La Gran Guerra Imperialista
Enviado por Maurice Figueredo • 2 de Diciembre de 2019 • Ensayo • 1.310 Palabras (6 Páginas) • 158 Visitas
La Guerra Imperialista
Maurice Figueredo
Historia Contemporánea
El rasgo característico de esta época (finales del XX) es el reparto definitivo del planeta. En tanto a que se conquistaron todas las tierras del planeta por parte de las grandes potencias capitalistas, siendo posible la redistribución de las mismas, algo totalmente inevitable. La máxima expresión y, de hecho, lo que marca este siglo son las guerras. Como advierte Hobsbawm, “La crónica histórica del siglo y, más concretamente, de sus momentos iniciales de derrumbamiento y catástrofe, debe comenzar con el relato de los 31 años de guerra mundial”.[1] Para el análisis coyuntural no hay que pasar por alto los diferentes desarrollos del capitalismo entre los países atrasados y los más desarrollados. Como expone Trotsky: “El desarrollo desigual, que es la ley más general del proceso histórico, se nos revela, en parte alguna, con la evidencia y la complejidad con que la patentiza el destino de los países atrasados”.[2] Las distintas potencias que se enfrentan en la guerra imperialista, poseen características e intereses semi-diferentes. Ejemplo de ello, es el atraso del capitalismo en Rusia y sus intereses al participar en la guerra, como un aliado en necesidad de desarrollo.
Lenin hace un análisis crítico al monopolio capitalista característico de esta época imperialista, del cual se sintetiza lo siguiente. El periodo máximo del capitalismo premonopolista abarca de 1860 a 1870. Luego de este periodo, comienza el desarrollo dominante del capital financiero, expresado plenamente en las conquistas coloniales. La extensión de las posesiones coloniales no depende solo de las condiciones económicas, sino también, a base de estas, de las condiciones geográficas.[3] La lucha por las colonias tiene su máxima expresión cuando más sensible se hace la insuficiencia de materias primas y es menester buscarlas por todo el mundo.
Lo fundamental del proceso, económicamente hablando, es que se sustituye la libre competencia por los monopolios. El monopolio es el transito del capitalismo a un régimen superior.[4] Donde más crece el capitalismo es en las colonias y los países de ultramar (Japón).
La base (económica) más profunda del imperialismo es el monopolio. Tomando a Lenin, se argumenta que el monopolio capitalista tiende al estancamiento y a la descomposición. Esto sucede, también, con el monopolio (de posesión) de colonias. De esta manera el mundo queda dividido en unos pocos Estados usureros y una mayoría de Estados deudores. Los primeros, son los que conforman el capitalismo parasitario descrito por Lenin.
El parasitismo imperialista consiste en que el Estado dominante utiliza a sus colonias para enriquecer a su clase dirigente. Con respecto a Inglaterra, su explotación del mundo entero, su monopolio en el mercado mundial y su monopolio colonial conlleva al aburguesamiento del proletariado inglés, que permite ser dirigido por personas aburguesadas o financiadas por la burguesía.
El imperialismo es, por esencia, el monopolio capitalista. Este monopolio es formado por los cartels, trust y los sindicatos. También surge de los bancos, los cuales se han convertido en monopolistas del capital financiero. “Bajo el capitalismo no se concibe otro fundamento para el reparto de las esferas de influencia, de los intereses, de las colonias, etc., que la fuerza de quienes participan en el reparto, la fuerza económica general, financiera, militar, etc.”[5]
La expresión del imperialismo, como se dijo más arriba, es el periodo de guerra total que atraviesan las grandes potencias durante 1914-1945. Uno de los motivos de dicha guerra (la primera, sobre todo) era la disputa de la hegemonía del mercado mundial entre las potencias europeas, Japón y Estados Unidos. Comienza como una guerra primordialmente europea entre la Triple Alianza (Gran Bretaña, Francia y Rusia) y las denominadas Potencias Centrales (Alemania y Austria-Hungría). Pero luego enmarcó a las demás potencias, como Italia -después de su unificación-, los Estados Unidos de América y Japón. Toda Europa, excepto los países escandinavos, España, los Países Bajos y Suiza, participó de la Gran Guerra que comenzó en 1914. Serbia y Bélgica se incorporaron inmediatamente al conflicto como consecuencia del ataque austríaco contra la primera (que, de hecho, desencadenó el inicio de las hostilidades) y del ataque alemán contra la segunda (que era parte de la estrategia de guerra alemana). Turquía y Bulgaria se alinearon poco después junto a las potencias centrales, mientras que en el otro bando la Triple Alianza dejó paso gradualmente a una gran coalición. Se compró la participación de Italia y también tomaron parte en el conflicto Grecia, Rumania y, en menor medida, Portugal. Como cabía esperar, Japón intervino casi de forma inmediata para ocupar posiciones alemanas en el Extremo Oriente y el Pacífico occidental, pero limitó sus actividades a esa región. Los Estados Unidos entraron en la guerra en 1917 y su intervención iba a resultar decisiva.[6]
...