La Corte De Los Ilusos

“La Corte de los Ilusos”, es una novela histórica que narra los enredos que se viven en la corte del emperador Agustín de Iturbide

Reseña del libro: “La corte de los Ilusos”

En esta novela la autora trata de recrear el ambiente que se vivió en México durante el gobierno del emperador Agustín de Iturbide. Narra los inicios así como el final de la vida de este hombre que estuvo rodeado de rumores, enemigos, amigos y demás peculiaridades. Nos presenta una especie de retrato de la vida política de México a mediados de los años noventa. Es preciso mencionar que a lo largo de dicha novela se mencionan varios refranes y dichos propios de la época. La novela comienza narrándonos un poco sobre la vida de la familia de Iturbide, es decir sobre sus padres, sus hermanos y las peculiaridades que se vivieron durante los inicios de vida de Agustín. Habla en especial de un personaje que viene a ser la modista de la familia: Madame Henriette; ella venía de Francia y consideraba que había llegado a un pueblo de gente que no sabía comportarse. Al convertirse Iturbide en emperador, y casarse, la costurera ya no tuvo ni un momento de tranquilidad debido a que además de que era la encargada de hacer que el Emperador siempre luciera bien, tenía que cuidar en los embarazos a la Emperatriz, y consolar a la hermana mayor del Emperador, a la Princesa Nicolasa que teniendo sesenta años jamás se había casado. Una vez que fue prácticamente un hecho que Iturbide sería Emperador, al modista realizó una prueba de su traje, para lo cual se realizó toda una serie de cuestiones pues era considerada dicha prueba como un evento muy importante, cabe mencionar, que lo único que el objetivo principal era que el futuro Emperador se probada su nuevo traje, por decirlo de alguna manera, sin embargo se hacía todo un festejo para dicho evento. Se invitaba a varios personajes importantes como parientes, al obispo y demás personalidades de la política de ese entonces. La Princesa Nicolasa tenía ciertos problemas mentales, era un tanto terca y a veces realizaba cosas fuera de lo normal; para este festejo ella se había empeñado en usar un vestido que a su parecer ella había confeccionado, pero que no contaba con la aprobación de la Emperatriz, puesto que la Princesa, debido a su edad, ya no estaba para usar semejantes escotes que tenía su vestido. Todo esto llevó a que la Princesa se pusiera sus “moños” y no quisiera bajar a la recepción, lo que retrasaba a la modista y a su vez, el desfile del Emperador. Con relación a éste último, resulta importante mencionar que no era de su agrado este tipo de eventitos, puesto que había sido idea de su esposa y él no entendía porque su mujer se esmeraba en realizar todo ese evento e invitar a las personas más distinguidas de México para que lo vieran pasearse con el uniforme del Coronel.

Algo que me resultó muy interesante es el papel que juega el obispo en el relato, puesto que la novela narra de una manera muy peculiar las características de cada uno de sus personajes. En lo que respecta al obispo, me resultó bastante curioso el hecho de que entre plática y plática el obispo consintió a tomarse “una copita”, que después se fueron convirtiendo en dos, tres, cuatro, cinco, etc. Esto nos habla sobre el “interesante” papel que siempre ha jugado el clero en el país, tratando de “guiar” la vida de la sociedad aunque no son dignos ejemplos a seguir.

La Emperatriz también juega un papel predominante. Nos narra la novela que es una mujer con un carácter fuerte, caprichosa y amargada por su situación. No disfruta en lo más mínimo ser la esposa del Emperador, no siente que se le da el lugar que merece como tal, y está harta de tener que estar lidiando con la inestabilidad mental y emocional de la hermana mayor de su esposo, es decir, de la Princesa Nicolasa. Además, más tardaba la Emperatriz en parir, que en volver a quedar embarazada. La Princesa Nicolasa les había ocasionado ya varios problemas, debido a sus locuras de amor por cuanto hombre se le atravesara. Además tenía tendencias a robar, y esto obviamente les había ocasionado varios dolores de cabeza, al tener que aceptar que era ella quien cautelosamente tomaba cosas ajenas cuando iba a la casa de algún personaje importante de la época. En particular, Nicolasa, a lo largo de la novela, se enamora del soldado Antonio López de Santa Anna, y no desaprovechaba ninguna oportunidad para espiarlo y

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