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La Reforma Agraria en Guatemala de 1952 y sus consecuencias


Enviado por   •  18 de Enero de 2021  •  Ensayo  •  4.398 Palabras (18 Páginas)  •  548 Visitas

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Seminario General de Historia Política II

Entrega final:  La Reforma Agraria en Guatemala de 1952 y sus consecuencias

26 de septiembre de 2020

1.- Introducción

Al llegar al poder ejecutivo de la República de Guatemala en 1951, el Coronel Jacobo Árbenz Guzmán implantó una serie de medidas que, según él, resolverían la problemática que se vivía en el país en esos años. En su discurso inaugural esbozó que su plan de gobierno estaba dirigido a resolver que Guatemala dejara de ser un país dependiente y atrasado económica y políticamente y se convirtiera en un país libre y soberano; el objetivo era modernizarse para beneficiar tanto a las clases altas como a las bajas.

Para lo anterior propuso una serie de reformas en diferentes sectores que el Congreso Nacional discutió y aprobó posteriormente. Salud, vivienda, alimentación y redistribución de tierras fueron algunos rubros que contenía la carpeta de dichas reformas.

La reforma agraria fue la que más generó asperezas al interior y al exterior del país, debido a que representó la eliminación de prácticas económicas, políticas y sociales que habían perdurado durante varias décadas y generado ingentes ganancias para la clase terrateniente.  Como se destaca líneas atrás, la afectación fue tanto para propietarios nacionales, como para extranjeros, principalmente terratenientes congregados en la Asociación General de Agricultores (AGA) y la United Fruit Company (UFCo). Es de destacar que, en principio, la reforma pretendió afectar lo menos posible a los propietarios, pues había planteado indemnizarlos, el problema se suscitó cuando el gobierno propuso tomar como base para las expropiaciones e indemnizaciones el censo agrario de 1950-51, debido a que la mayoría de los terratenientes había registrado menos propiedades de las que verdaderamente tenían, por lo tanto, las expropiaciones iban a ser mayores que las indemnizaciones. Además, buena parte de las tierras no estaban siendo utilizadas.

Otra de las cuestiones por las que la reforma generó asperezas hacia los terratenientes y la UFCo fue que podría ser ejemplo para otros países que vivían la misma situación que Guatemala, como Belice y Honduras; allí la UFCo también tenía amplio dominio.

La respuesta de los terratenientes y de la UFCo no se hizo esperar e inmediatamente actuaron contra el gobierno de Árbenz, por supuesto, ampliamente apoyados por el gobierno de Estados Unidos. Finalmente, el 28 de junio de 1954, Jacobo Árbenz Guzmán fue derrocado por Carlos Castillo Armas y por la CIA. Un mes después, la reforma se echaba para atrás.

2.- Desarrollo

El siguiente ensayo trata de responder la siguiente pregunta de investigación: ¿cómo afectó a los terratenientes la reforma agraria de 1952 en Guatemala?

La hipótesis para dicho trabajo es que la reforma agraria de 1952 afectó a los terratenientes de tres formas: primero, porque el decreto planteó que solo se indemnizarían aquellas propiedades que estaban registradas de manera legal y que hubieran cumplido con todos los requisitos, como el pago de impuestos, etc. El problema fue que muchos terratenientes, para pagar menos impuestos, habían registrado menos tierras que las que realmente tenían, por ende, su aplicación implicaba que perdieran las que no habían registrado.  La segunda afectación se dio porque la reforma también exigió que se aboliera la esclavitud o semiesclavitud, lo que tendría como consecuencia el pago de mejores salarios y un mejor trato de los terratenientes hacia los campesinos.  La tercera afectación fue que los terratenientes y la UFCo consideraron que el proceso guatemalteco podría servir de ejemplo para los países vecinos.

8.1.- Capítulo 1. Antecedentes de la Reforma agraria: de la revolución de 1944 a la promulgación de la reforma.

Después de muchos años de dictadura y de un creciente número de descontentos en el país centroamericano, en 1944, un grupo de revolucionarios encabezados por Jacobo Árbenz Guzmán, Francisco Arana y Jorge Toriello Garrido derrocaron al general Federico Ponce, quien había sucedido previamente al dictador a Jorge Ubico. Después del derrocamiento de Ponce, los revolucionarios establecieron una junta de gobierno provisional que se encargaría de organizar y llevar a cabo las primeras elecciones democráticas en el país.[1]         

        Tal como lo había prometido la junta revolucionaria, las elecciones se llevaron a cabo el 17, 18 y 19 de diciembre de 1944,[2] donde resultó electo como presidente de la República Juan José Arévalo Bermejo, doctor en filosofía y previamente profesor de universidad en Argentina. Tanto el derrocamiento de Ponce como el triunfo de Arévalo fueron posibles no solo por cuestiones internas, sino también externas como la segunda guerra mundial, que mantenía ocupada la atención de los países poderosos. [3] 

        Inmediatamente después del triunfo y establecimiento del gobierno de Arévalo, inició un proceso de cambio importante que tendría su continuación y su radicalización en su sucesor, Jacobo Árbenz Guzmán. Dentro del concepto de la “Nueva Guatemala”, el gobierno de Arévalo propuso apoyar siempre el sistema democrático, la justicia social, la integración de los indígenas a la vida nacional y al desarrollo económico.[4]

        En un decreto que emitió el nuevo gobierno se planteó que “era imperativo afirmar la obra revolucionaria en forma que garantizara los justos anhelos del pueblo para lograr una efectiva libertad política, económica y religiosa y un estado de bienestar social de acuerdo con las exigencias de la época y los postulados de la revolución…cuya finalidad era el establecimiento de formas democráticas de gobierno en Guatemala, jamás puestas en práctica en su totalidad…”[5]

Los puntos antedichos se establecieron en la nueva constitución política que fue adoptada a partir de 1945. Un elemento central que contenía era la propuesta de reforma agraria,[6] considerada como una necesidad para el éxito de la revolución.[7] Asimismo  contenía los siguientes elementos fundamentales para la democracia guatemalteca: 1) descentralización de los poderes del Ejecutivo y efectiva separación de los del Estado; 2) supresión de designados a la presidencia y substitución de éstos por un Vicepresidente; 3) alternabilidad en el poder, aboliendo la reelección y reconociendo al pueblo el derecho de rebelarse cuando se intente; 4) nueva constitución y organización del Ejército, que garantice en forma  efectiva su posición apolítica y le permita desempeñar la función, para que fue instituido, de defender la libertad, la Constitución y la integridad nacional, creando dentro de la nueva organización de éste una garantía efectiva para sus miembros a efecto de que su profesión que instituida bajo bases sólidas que no podrían ser destruidas a capricho del gobernante, quien  no tendrá injerencia en la organización técnica ni profesional del mismo, la cual será delegada en el Consejo Superior del Ejército para obtener así la posición social y profesional que se merece; 5) organización democrática de las municipalidades mediante la elección popular de sus miembros; 6) autonomía efectiva del Poder Judicial; 7) autonomía de la Universidad Nacional; 8) reconocimiento constitucional de los partidos políticos de tendencia democrática, organizados conforme la ley, y representación de las minorías en los cuerpos colegiados  de elección popular; 9) sufragio obligatorio y voto secreto para el hombre analfabeto, limitando su ejercicio a elecciones municipales. Reconocimiento de la ciudadanía a la mujer preparada para ejercerla; 10) efectiva probidad administrativa.[8]

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