La Ciencia Política y su origen en la historia

La Ciencia Política y su origen en la historia

Para hablar de la Ciencia Política, y de la manera en la que llegó a instituirse como tal; se debe indagar en sus bases históricas, más específicamente en la filosofía política. La cuál tiene como origen al pensamiento en sí mismo, pues todo saber se vale de lo que se ha pensado en tiempos anteriores. Aristóteles se sirve de lo que había pensado Anaxágoras; Santo Tomás, de lo pensado por San Agustín; Newton, de las ideas de tres grandes astrónomos; y así muchos otros a lo largo de la historia.
La Ciencia Política en su aspiración de ciencia formal se separa de la filosofía y reclama para sí un campo propio de estudio, sino hasta después de la segunda mitad del S. XX. Esto debido a que las circunstancias y al contexto de aquel siglo influyeron en el desarrollo de instituciones que aportaron caracteristicas profesionales auténticas.

Al mirar hacia atrás, para entender cómo empezó la vida política, nos remontamos a las primeras civilizaciones surgidas en el antiguo Oriente. En estas,  la política estaba relacionada con la cosmovisión religiosa, con los mitos y leyendas propias de cada una, ya que el gobierno afirmaba mandar en nombre de la divinidad y sostenía su poder en ello. A pesar de que estas sociedades no desarrollaron una idea particular de la política, sí mantuvieron una serie de características específicas que les permitía organizarse socialmente. Años más tarde, el estudio de la política progresó en Grecia, pues los griegos del siglo V a. C. presentaron un gran interés en la información y la reflexión sobre arreglos políticos, de políticas económicas, de defensa y de relaciones exteriores. Con Platón, es cuando la historia de la ciencia política comienza, pues sus obras como La República y Las Leyes son los primeros clásicos de la ciencia política. “Platón establece proposiciones sobre la justicia, la virtud política, las variedades de las formas de gobierno y su transformación, que han sobrevivido como teorías políticas incluso hasta el presente.” (Almond, 2001, pág. 87).

De esta manera, encontramos que el pensamiento político parte de Grecia, para que después esas mismas ideas se transmitieran a Roma por los estoicos, quienes desarrollaron la creencia en el derecho universal, representado en la obra De re publica de Cicerón. Esto, años más tarde, dio origen a la filosofía política católica, en la que los escolásticos, al combinar la filosofía de Aristóteles con el cristianismo de San Agustín; sentaron los cimientos para que la filosofía política escolástica dominara el pensamiento europeo durante siglos, hasta el Renacimiento y la Ilustración.

Desde el siglo XVII, el pensamiento acerca de la política se independizó de la religión como fundamento del orden social y generó una variedad de teorías explicativas y normativas acerca del orden político. Montesquieu fue quien  marcó las pautas para el estudio científico y objetivo de los fenómenos político-sociales, sujetos a las leyes independientes de la voluntad subjetiva, de las esencias y de presupuestos metafísicos.. Estas pautas científicas serán continuadas por Hegel, Comte (quien en su obra Curso de filosofía positiva dio paso a la ciencia de la sociología) y Marx. A partir de los tres autores, la Ciencia Política entra en una etapa de desarrollo intermedio, y se empiezan a sentar las bases de la Ciencia Política contemporánea.

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