cuales, Francia obtenía la Luisiana y el ducado de Parma, obteniendo Carlos IV el reinado de Etruria para su yerno Luis. Este motín fue llevado a cabo por los fernandistas que querían que Carlos IV cesase a Godoy, yasí consiguieron.
Godoy firmó con Napoleón el Tratado de Fontainebleau, por el que se autorizaba el paso de tropas francesas por España con el fin de invadir Portugal; país aliado de los británicos que se había negado al bloqueo continental contra Inglaterra, en guerra con Napoleón.
Francia declara la guerra a Australia y Prusia, por el veto del cual gozaba el Rey de Francia, el Rey Luis XVI,éste era inaceptable para los revolucionarios, como para la Asamblea y jacobinos. Fue así que el diez de agosto de 1792, se notificó destruida la monarquía.
Posterior a esto, el Rey fue detenido en el palacio de Tullería (a la que le denominan “el drama de Varennes) y encarcelado en la ciudad de Temple. Sencillamente, después de lo sucedido con el Rey, la constitución revolucionaria se convertiría en obsoleta. Dado el cambio material, se convocó a elecciones. Al mismo tiempo surge la integración de la Convención Nacional, que era la que concentraba en sí, absolutamente todos los poderes.
En esta proclamación, Napoleón se presenta como el salvador de España , a la que consideraba acabada y en fin de ciclo, necesitada de algunas reformas. Por consiguiente Fernando VII y Carlos IV le han cedido a él la corona para mejorar la situación, sin causar “quebrantos, desordenes y convulsiones”.
LAS ABDICACIONES DE BAYONA.
Durante la Guerra de Independencia, Napoleón se mostró ante España como aquel que regeneraría la política nacional, la cual acabaría con el Antiguo Régimen; como sostiene Roberto Breña: “[…] es un hecho que la Guerra de Independencia Peninsular funcionó como detonante para la revolución política que tendría como resultado el derrumbe del Antiguo Regimen”1. Por lo que consideraba necesario obtener los derechos de poder en España, ostentando el título de la corona.
Para lograrlo Napoleón convoca personalmente a Carlos y Fernando para obligarlos a renunciar a sus derechos como realeza. Y el 5 de Mayo de 1808 Napoleón y Carlos firman un pacto secreto.
“[…] animados por el común deseo de poner pronto fin a la anarquía que sufre España y salvar a la valiente nación […] deseando librar las convulsiones civiles y la guerra exterior […] han resuelto reunir todos sus esfuerzos y regular en una convención especial tan preciados intereses […] 1. Su Majestad Rey Carlos […] ha decidido ceder, como cede por la presente, a Su Majestad el Emperador Napoleón todo su derecho al trono de España y las Indias…”2.
De esta manera el Rey Carlos IV sedé el trono de España a Napoleón Bonaparte, estableciendo dos condiciones que deberán ser respetadas a futuro; la integridad de España y las Indias y la confesionalidad de España, señalando a la religión católica como la única y como aquella que debe ser protegida.
Una vez regresada la corona a Carlos IV, por Fernando VII, adquirió legitimación el nuevo título de Napoleón, otorgándole la facultad de elegir a un Príncipe para el trono de España, asegurándose que éste fuera independiente. Sin embargo Napoleón ya tenía a un Príncipe, que claro, no era independiente. Su hermano José Bonaparte, Rey de Nápoles.
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