La Caperucita Roja
Enviado por n4re • 29 de Octubre de 2014 • 554 Palabras (3 Páginas) • 272 Visitas
Erase una vez una niña muy bonita. Su madre le habia hecho una capa roja y la niña la llevaba tan a
menudo que todo el mundo la llamaba Caperucita Roja.
Un dia , su madre le pidio que llevase unos pasteles a su abuelita que vivia al otro lado del bosque ,
recomendandole que no se entretuviese en el camino , porque cruzar el bosque era muy peligroso , ya
que siempre estaba acechando por alli el lobo.
Caperucita Roja recogio la cesta con los pasteles y se puso en camino. La niña tenia que atravesar el
bosque para llegar a casa de la Abuelita , pero no tenia miedo porque alli siempre se encontraba con
muchos amigos:
los pajaros, las ardillas...
De repente vio al lobo , que era enorme , delante de ella.
- ¿A donde vas , niña? - le pregunto el lobo con su voz ronca.
- A casa de mi Abuelita - dijo Caperucita.
- No esta lejos - penso el lobo para si, dandose media vuelta.
Caperucita puso su cesta en la hierba y se entretuvo cogiendo flores: - El lobo se ha ido
-penso- , no tengo nada que temer. La abuelita se pondra muy contenta cuando la lleve un
hermoso ramo de flores ademas de los pasteles.
Mientras , el lobo se fue a casa de la Abuelita , llamo suavemente a la puerta y la abuelita le abrio
pensando que era su nieta Caperucita. Un cazador que pasaba por alli habia observado la llegada del
lobo.
El lobo devoro a la Abuelita y se puso su gorro rosa se metio en la cama y cerro los ojos. No tuvo que
esperar mucho , ya queCaperucita Roja llego enseguida , toda muy contenta.
La niña se acerco a la cama y vio que su abuela estaba muy cambiada.
- Abuelita , abuelita , ¡que ojos mas grandes tienes!
- Son para verte mejor- dijo el lobo tratando de imitar la voz de la abuela.
- Abuelita , abuelita , ¡que orejas mas grandes tienes!
- Son para oirte mejor- siguio diciendo el lobo.
- Abuelita , abuelita , ¡que dientes mas grandes tienes!
- Son para...¡comerte mejoooor!- y diciendo esto, el lobo malvado se abalanzo sobre Caperucita y la
devoro al igual que habia hecho con la abuelita.
Mientras tanto, el cazador se habia quedado preocupado y creyendo adivinar las malas intenciones del
lobo, decidio echar un vistazo a ver si todo iba bien en la casa de la Abuelita. Pidio ayuda a un segador y
los dos juntos llegaron al lugar.
Vieron la puerta de la casa abierta y al lobo tumbado en la cama, dormido de tan harto que estaba.
El cazador saco su cuchillo y rajo el vientre
...