La Revolucion Centenaria

En La Revolución Centenaria, se realiza un esbozo y comparación desde finales del siglo XIX hasta iniciado el siglo XX.Parte de una etapa de grandes avances en cuanto a tecnología, comunicación, cultura y su ampliación demográfica. A partir de ello, emerge la noción de progreso, pues la industria ya no solo aparece en el denominado primer mundo, sino que empezó a desarrollarse en los países independientes.La modernidad se configura con este nuevo modelo de estructura en la cual además se notaban grandes rasgos de un proceso urbanizatorio.

La expresión "cambio", define con exactitud a estos siglos.Se notaba una mejora constante en lo referente a la agricultura, comunicación y cultura. De modo que inicia una distinción entre los dos sectores del mundo,la vida intelectual; pues ello brindaba cierto estatus dentro de la sociedad.Se llegaba a este punto con la ayuda de la educación masiva, bajo la supervisión e impulso de las élites.

El autor expone la idea que el progreso se hace más visible cuando aumente la capacidad de producción material,acompañado del incremento en la comunicación. Uno de los beneficios que llevarían los campesinos prósperos, fue la innovación de los grandes almacenes.Este es,sin duda el antecedente de la producción masiva moderna y de la economía de consumo de masas.

Una de las variables del cambio, fue el incremento poblacional. Entre el siglo XIX y XX se nota una ampliación en cada uno de los continentes, pero aquello trae consigo una disminución en el área geográfica. Aquello produjo que con la integración del telégrafo, la comunicación sea mucho más rápida. En 1880 nos encontramos ante un mundo en el cual las diferencias sociales se dan a notar, es decir que la riqueza y la pobreza son categorías que existen en las sociedades estratificadas.

Entonces, aumenta la brecha económica entre las sociedades pobres y ricas. En consecuencia, existen dos sectores con diferentes rasgos en un solo sistema global, los desarrollados y los atrasados. La mayor parte de Europa, se encontraba en el núcleo capitalista de la sociedad burguesa. Esta industria era una superpotencia, más de dos veces superior a la norteamericana. El mercado capitalista dio lugar de esta manera al surgimiento de centros urbanos de gran extensión en donde se encaminaban las relaciones comerciales.

En cuanto a la tecnología, el autor hace notar la importancia del papel que juegan las nuevas invenciones. Inicia con el telégrafo, pues permite una mayor velocidad para intercambiar información por todo el mundo. Se hace evidente un progreso con la sensación del siglo, las locomotoras de ferrocarril. Si bien muy pocos hombres quienes tuvieron un acercamiento con el ferrocarril, la mayoría conoció a la otra novedad del momento, la red de líneas telegráficas.

Hobswawm comenta que el progreso se hace más visible cuando la producción material y la comunicación

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