LAS CRUZADAS
Enviado por eliusmarycamacho • 4 de Noviembre de 2013 • 1.970 Palabras (8 Páginas) • 263 Visitas
LAS CRUZADAS
Las cruzadas fueron una serie de campañas militares impulsadas por el papado y llevadas a cabo por gran parte de la Europa latina cristiana, principalmente, por la Francia de los Capetos y el Sacro Imperio Romano. Las cruzadas, con el objetivo específico inicial de restablecer el control cristiano sobre Tierra Santa, se libraron durante un período de casi doscientos años, entre 1095 y 1291. Más tarde, otras campañas en España y Europa oriental, de las que algunas no vieron su final hasta el siglo XV, recibieron la misma calificación. Las cruzadas fueron sostenidas principalmente contra los musulmanes, aunque también contra los eslavos paganos, judíos, cristianos ortodoxos griegos y rusos, mongoles, cátaros, husitas, valdenses, prusianos y, principalmente, contra los enemigos políticos de los papas. Los cruzados tomaron votos y se les concedió la penitencia por los pecados del pasado, a menudo llamada indulgencia.
CAUSAS GENERALES DE LAS CRUZADAS
Las Cruzadas principalmente fueron impulsadas por causas religiosas, causas políticas, causas económicas, o una combinación de estos factores que desencadenaron las expediciones de cristianos hacia oriente (Recuperar Tierra Santa “Jerusalén”).
Hay una gran variedad de opiniones sobre este asunto. Algunos afirman que fueron una respuesta necesaria de la cristiandad por la opresión hacia los peregrinos por parte de los musulmanes que controlaban Jerusalén. Otros afirman que era una política imperialista enmascarada en la piedad religiosa. Sin embargo, otros argumentan que se trataba de movimientos sociales en una Europa medieval que estaba saturada con nobles sin tierras. A continuación explicaremos las principales causas de las cruzadas:
1. Causas Políticas: A mediados del siglo XI los turcos selyucidas, de raza mongólica y religión musulmana procedentes del Turkestan, habían conquistado el Califato de Bagdad, imponiendo su dominación desde Jerusalén hasta las costas del Golfo Pérsico. Los turcos, dentro de sus conquistas, le arrebataron al imperio bizantino, el Asia Menor, estableciendo su capital en Nicea, ciudad que se encontraba a solo 100 Km. de Constantinopla. El temor del emperador bizantino, Alejo I, fue tan grande, que tuvo que solicitar ayuda al Papa Urbano II. Este acogió con beneplácito el llamado del emperador y unifico la idea de las Cruzadas en el Concilio de Clermont (1095), resolviéndose invitar a todos los príncipes y nobles cristianos, a emprender una cruzada contra los musulmanes.
2. Causas Religiosas: El fundamento importante fue la fe religiosa del pueblo europeo. Aprovechando este sentimiento colectivo, el Papa Urbano II inicio la predica de la cruzada ante una multitud de fieles, en la ciudad de Clermont (Francia 1095), para luchar contra los infieles mahometanos. Al terminar su predica el Papa empleo la siguiente frase: "Renuncia a ti mismo, toma tu cruz y sígueme". La aprobación de la multitud se hacía sentir al grito de "Dios lo quiere".
En conclusión, esta causa la resumimos en la rivalidad entre el cristianismo y el islam, y la preocupación del pueblo europeo por recuperar el Santo Sepulcro del poder de los turcos, quienes hostilizaban a los peregrinos que visitaban estos santos lugares.
3. Causas Económicas: Esta empresa prometía gloría, fama, fortuna, y nuevas tierras a los grandes señores adiestrados en el guerra; a los vasallos más pequeños, riquezas y liberación del poder feudal. También respondía al deseo de emprender comercio con Oriente, imposibilitado por los pueblos musulmanes.
Finalmente, como otras causas podemos considerar el espíritu aventurero, condición innata de los señorees, a quienes seducía lo desconocido y lo extraño.
CONSECUENCIAS DE LAS CRUZADAS
Las Cruzadas influyeron en múltiples aspectos de la vida medieval, aunque, en general, no cumplieron los objetivos esperados. Casi todas las expediciones militares sufrieron importantes derrotas. Jerusalén se perdería en 1187 y lo que quedó de las posiciones cristianas tras la III Cruzada hasta su definitiva pérdida en el siglo XIII (San Juan de Acre -1291) se limitaba a una estrecha franja litoral cuya pérdida era cuestión de tiempo. Además, los señores de Occidente llevaron sus diferencias tanto a las propias Cruzadas (Luis VII de Francia y Conrado III en la II Cruzada; Ricardo Corazón de León y Felipe II Augusto en la III) como a los estados cristianos fundados en Tierra Santa, dónde los intereses de los diferentes grupos dieron lugar a numerosos conflictos.
En el intento de reensamblar las cristiandades latina y griega, no sólo falló la Cruzada, sino que acentuó el odio y la diferencia entre ellas, convirtiéndose en causa última de la ruptura definitiva entre Roma y Bizancio. Cierto es que Bizancio pidió ayuda a Occidente, pero al modo tradicional, pequeños grupos de soldados que le ayudasen a recobrar las provincias perdidas, no con grandes ejércitos poco dispuestos a someterse a la disciplina de los mandos bizantinos, o que se convirtieran en poderes independientes en las tierras que ocupasen o en la propia Constantinopla, como ocurrió en la IV Cruzada. Historiadores como Ana Comneno o Guillermo de Tiro nos han dejado testimonios del impacto del paso de los cruzados por las tierras bizantinas y el choque entre la brutalidad de costumbres de los occidentales y el refinamiento cultural bizantino.
Por último, y a pesar de los réditos políticos que las Cruzadas tuvieron para el Papado como director de la política exterior europea, pronto se encontró Roma con voces que criticaban su uso como instrumento al servicio de los intereses papales, sobre todo desde que no se limitaron a los musulmanes, y se dirigieron también contra los disidentes religiosos o los enemigos políticos.
RENACIMIENTO DEL COMERCIO
Durante el Renacimiento, las ciudades europeas crecieron en poco tiempo, debido entre otras causas al desarrollo del comercio y las actividades industriales. Este hecho provocó el surgimiento de los burgos, ciudades dedicadas al comercio, como Génova y Venecia.
A medida que las ciudades crecieron, aumentó la población y también el número de artesanos y comerciantes o burgueses. Este nombre que sirvió para designar a los habitantes de las ciudades, también sirvió para nombrar a la nueva clase que surgió en este periodo: la burguesía.
La burguesía estaba formada por los comerciantes que poseían talleres en los que trabajaban
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