LOS PRIMEROS TIEMPO DE EUROPA
Enviado por praderilla • 20 de Octubre de 2016 • Ensayo • 6.525 Palabras (27 Páginas) • 234 Visitas
LOS PRIMEROS TIEMPOS EUROPA: DE LA REVOLUCIÓN AGRÍCOLA AL MUNDO CLÁSICO
La agricultura llegó a nuestra vieja Europa probablemente desde Anatolia. A partir de ese momento, que podemos situar en torno a unos 6000 años antes de Cristo, el hombre comenzó a hacerse sedentario y a crear manifestaciones culturales que han sobrevivido hasta nuestros días. Unos dos mil años después, se extendió la cultural megalítica, que aunque demuestra la existencia de un complejo mundo social, sigue siendo un misterio para los historiadores modernos. Los monumentos megalíticos se desplegaron desde la isla de Malta hasta Escocia.
A partir del cuarto milenio, el territorio que será llamado Europa ([1]) comenzó a experimentar un desarrollo importante de esas culturas campesinas que se extendieron a lo largo de todo el continente, aunque presentaron diferencias sustanciales entre unos lugares y otros. La zona del Mediterráneo Oriental conoció un importante desarrollo demográfico, a la vez que islas como Chipre se convirtieron, además de en puntos estratégicos de intercambio de mercancías, en verdaderos lugares de encrucijada cultural con Oriente, atrayendo a una buena cantidad de personas, sobre todo mercaderes, de lugares lejanos. Todo ello contribuyó a extender nuevas costumbres por amplios territorios. Por lo que respecta a la región de los Balcanes, inició la metalurgia gracias al trabajo con el cobre, lo que generó importantes adelantos y desarrolló una pujante industria de orfebrería, destacando las piezas realizadas en la orilla del Mar Negro (cultura Gumelnita, también conocida como civilización de Varna). En contraposición, el Mediterráneo occidental, debido a la escasez de cobre, no inició aún trabajos de metalurgia, aunque sí experimentó cambios importantes en la artesanía de la cerámica, consolidándose lo que se conoce como la cultural de la cerámica lisa. Estas nuevas formas de trabajar la cerámica tuvieron gran éxito y se extendieron por buena parte de Europa occidental. La excepción a esta tendencia fue la región que hoy ocupa Almería (España), donde sí se comenzó a trabajar el cobre. En cuanto a Europa central, aunque también experimentó un considerable crecimiento y sus pueblos se volvieron sedentarios, mantuvo y preservó sus antiguas costumbres, sobresaliendo la cultura de Roessen, en las actuales Alemania central y Francia occidental, o la de Michelsberg, en las actuales Suiza y Alemania oriental. Destacó en este entorno la región hoy ocupada por Hungría, cuya proximidad con los Balcanes le permitió recibir influjos culturales que a su vez transmitió a las regiones danubianas. Pos su parte, la Europa del mar del Norte y del Báltico comenzó a tener por primera vez influencias de las zonas próximas, desarrollando también una cultura de corte agrícola. En general, puede concluirse que hasta el segundo milenio Europa no conoció la generalización de la cultura del cobre, lo que impulsó importantes cambios en todo el continente junto con la cultura del vaso campaniforme, que se extendió de manera regular por el espacio geográfico que hoy conocemos como Europa, aunque manteniendo diferencias regionales. Finalmente, un gran paso se dio con el descubrimiento de la aleación entre cobre y estaño, que sustituyó al cobre, mucho más difícil de fundir en solitario. Un nuevo mundo estaba emergiendo.
LAS PRIMERAS GRANDES CIVILIZACIONES
Entre el segundo y el primer milenio inició lo que podríamos llamar la era de las primeras urbanizaciones. Nuestro Viejo Continente vio el surgimiento de civilizaciones con una compleja organización social que crearon importantes ciudades en las que destacaron formas de gobierno evolucionadas y culturas avanzadas en donde el comercio, el intercambio cultural y el desarrollo industrial y agrícola fueron significativos. Es el momento en el que sobresalieron pueblos como los minoicos, los micenos o los etruscos.
Los minoicos, primera civilización creada por pueblos de lengua griega procedentes de la península de Anatolia, se extendieron a lo largo de la Edad de Bronce. Este grupo humano empezó a desarrollarse desde el 3000 a J.C. en la isla de Creta, pero fue unos 400 años después cuando comenzó a tener influencia en toda la región del mar Egeo, llegando a su cumbre en el II milenio. Su cultura sobrevivió hasta aproximadamente el 1400 a J.C., aunque había entrado en una crisis profunda años antes, cuando sus palacios fueron destruidos, probablemente por una serie de terremotos provocados por la erupción del volcán Santorini (antes llamado Thera, que puede traducirse como “miedo”), ubicado en el noreste de la isla. Una de las cuestiones más llamativas de este pueblo fue, precisamente, que su desaparición se debió fundamentalmente a causas naturales y no a invasiones o guerras, aunque después de las explosiones y maremotos los habitantes de la Grecia continental llegaron a Creta, asentándose en la isla. Fue una civilización pacífica que destacó, además de por el comercio y por su arte colorista, porque evolucionó desde la escritura jeroglífica a la fonética (silábica Lineal A y silábica Lineal B), que luego fue adoptada por los micénicos y que constituyó también la base del griego antiguo. De su estructura social sabemos poco, aunque los indicios encontrados apuntan a que la autoridad, tanto espiritual como política, residía en el jefe del palacio, que debía renovar su liderazgo periódicamente. Las familias minoicas eran propietarias de la tierra que trabajaban y no parece que existiera la esclavitud.
Los micénicos ([2]) se sitúan cronológicamente después de los minoicos, es decir, al final de la Era de Bronce. Según escribió en 1941 Arne Furumark, profesor de la Universidad de Uppsala y uno de los arqueólogos del siglo XX que mejor ha estudiado a este pueblo, su civilización se extendió entre el 1500 y el 1100 a J.C., iniciándose su expansión desde el 1450. Su influencia alcanzó a todo el Mediterráneo e incluso también a ciertos lugares de Europa central, llegándose a encontrar incluso en las Islas Británicas objetos de procedencia micénica. Por fuentes hititas y por las traducciones realizadas de la escritura Lineal B, se ha deducido que los micénicos fueron una monarquía de corte guerrero que también tenía funciones militares y religiosas. Socialmente, existían dos grandes clases de hombres libres, la de los funcionarios de palacio, con labores administrativas diversas y alto poder adquisitivo y el resto de las personas, que si bien eran libres, pagaban impuestos y realizaban trabajos obligatorios para el palacio. Además, se sabe que al menos en el entorno de éste, existían esclavos.
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