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La Independencia de México. Los sucesos de España dio una repercusión en México


Enviado por   •  9 de Enero de 2016  •  Resumen  •  1.852 Palabras (8 Páginas)  •  398 Visitas

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La Independencia De México

Los sucesos de  España dio  una repercusión  en México,  cuando llegaron a  México las noticias  de  las graves  sucesos  ocurridos  en España  se produjo  una gran agitación  entre los criollos, que veían  en esos acontecimientos  la oportunidad  de hacer  independiente  a la colonia , la agitación  que fue creciendo hasta tomar  el carácter  de una verdadera  revolución  de independencia en 1810 .el ayuntamiento de la ciudad de México, integrado por los mismos criollos  declarando que, en ausencia del monarca la soberanía recaía en el pueblo, el virrey Iturriaga debía seguir gobernando  a la nueva España pero sin depender de la misma España.  

Ciudad de México en 1810, el municipio más grande en el Nuevo Mundo. Con tales desigualdades entre las varias clases y tales agravios y tensiones políticos, nos inclinamos a suponer que la independencia era inevitable la principal amenaza a la soberanía real durante la guerra de independencia fue el deseo de autonomía de los burgueses y la élite. La autonomía fue formulada de manera clara por primera vez en 1808, pero rápida y hábilmente la suprimieron los partidarios del absolutismo real. En 1810 la remplazó el estallido de la insurrección violenta. El Grito de Dolores de Miguel Hidalgo en 1810 fue el resultado natural de haberse reprimido el impulso autonomista dos años antes, pero representaba a un grupo muy diferente y tenía objetivos muy distintos.

La autonomía continuó siendo el principal objetivo de la élite y de la burguesía local, y resurgió durante los dos períodos Constitucionales. Finalmente, España se desacreditó tanto a sí misma que los autonomistas aceptaron el Plan de Iguala, que pedía casi las mismas reformas que antes, pero dentro del contexto de una separación total de España. El programa autonomista fue una constante en todo el periodo de la guerra de independencia. Tuvo éxito cuando fracasaron las olas de la revolución, porque consiguió el apoyo de la élite que hacia la política: era la única opción que podía triunfar. Sin embargo, cuando se presentó por primera vez en 1808, la fórmula autonomista no obtuvo la victoria, pues sus partidarios se sentían confusos Y divididos por los sucesos catastróficos en la madre patria.

La suprimió un grupo de peninsulares que derrocó al virrey José de Iturrigaray la noche del 15 al l6 de septiembre de 1808, con un golpe de estado destinado a impedir otros progresos de la autonomía neutralizando a sus partidarios. Los sucesos de septiembre de 1808 generalmente se simplifican demasiado considerándolos el clásico enfrentamiento de los criollos contra los gachupines.

En el reino se fraguó un complot en la destitución de virrey   Iturriaga  a lo cual después los Españoles imponen  al virrey Garibay   y   Garibay fue desconocido por la junta de Aranjuez  Garibay  se traslada  a Valladolid   , donde el teniente José Mariano  Michelena   sus proyectos  de independencia, estando de acuerdo  con ellos varios militares  y religiosos la fracasada conspiración de Valladolid , lugares de la independencia como Guanajuato  donde el capitán Ignacio José allende trato con compañeros  de arma  un gobierno independiente en la nueva   España.

Plan de aprisionar a los  españoles y solicitar ayuda de los Estados Unidos, y apoyo a los criollos desconectados del régimen  de España. Las juntas de Querétaro con la mira de quitar al mando a los europeos y sustituirlos con criollos, Hidalgo aceptando   la jefatura del movimiento,  tenía reputación  de sabio,  era  de ideas   progresistas y tenía muy buena relación con el futuro obispo de Michoacán.

 Se proclamó (el 15 de Julio) un día antes de que llegaran noticias de que José Bonaparte había usurpado el trono, lo formularon dos miembros del cabildo de la ciudad: el síndico José Primo Verdad y el regidor honorario Juan Francisco Azcarate. Este plan era un llamado a la autonomía mediante la creación de un gobierno provisional mexicano que   gobernara en nombre de Fernando VII.

 El segundo plan, que aprobaban la mayor parte de los miembros conservadores de la audiencia y de la élite, sencillamente consistía en esperar y en observar los sucesos de España, y mientras tanto mantener sin alteraciones la forma de gobierno absolutista en Nueva España. El tercer plan (favorecido por otros miembros de la audiencia y de la élite) consistía en reconocer a la Junta de Sevilla como representante legítima del rey ausente. En los siguientes tres meses se luchó por imponer estos tres planes opuestos. Mientras tanto, fracasó la alianza de la élite local y la burguesía y se hizo un énfasis de nuevo en el lugar de nacimiento. Los mexicanos lucharon por aprovechar la parálisis de España y buscar la autonomía. En una reunión del cabildo, el 15 de julio, Azcarate presentó para su discusión un proyecto en el que, en vista de la crisis, le pedía al virrey que asumiera el mando directo del gobierno de Nueva España. En otras palabras propuso la autonomía. El cabildo discutió el asunto el 15 y 16 de julio. Lo aprobó y acordó presentárselo al virrey en la siguiente reunión pública. Durante el debate el regidor Azcarate mantuvo una frecuente e íntima comunicación con el virrey.

El 19 de julio le presentaron la propuesta a Iturrigaray en una reunión. Esta fue notable, entre otras cosas, porque a los regidores, que usaban sus uniformes de gala y llevaban las mazas de su cargo, los honraron con un saludo militar formal cuando entraron y salieron del palacio virreinal. Esta recepción desacostumbrada asombró y alarmo a la audiencia. Los principales partidarios de este plan, que proponía crear una junta provisional para gobernar México, eran criollos. Azcarate, Primo Verdad, y el marqués de Uluapa pertenecían al cabildo de la ciudad; otros partidarios del plan eran los nobles criollos: el marqués de Rayas, el conde de Medina, el conde de Regla y el oidor criollo Jacobo de Villaurrutia (nacido en Santo Domingo) era su más decidido partidario en las discusiones públicas. El ideólogo más radical de la autonomía era un desterrado peruano, el fraile Melchor de Talamantes, confidente del marqués de Uluapa. Talamantes, aunque nunca mencionó el republicanismo en sus escritos, era el principal partidario de convocar a un congreso mexicano que promovería reformas radicales, incluso se encargaría de abolir la Inquisición y los tribunales del fuero eclesiástico, y promover el comercio libre, la minería, la agricultura y las reformas industriales.

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