LA FORMACIÓN DEL MUNDO MODERNO
Enviado por nilokbry • 23 de Agosto de 2013 • 6.187 Palabras (25 Páginas) • 1.278 Visitas
1. La formación del mundo moderno (texto de Laclau)
2. El mercantilismo.
3. La Revolución ideológica
4. La Revolución Industrial.
5. El Imperialismo.
6. Estado y Sociedad en el pensamiento clásico (texto de Pontantiero y De Ipola).
7. Karl Marx: filosofía de la historia y crítica teórico-política del capitalismo
La formación del mundo moderno (texto de Laclau)
FEUDALISMO CAPITALISMO
Base agraria (sin división del trabajo)
Base Industrial (división del trabajo)
Señor Feudal (terrateniente) Burgués (propietario de los medios de producción)
Siervos de la gleba (viven de trabajar la tierra; pertenece a ella así como los bosques, los arroyos, etc.). Son campesinos los productores directos. Proletario: sólo vende su fuerza a través del juego de la oferta y la demanda. Es el productor directo.
Pacto Feudal: coacción extraeconómica, el señor feudal lo protege. La institución es la servidumbre. Propiedad Privada: coacción económica, el capitalista se queda con el excedente, llamado plusvalía.
La garantía de esta institución es La Iglesia La garantía de esto era el Estado Liberal.
Para liberarse solo tenían dos opciones el siervo: mujeres optar por el convento o los hombres por el ejército. El proletario es hombre libre. Oferta su fuerza de trabajo al burgués o capitalista. Este a cambio le abona un salario, y se queda con la producción.
Todas las sociedades que superaron un cierto estadio primitivo en su capacidad técnica y en su organización económica (desde la revolución neolítica en adelante) producen por encima de sus necesidades de consumo del productor directo. Ese superávit se denomina excedente económico, que permite las transformaciones antedichas. Según la forma en que ese excedente va a parar a manos distintas de las del productor directo y los procesos mediante los cuales se canaliza hacia determinados sectores de la sociedad. Estos criterios permiten diferenciar entre sí los distintos modos de producción.
En el modo de producción feudal, la institución básica es la servidumbre, es decir que el productor directo (siervo de la gleba, el campesino) está obligado a entregar al señor feudal parte de sus productos, o su equivalente en dinero, o bien determinadas jornadas de labor gratuitas. Todo esto en virtud de una coacción extraeconómica consuetudinaria, mediante un pacto feudal cuya garantía era La Iglesia. El Señor feudal, a cambio, se comprometía a brindarle protección al siervo de la gleba. El excedente económico así obtenido va a parar a manos del señor feudal. La coacción extraeconómica sobre el productor directo y la apropiación privada del excedente, constituyen la característica distintiva del feudalismo, a diferencia del modo de producción esclavista, en el cual el mismo productor es objeto de apropiación privada lo que convertía en esclavo.
En el modo de producción capitalista la apropiación privada del excedente se obtiene mediante el libre juego de la oferta y la demanda en el mercado de trabajo. El productor directo (el proletario) no es propietario de sus instrumentos de producción sino solo puede vender su fuerza de trabajo. Se ha transformado en obrero asalariado. En esta disociación entre la propiedad privada de los medios de producción y la fuerza de trabajo reside la esencia última del capitalismo. El tránsito del feudalismo al capitalismo está dado, por consiguiente, por un doble proceso, de un lado, la concentración progresiva de los medios de producción en manos de una clase distinta que los productores directos; de otro lado, la formación de un mercado de mano de obra constituida por asalariados que venden su fuerza de trabajo.
En la sociedad feudal europea, la clase dominante fundamental la constituía la aristocracia terrateniente que absorbía el excedente económico generado por el sector productivo básico: la clase servil. En los últimos siglos medioevales cobró progresiva importancia la burguesía comercial urbana, dedicada al comercio a larga distancia con Oriente. Esta encontró el mercado natural para sus artículos suntuarios orientales en la aristocracia terrateniente de Europa Occidental. El poder de compra del mundo señorial estaba dado por la magnitud del excedente económico obtenido del trabajoservil, parte del cual iba en concepto de pago de la burguesía. Si ésta tenía un conflicto parcial con el mundo señorial (ambos pugnaban por tener mayor parte del excedente), no cuestionaba, la permanencia de la explotación servil. De ahí que la lucha de clases más radical en las postrimerías de la Edad Media fuera la que enfrentó a los siervos de la gleba con el conjunto de las clases feudales aristocráticas y burguesas, o sea la rebelión campesina, que adoptaba la forma de bruscos y violentos estallidos depredatorios.
El mercantilismo.
El mercantilismo es el sistema de organización económica, política y social que predominó entre comienzos del siglo 16 y comienzos del siglo 17.
Su característica central es el papel predominante que asume el Estado en las más diversas esferas de la actividad económica correspondiente a las naciones europeas que surgen en ese momento. Se trata de un Estado feudal que representa los intereses de la nobleza agraria y del gran comercio privilegiado; sin embargo, es durante su transcurso cuando se produjo el tránsito hacia el moderno modo de producción capitalista, que se consolidará en forma definitiva con la Revolución Industrial desde 1760. Las revoluciones inglesas del siglo 17 y la francesa del siglo 18 marcarán el ocaso inexorable del Estado feudal.
Al iniciarse la época mercantilista, la sociedad europea seguía siendo fundamentalmente agraria. Desde el punto de vista de la actividad industrial, el pequeño taller artesanal, en el cual el propietario trabajaba con sus propios medios de producción seguía siendo la forma dominante. Las grandes manufacturas de Flandes y del norte de Italia eran apenas puntos brillantes en un régimen productivo que globalmente había experimentado pocas variantes. El gran comercio mantenía su división tradicional entre la circulación de cereales y el pescado salado del Báltico y del Mar del Norte, laimportación de especias y artículos de lujo de Oriente y la venta de tejidos.
El hecho más significativo –que dará la base territorial para su puesta en práctica- los constituye la consolidación de las nuevas monarquías absolutistas, que se habían venido gestando en los últimos siglos medioevales. Este fenómeno se intensifica en Inglaterra a partir del reinado de Enrique VII, en Francia con Luis XI, en España con los Reyes Católicos y en Portugal bajo Enrique el Navegante. Sus principales raíces del proceso son la diversificación
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