La Codicia Del Poder

Algunos hombres a lo largo de la historia han ambicionado de tal forma el poder, que en la lucha por éste se topan con sus más bajos instintos y son capaces de cometer cualquier acto criminal con tal de lograr su objetivo.

La ambición desenfrenada o ambición patológica no es provocada por la estructura biológica que nos heredan nuestros progenitores, este problema subyace en complejos psicológicos, incluso hay dificultades que llegan al nivel psiquiátrico porque el daño que causan en el proceso de llegar a un lugar alto de soberanía es extraordinario, puesto que olvidan los marcos legales que rigen y organizan a la sociedad, entonces los escarnecen. Cuando nos referimos al poder y ambición por parte de los gobernantes hacia el pueblo, nos damos cuenta de cuanto llega a afectar e incluso a trastornar a los hombres el poder, Aldous Huxley expresaba:

La codicia del poder y la avaricia son vicios que por estar totalmente disociados del cuerpo, pueden manifestarse en formas desorientadoras y múltiples, y con una energía tal, que las inmuniza contra la saciedad que a veces logra interrumpir los sometimientos físicos.

Cabe mencionar que el hecho de querer tener éxito en cualquier plano vital no es malo, pero el poder se concentra siempre en un grupo minoritario que se deja llevar por intereses que no benefician a la población mayoritaria, Huxley aparte de considerar al poder como un vicio mantiene:

La naturaleza del poder es tal que hasta aquellos que no lo han buscado, sino que han tenido necesariamente que aceptarlo, se sienten inclinados a aumentarlo más y más.

El error en varios humanos es pensar que el poder lo tienen y lo seguirán teniendo por un largo periodo, como lo observamos en los gobiernos autoritarios, empero, Michel Foucault desmiente este razonamiento donde se piensa que el poder se posee, este teórico argumenta que el poder no se tiene como tal sino que el poder se ejerce ya que no es un objeto tangible para tener la certeza de tenerlo.

Uno de los hombres más polémicos que dejó una huella triste e imborrable en la historia es Adolf Hitler, ahora tiene algunos admiradores que lo elevan por su capacidad en la que sedujo con sus discursos y logró llegar a la cumbre, ejerciendo el poder de una forma insólita, su ambición fue brutal y, conducido por el odio que le tuvo a los judíos llevó a cabo el genocidio más cruel, feroz, salvaje e inhumano. La mayoría de las veces esa avidez por la supremacía no nada más daña a terceras personas, incluso perjudica a quién la ha llevado a cabo dejando secuelas graves en el individuo.

Para Nicolás Maquiavelo, historiador y filósofo político el poder no era un vicio sino un conjunto de conocimientos que pueden usarse para obtener beneficios, aunque Maquiavelo trató de ver que las cosas se realizaban desde el punto de vista práctico, muchos critican su pensamiento como la falta

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