La Edad Antigua Hispano Roma
Enviado por jefefloher • 7 de Septiembre de 2014 • 3.568 Palabras (15 Páginas) • 236 Visitas
EDAD ANTIGUA. HISPANIA ROMANA Y VISIGODA. EL ESCLAVISMO Y LA CRISIS DEL SISTEMA ESCLAVISTA. PRIMEROS MOMENTOS DEL FEUDALISMO.
La conquista de la Península Ibérica (Hispania para los romanos) por parte de Roma es un proceso largo (218 a.C.-19 a.C.), pero con amplios periodos de inactividad militar, que abarca los dos últimos siglos de la República. Conforme avanza el proceso conquistador, y sobre todo al finalizar éste, los pueblos indígenas irán asimilando en mayor o menor medida la romanización.
La romanización es el conjunto de valores económicos, sociales, políticos, administrativos, culturales, religiosos, etc. que desarrollan los romanos entre los pueblos indígenas de las zonas que conquistan. Gran parte de estos valores culturales son los del helenismo, que los propios romanos adquirieron a su vez cuando conquistaron los territorios del Mediterráneo oriental (éstos tenían un mayor nivel de desarrollo debido a la existencia de importantes civilizaciones anteriores: Grecia, Fenicia, Persia, Egipto..)
Una de las principales manifestaciones de la romanización es la implantación del sistema socioeconómico esclavista. Su principal característica es que existe una gran polarización social entre una minoría que detenta el poder político y económico (amos) y una mayoría que trabaja para ellos en condiciones de gran explotación y total ausencia de libertad personal (esclavos); entre ambas clases sociales existe un sector intermedio compuesto por pequeños propietarios libres, pero que padecen un proceso de constante empobrecimiento porque no pueden competir con el trabajo esclavista. El sistema esclavista contiene en su seno una gran contradicción: el peso de la mayor parte de la actividad económica descansa en el trabajo del esclavo, un agente social que no tienen ningún aliciente en producir puesto que trabaja a la fuerza y sin recibir nada a cambio por parte del amo (solamente lo justo para seguir trabajando mientras le queden fuerzas, igualmente que un animal de trabajo), mientras que se arruinan los pequeños propietarios. Dada la baja productividad del trabajo de los esclavos, para que el sistema funcione hace falta una cantidad cada vez mayor de ellos. Por eso Roma necesita llevar a cabo un proceso cada vez más amplio de conquista de territorios: muchos de los indígenas, tras ser derrotados, se convierten en la necesaria mano de obra esclava. Sin embargo este proceso de expansión territorial (que en pocos siglos llevó a Roma de ser una pequeña ciudad-estado en el centro de Italia a convertirse en un gran imperio) no podía ser ilimitado: en el SII d. C. se realizaron las últimas conquistas y las fronteras imperiales se estabilizaron definitivamente. En el SIII d. C. la capacidad productiva de los esclavos ya no es suficiente para mantener la economía del imperio y comenzará un largo proceso de crisis económica, social y política, la llamada decadencia del imperio romano, que culminará con las invasiones bárbaras de comienzos del SV d. C. Así pues, cuando el sistema esclavista llega al límite de sus posibilidades es cuando entra en crisis el imperio romano, y ambos sucumben simultáneamente.
La primera fase del periodo imperial, el llamado Alto Imperio (SI d.C, SII d. C. y parte del SIII d. C.) es un periodo de estabilidad política en el ámbito interno (la “pax romana”) y el sistema socioeconómico esclavista funciona sin grandes dificultades. En lo que respecta a Hispania, la romanización será más intensa entre las poblaciones indígenas del valle del Guadalquivir y de la costa del Mediterráneo y menor entre las de la zona cantábrica (ej: los vascos son el único pueblo que conservaría su lengua prerromana), pero en general, después de varias generaciones, ya hay que hablar de la existencia de hispano romanos con unos niveles de romanización semejantes a los de cualquier otra zona del imperio y que se caracterizan por:
. Economía perfectamente integrada dentro en el ámbito del imperio romano: agricultura latifundista (cereales, aceite, vino), explotación minera (oro, plata, plomo, cobre), importante red comunicaciones mediante numerosas calzadas (Vía Augusta, Vía de la Plata, etc) y puertos (Tarragona, Cartagena, Cádiz), gran actividad comercial con todos los territorios del Imperio (facilitada por un la existencia de un sistema monetario común y cuya base era el denario de plata).
. Significativa importancia de las ciudades como centros económicos, administrativos y difusores de la romanización (León, Mérida, Sevilla, Córdoba, Zaragoza, Valencia..).
. Sistema social típicamente esclavista compuesto por una oligarquía formada por grandes propietarios de tierras, comerciantes, financieros: son dueños de la mayor parte de los esclavos, tienen el poder municipal (decuriones); una plebe urbana y rural: son ciudadanos libres, algunos de ellos tienen sus propios medios de vida (artesanos, pequeños propietarios de tierras) pero también hay amplias masas de personas empobrecidas que sobreviven como clientes de los más ricos; los esclavos: trabajan en los latifundios, las minas, los talleres artesanales y en el servicio doméstico (algunos de estos pueden ser liberados por sus amos y entonces se convierten en libertos), proceden de las guerras de conquista y de haber nacido de padres esclavos.
. Sistema de administración del territorio basado en la provincia (durante la República solo hay dos provincias: Hispania Citerior e Hispania Ulterior, pero Augusto, a comienzos del periodo imperial, establece tres: Tarraconense, Bética y Lusitania) que a su vez estaría subdividida en unidades administrativas inferiores (conventos y diócesis); una progresiva incorporación al sistema jurídico romano hasta culminar en la obtención del derecho romano (212 d.C.)
. Aceptación de los diversos valores culturales romanos: arte (muy manifiesto en la arquitectura de las ciudades: monumentos, edificios públicos, acueductos, puentes..), religión (mitología romana, culto al emperador, difusión de religiones orientales), lengua ( el latín termina sustituyendo a las lenguas indígenas prerromanas), etc.
Pero a partir de mitad del SIII d. C. comienza la crisis y decadencia antes indicada, que se extenderá a lo largo del llamado Bajo Imperio y culminaría con las invasiones bárbaras de comienzos del S V d.C. Esta crisis tiene su origen en que el esclavismo agota su capacidad productiva y esto conduce a una serie de cambios muy relacionados entre sí:
. Crisis económica: la producción disminuye, se rompe la unidad comercial del Imperio, se devalúa la moneda, se llega a practica comerciales basadas en el trueque, se tiende a una economía basada cada vez más en el autoconsumo.
. Decadencia de las ciudades, ruralización de la
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