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La Escultura

yersnel10 de Septiembre de 2011

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La Escultura

Se llama escultura al arte de modelar el barro, tallar en piedra, madera u otros materiales. Es una de las Bellas Artes en la cual el escultor se expresa creando volúmenes y conformando espacios. En la escultura se incluyen todas las artes de talla y cincel, junto con las de fundición y moldeado. Dentro de la escultura, el uso de diferentes combinaciones de materiales y medios ha originado un nuevo repertorio artístico, que comprende procesos como el constructivismo y el assemblage. En un sentido genérico, se entiende por escultura la obra artística plástica realizada por el escultor.

Desde tiempos remotos el hombre ha tenido la necesidad de esculpir. Al principio lo hizo con los materiales más simples y que tenía más a mano: piedra, arcilla y madera. Después empleó hierro, bronce, plomo, cera, yeso, plastilina, resina de poliéster y plásticos con refuerzo de fibra de vidrio, hormigón, la cinética y la reflexión de la luz, entre otros. La escultura tuvo en su principio una única función, su uso inmediato; posteriormente se añadió una función ritual, mágica, funeraria y religiosa. Esta funcionalidad fue cambiando con la evolución histórica, adquiriendo una principalmente estética o simplemente ornamental y llegó a ser un elemento duradero o efímero.

Historia de la escultura

Prehistoria

Las primeras manifestaciones escultóricas se remontan al Paleolítico inferior, cuando el hombre cortaba el sílex percutiendo contra otra piedra. Posteriormente utilizó el grabado, el relieve en piedra y en huesos de animales. Hace unos 27.000 y 32.000 años aparecen representadas unas exuberantes figuras humanas femeninas de piedra, en una exaltación artística de la fertilidad; son las «Venus paleolíticas», como la Venus de Willendorf y la Venus de Lespugue. Durante el período magdaleniense se utilizaron bastones y propulsores con motivos ornamentales. En el Paleolítico superior, los ejemplos más abundantes son tallas u objetos grabados que evolucionaron desde una fase más primitiva, con decoraciones más esquemáticas, hasta llegar a la representación de figuras anomalísticas que se adaptaban a la estructura del hueso.1 La arcilla también fue un material habitual. Les primeres piezas escultóricas que se conocen proceden de Egipto, China, India y el Oriente Medio, lugares donde hacia el 4000 a. C. ya existían hornos para fabricar objetos de alfarería.

Antigüedad

Artículos principales: Escultura ibera, Escultura de la Antigua Grecia, Escultura helenística, Escultura etrusca y Escultura de la Antigua Roma

En Mesopotámia, debido a la escasez de canteras, la escultura se realizó fundamentalmente con arcilla, en las excavaciones de Ur (4000 a. C.) han encontrado numerosas pequeñas estatuas de este material. Los sumerios desarrollaron y difundieron a otras civilizaciones el uso del ladrillo, en el que se esculpía un relieve y luego se esmaltaba. Algunos ejemplos bien representativos son los que adornan los palacios, también las superficies sepulcrales persas del palacio de Persépolis y el Friso de los arqueros, una obra en ladrillo esmaltado que se encuentra en el Palacio Real de Susa (404 - 359 a. C.). En el Antiguo Egipto utilizaron materiales más duraderos, como la piedra. Llegaron a realizar esculturas altamente perfeccionadas, que permanecieron inalterables durante muchos siglos. En ellas, representaban divinidades, faraones y otros personajes importantes, aunque también realizaron, pequeñas piezas de figuras en las que quedaban reflejados los trabajos domésticos. Muchas de estas obras se han encontrado en las cámaras sepulcrales.

Del arte púnico y grecopúnic se conservan muchas estatuas, en general femeninas, y bustos de barro cocido, junto con una diversidad de amuletos de marfil y de metal que se descubrieron en las necrópolis de Ibiza y Formentera. Se calcula que las más antiguas son obras del siglo VIII a. C. y su fabricación tuvo continuidad hasta muy avanzada la dominación romana. En cuanto a la escultura ibera las obras encontradas son de piedra y bronce y provienen de tres grandes áreas del sur, centro y el levante de la Península Ibérica, destacando el excelente busto de piedra de la Dama de Elche, de inspiración griega.

La estatuaria arcaica fue principalmente religiosa. Los templos se decoraban con imágenes de los dioses, de sus hazañas y batallas, y las figuras eran poco realistas. Las korai y los kouroi no son retratos de personas concretas, a los rostros se les ponía una sonrisa ficticia, un gesto facial conocido en el mundo del arte como «sonrisa arcaica». De este periodo cabe citar la Cabeza de Di pilón, fragmento de una estatua colosal de mármol del siglo VI a. C. y el Jinete Rampin (c. 560 a. C.) obra posterior que presenta un tratamiento más cercano al naturalismo. La escultura griega alcanzó un elevado grado de perfección, calidad que venía impulsada por la búsqueda de una mejor expresión de la belleza de la figura humana; llegaron a establecer un canon con unas proporciones consideradas «perfectas». Desgraciadamente, el Auriga de Delfos, la pareja de los Bronces de Ríase junto con la del Dios del cabo Artemisio forman parte de las pocas esculturas griegas en bronce que se conservan completas. Uno de los artistas más significativo del período clásico fue Praxíteles, autor del magnífico Hermes con Dionisos niño. Durante el período helénico se observa que en la creación de esculturas, hay una clara intención de intensificar el movimiento y acentuar las emociones como se puede observar en el conjunto escultórico de Laocoonte y sus hijos.

La escultura etrusca (siglo IX a. C.-siglo I a. C.) derivaba del arte griego, pero también realizaron obras con unas características propias. La estatuaria vinculada a los contextos fúnebres es, la producción etrusca más abundante y el material de elección, por regla general, era la terracota, como el célebre Sarcófago de los esposos. Posteriormente, la escultura romana recibió la influencia de la etrusca y de la griega, y los artistas romanos llegaron a realizar numerosas copias de obras griegas. Cabe destacar las esculturas conmemorativas, como las de la Columna de Trajano (114), donde se narran varias batallas en una espiral continua que ocupa toda la superficie de la columna, o la Estatua ecuestre de Marco Aurelio. Pero uno de los tipos de escultura que más desarrollaron fueron los retratos, obras realistas con un marcado carácter psicológico que se realizaron en todo el Imperio Romano.

Edad Media

Artículos principales: Escultura románica y Escultura gótica

Las obras escultóricas más destacadas del Imperio Bizantino son los trabajos ornamentales de los capiteles; hay buenos ejemplos en San Vital de Rávena. Eran habituales los relieves en marfil aplicados en cofres, dípticos o la célebre Cátedra del obispo Maximiliano, una obra tallada hacia el año 550.16 Es característico de la arte otoniano las pequeñas esculturas en marfil y bronce a las que se añadían incrustaciones de piedras preciosas. También de bronce son las puertas de la iglesia de San Miguel de Hildesheim, una obra emparentada con el arte bizantino y el arte carolingio. Cabe destacar las imágenes de madera recubiertas de oro que se utilizaban como relicario. Entre estas, destaca el Crucifijo de Gero (siglo X), en madera policromada, que se encuentra en la catedral de Colonia.

La escultura románica (siglo XI-siglo XIII) estaba al servicio de la arquitectura y se encuentran muchos ejemplos en torno a las grandes rutas de peregrinaje, como la del Camino de Santiago. Los escultores trataron diversas partes de las iglesias — tímpanos, portadas y capiteles con historias sobre temas bíblicos—, con un gran realismo. El Ballestas Domini y el Juicio Final fueron los temas iconográficos más representados. El material más empleado fue la madera, que era usada para la elaboración de imágenes de devoción como las «Vírgenes con Niño», muy representadas por toda Cataluña y por el sur de Francia. Pero, la imagen más importante del románico, fue el Cristo en Majestad, destacan el Volto Santo de Lucca, en la Catedral de Milán, y también el Cristo de Mijaran y la Majestad de Batlló en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.

La puerta de la Catedral de Chartres (1145) es uno de los primeros ejemplos de escultura gótica, y en ella, entre otros personajes, están representados animales fabulosos que dan forma a las gárgolas. En Alemania, tanto en el exterior como el interior de la Catedral de Bamberg (siglo XIII) se encuentran unas esculturas muy significativas, un buen ejemplo es la la Estatua ecuestre del Caballero de Bamberg. Una innovación son las esculturas sobre temas dramáticos, con escenas de la Pasión de Cristo y la Piedad. Al final del período gótico, en Alemania se realizaron unos magníficos retablos, ejecutados por artistas como Tilman Riemenschneider y Veit Stoss. En el reino de Castilla trabajaron los escultores Gil de Siloé y Alejo de Bahía. En cuanto al reino de Aragón, Aloi de Montbrai realizó el Retablo de los Sastres de la Catedral de Tarragona y Pere Moragues esculpió el sepulcro de Fernández de Luna, pieza que se encuentra en la Catedral de San Salvador de Zaragoza. También cabe destacar el relieve de San Jorge del Palacio de la Generalidad de Cataluña ejecutado por Pere Joan. Claus Sluter, artista flamenco, realizó la portada de la cartuja de Champmol (Dijon) y un pedestal del pozo del claustro conocido como el Pozo de Moisés. En Italia, en Pisa y Siena, los escultores Nicolás Pisano y su hijo Giovanni Pisano dejaron obras de gran calidad, donde

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