LA EDUCACION NUEVA HISPANA EN EL SIGLO XVIII

LA EDUCACION NUEVA HISPANA EN EL SIGLO XVIII

Durante el siglo XVIII el objetivo de la enseñanza proporcionada a los indios. Cambio después de la conquista el fin primordial era instruir a los indígenas en la fe católica, se impartía esa instrucción religiosa en el idioma nativo, generalmente por los civiles criollos y sus ayudantes indígenas.

A mediados del siglo XVIII se promovió el establecimiento de escuelas de castellano en los pueblos de indios para que, además de hacer más precisa la enseñanza de la doctrina cristiana, se facilitara el nombramiento de sacerdotes diocesanos en lugar, de los frailes criollos que dirigían las parroquias de los indios.

El mandato de promover las escuelas de castellano no fue bien recibido ni por los indos ni por las órdenes religiosas, por su parte, los indios se oponían a la obligación de financiar la escuela con los fondos comunales y se resistían a enviar a sus hijos para aprender una lengua que consideraban extraña y difícil.

A pesar de la falta de entusiasmo, en poco tiempo se contaba con 286 escuelas en 76 poblados de indios en el arzobispado de México, por lo menos una cuarta parte de estas escuelas enseñaba a leer y a escribir, además de la doctrina cristiana. Estas escuelas representaban una insipiente estructura educativa en el área rural, que incluía un local, un maestro remunerado, un programa de fondos locales, enseñanza a veces más amplia que la instrucción catequista y supervisión por parte de la iglesia y del estado.

No solo se ordeno la enseñanza del español sino que se propuso desterrar los idiomas indígenas esta posición se modifico en 1782 por una nueva cedula que omitió cualquier mención de la supresión de las lenguas nativas y recomendó los medios mas suaves para persuadirlos a los indios de enviar a sus hijos a la escuela y que añadió, oficialmente, el mandato de enseñar a leer y a escribir, además de la doctrina cristiana al final del siglo XVII se formularon reglamentos para cada pueblo de indios según la ordenanza de intendentes, y en las poblaciones principales se asignaron salarios a los maestros de escuela. En 1797 había escuelas de primeras letras, sostenidas por las cajas de comunidad, en 72 pueblos de Michoacán y en 63 locales indígenas en Yucatán.

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