La Corrupción como fenómeno en la historia
Enviado por japacherres • 8 de Diciembre de 2014 • Tutorial • 3.283 Palabras (14 Páginas) • 198 Visitas
La Corrupción como fenómeno
en la historia
Como fenómeno a nivel histórico se encuentra di fundido por todas partes; en Inglaterra, a fines del siglo ante pasado era un azote en las oficinas gubernamentales. En Francia, la corrupción de la nobleza en 1780 dio origen a la Revolución, con decapitaciones para el Rey, la Reina y toda la nobleza corrupta. En Estados Unidos, el fenómeno daba mucho de que preocuparse a la joven nación y Teodoro Roosevelt, a fin de evitarla, estableció el Servicio Civil para los empleados de gobierno. Los extremos de perversión gubernamental que se padecían en esos países hoy considerados adelantados y relativamente libres de ello se ven repetidos en naciones con atraso económico similar a los de Inglaterra en los siglos XVII y XVIII pero de independencia reciente como Uganda, Zaire, (antes Congo Belga), Afganistán y muchas otras en América Latina.
Aquí en Centroamérica, la corrupción generada por el despotismo de la familia Somoza dio origen al levantamiento nicaragüense; también la revolución cubana tuvo como inspiración principal la necesidad de eliminar la corrupción del gobierno reinante en la isla. El Salvador no se queda atrás en esta competencia de inmoralidad; la venta a mitad del valor nominal de los recibos de los empleados públicos en tiempos de Quiñónez, para ser cancelados después en su pleno valor a los compradores oficiales, aún se recuerda con tristeza. Max Martínez tuvo que fundar una institución -la Corte de Cuentas- para fiscalizar la conducta de los funcionarios públicos y justificó la prolongación de su régimen por la "necesidad" de combatir la corrupción. Sin embargo la Proclama del 15 de Octubre argumenta, otra vez, como razón para justificar su revolución, la necesidad de eliminar la corrupción,
La historia nos recuerda que las medidas tomadas por Inglaterra, Estados Unidos, Francia, etc., el fenómeno disminuye de intensidad por cierto tiempo y que luego renace, como el Ave Fénix; algo indica que dichas medidas, si bien son temporalmente efectivas dejan algunos vacíos por donde se cuela de nuevo la corrupción. No hay pues medidas únicas, permanentes, ni manera conocida de resolver el problema de una vez por todas.
Puede observarse que en los países que se dicen más ricos, o mejor organizados, o con más tradición, parece como si la corrupción fuese menos intensa. Más de un ministro ha renunciado en Inglaterra por tener amoríos con su secretaria; igual en Alemania con el Presidente Willy Brant y más recientemente en Japón otro ministro renunció por vergüenza, tras el descubrimiento público de que había aceptado comisión por la compra de material bélico. Los ejemplos pueden multiplicarse.
En El Salvador, esas cosas no suceden todavía; quien escribe, tuvo, hará tal vez 30 años, oportunidad de leer un "libro blanco" publicado por el Departamento de Estado de Norteamérica en donde aparecía la lista de coroneles y generales a quienes se les había dado comisión por la compra de armas; dichas comisiones eran de 50,000 dólares para arriba; la decena de generales mencionados en esa lista eran (o habían sido) fieles servidores de Max H. Martínez; el "libro" circuló con cierta libertad por el país; ninguno de los mencionados renunció, ni se supo que hayan sido puestos sus honores en duda. La conclusión es que el nivel de conciencia personal, o de organización social, no ha llegado aún al nivel de los países más adelantados como para inhibir la corrupción.
El fenómeno parece cíclico, los brotes en países avanzados exigen la búsqueda de nuevas medidas y de cambios en la estructura legal del país; puede observarse que con el tiempo fueron apareciendo medidas para controlar abusos de los líderes, de gobierno o sindicales, como la no reelección, el voto secreto, y otras más. La lucha contra la corrupción exige entonces vigilancia constante y la búsqueda de medios que generen más conciencia social, responsabilidad de grupo o mayor adhesión a valores y virtudes cívicas. Igualmente se nota la necesidad de complementar las medidas tomadas inicialmente al conformar la estructura legal del país, con otras nuevas nacidas de la necesidad de mantener dicha estructura a la par con los avances tecnológicos y sociales derivados del progreso.
Opté por hablar sobre corrupción porque es un tema que me causa gran indignación y por ser un enorme problema al cual ningún país es inmune. En Europa, durante estos años, muchos países han sufrido serios casos de corrupción política. Sin embargo, es en los países en vías de desarrollo, como el caso del nuestro, en los que se sufre con mayor rigor el efecto del soborno, tanto interior como transnacional. Además de ser un reflejo de peores problemas, como voy a aclarar en el presente ensayo, la corrupción inhibe el progreso de la democracia, por lo que es urgente el establecimiento de medidas para erradicarla paulatinamente. Para no causar malentendidos, expresaré lo que para mí es corrupción, aunque no creo que difiera mucho del concepto de los demás. La corrupción consiste en un acuerdo ilegítimo entre un corruptor y un corrupto, en el cual abusan de su poder público para el logro
Ensayo para combatir la corrupción
Brisa Edeny Reséndiz Reyes
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Primer lugar
Con el seudónimo Brisa de utopías, Brisa Edeny Reséndiz Reyes ganó el primer lugar del Concurso nacional preuniversi-tario de ensayo político Tres problemas, una solución: México. Ella pertenece al Colegio Voluntad de Acero (Lázaro Cárdenas, Michoacán).
Primavera, núm. I, año I, 2006
Ensayo para combatir la corrupción
de beneficios particulares, que no favorecen al bien común. Por eso causa malestar estomacal, es cruel e inhumano que habiendo tanta gente necesitada existan personas egoístas a quienes no les importa a quiénes aplastar para estar en la cumbre y abusan de la confianza y poder que se les otorgan para ser instrumento de desarrollo.
CORRUPCIÓN EN EL MUNDO
Según revela el informe de Transparencia Internacional sobre la corrupción en el mundo, África, América Latina y Asia (en ese orden) son los continentes con peor reputación. Argentina ocupa la posición 97, lejos de Uruguay (puesto 32°), y muy lejos de Chile, ubicado en el lugar 21° y considerado el país más transparente de la región. Como ya sabrán, el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) mide la forma como es percibida la corrupción vigente entre los políticos y funcionarios públicos, por medio de entrevistas que realizan diversas instituciones internacionales a hombres de negocios, académicos, analistas de riesgos y expertos nacionales. En más de las dos terceras partes de los 159 países cubiertos por el estudio, se registran
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