La Historia De Eric Hobswan
Enviado por alonsothomas7 • 5 de Abril de 2015 • 433 Palabras (2 Páginas) • 282 Visitas
Las encuestas de opinión pública nacieron en Norteamérica en los años treinta, pues fue
George Gallup quien, en 1936, comenzó a aplicar a la política los «muestreos» de los
investigadores del mercado. Entre los primeros resultados obtenidos mediante esta nueva
técnica hay uno que habría sorprendido a todos los presidentes de los Estados Unidos
anteriores a Franklin D. Roosevelt y que sin duda sorprenderá a todos los lectores que
hayan alcanzado la edad adulta después de la segunda guerra mundial. Cuando en enero
de 1939 se preguntó a los norteamericanos quién querrían que fuera el vencedor, si
estallaba un enfrentamiento entre Alemania y la Unión Soviética, el 83 por 100 afirmó que
prefería la victoria soviética, frente al 17 por 100 que mostró sus preferencias por Alemania
(Miller, 1989, pp. 283-284). En un siglo dominado por el enfrentamiento entre el
comunismo anticapitalista de la revolución de octubre, representado por la URSS, y el
capitalismo anticomunista cuyo defensor y mejor exponente era Estados Unidos, esa
declaración de simpatía, o al menos de preferencia, hacia el centro neurálgico de la
revolución mundial frente a un país fuertemente anticomunista, con una economía de corte
claramente capitalista, es una anomalía, tanto más cuanto que todo el mundo reconocía que
en ese momento la tiranía estalinista impuesta en la URSS estaba en su peor momento.
Esa situación histórica era excepcional y fue relativamente efímera. Se prolongó, a lo
sumo, desde 1933 (año en que Estados Unidos reconoció oficialmente a la URSS) hasta
1947 (en que los dos bandos ideológicos se convirtieron en enemigos en la «guerra fría») o,
por mor de una mayor precisión, desde 1935 hasta 1945. En otras palabras, estuvo
condicionada por el ascenso y la caída de la Alemania de Hitler (1933-1945) (véase el
capítulo IV), frente a la cual Estados Unidos y la URSS hicieron causa común porque la
consideraban un peligro más grave del que cada uno veía en el otro país.
Las razones por las que actuaron así hay que buscarlas más allá de las relaciones
internacionales convencionales o de la política de fuerza, y eso es lo que hace tan
significativa la extraña alianza de estados y movimientos que lucharon y triunfaron en la
segunda guerra mundial. El factor que impulsó la unión contra Alemania fue que no se
trataba de una nación-estado descontenta de su situación, sino de un país en el que la
ideología determinaba su política y sus ambiciones. En resumen, que era una potencia
fascista. Si se ignoraba ese extremo, conservaban su vigencia los principios habituales de la
Realpolitik y la actitud que se adoptaba frente a Alemania —de oposición, conciliación,
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