La Voz De La Pobreza
Enviado por Octavio15 • 13 de Diciembre de 2013 • 1.854 Palabras (8 Páginas) • 241 Visitas
La preocupación por sembrar las bases para el desarrollo sostenible de las comunidades alrededor del mundo es un tema central de la sociedad entera. Ante la urgencia de enfrentar problemas de extrema pobreza, marginación, abuso infantil, explotación de recursos, discriminación y escaso desarrollo, que derivan en la situación de violencia, terrorismo, narcotráfico e inseguridad, que se vive actualmente y que entre otros hacen más compleja la actividad económica, la estabilidad política, el desarrollo de las sociedades y la sustentabilidad del ambiente, tanto los gobiernos, como el sector privado, Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC´s) y la población entera realizan esfuerzos, de forma independiente o a través de alianzas, para contribuir a erradicarlos. Estos esfuerzos pueden representarse a través de recursos que destinan para actividades de servicio comunitario, proveyendo asistencia social o aportando donaciones para aminorar en el corto plazo necesidades urgentes de la población, principalmente de alimentación y salud; y mediante inversiones con el interés de lograr un rendimiento social. Estas últimas se refieren a un conjunto de recursos que se invierten en el desarrollo de acciones y programas para las comunidades marginadas y que viven extrema pobreza con todas las necesidades de servicios básicos insatisfechas, con el propósito de generar las bases para superar estas barreras al desarrollo y lograr poco a poco un progreso propio y sostenido.
Desafortunadamente atender las necesidades de las poblaciones que viven en extrema pobreza y marginación y contribuir a la generación de las bases de su desarrollo, son asuntos por demás complejos, cualquiera pensaría que la dificultad para superar el escaso desarrollo o la inexistencia de éste radica únicamente en la disponibilidad y suficiencia de los recursos físicos, financieros y humanos necesarios para proveer servicios de alimentación, salud, vivienda y educación y saber aprovecharlos. Si bien, muchas veces, tanto gobierno, como OSC´s y empresas aportan los recursos suficientes para apoyar a una o varias comunidades, es común encontrarse con acciones que fracasan desde el punto de vista del inversionista como de la población beneficiaria. Incluso cuando las actividades se enfocan en donaciones o servicios de asistencia, que significaría menor grado de dificultad pues no hay un compromiso de logro de objetivos a largo plazo.
Sin duda toda la sociedad es testigo de estos fracasos o esfuerzos insuficientes, pocos han sido los casos de éxito en el mundo entero, entre las causas que se podrían establecer para la ineficacia de las acciones se puede hablar de falta de enfoque, falta de seguimiento, complejidad de la implementación y por supuesto las barreras naturales y culturales de la población beneficiaria, que involucran prácticas y costumbres arraigadas a veces imposibles de modificar y hacen impenetrable cualquier contribución a la comunidad. Las historias de personas y organizaciones bien intencionadas que han sumado esfuerzos de ayuda para el desarrollo son muchas, sin embargo es común que no se logre ninguna contribución o se pierda el objetivo durante el proceso, pues la mayoría de las veces se ofrecen bienes y servicios que la población beneficiaria realmente no quiere, no conoce o son de necesidad secundaria. (Karlan & Appel: 2011).
Evidentemente es obligatorio entonces hacer una reflexión y darse cuenta que la complicación para lograr resultados, independientemente de los recursos que se disponga, surge de la base sobre la que se parte para diseñar, planear e implementar las acciones, programas y obras con objetivo social. Como toda inversión, acción, obra o contribución de ayuda, habiendo detectado un problema y con la voluntad de atacarlo, se requiere primeramente determinar de manera muy clara a quién y cómo se beneficiará. Esto indudablemente demanda un análisis de la situación de la población beneficiaria que establezca como primer paso un diagnóstico de las necesidades reales a fin de enfocar recursos y definir estrategias direccionadas.
Con los conocimientos y la experiencia del mundo desarrollado, de la gente que promueve los movimientos de ayuda, de las empresas, las OSC´s y los gobiernos resulta fácil establecer la necesidad de realizar un diagnóstico de necesidades reales, lo difícil es llevarlo a cabo de manera concienzuda y sobre todo entender que debe partir de la perspectiva, la opinión y la propia voz de los futuros beneficiarios, aún y cuando ellos se encuentren en el más escaso nivel de desarrollo y en el más alto grado de marginación. La clave para lograr que las inversiones generen un rendimiento social y sirvan para solventar las necesidades básicas de la población de forma inmediata, o bien se aprovechen en la generación de bases para el desarrollo sostenido de las comunidades, está en escuchar las voces de la pobreza de manera directa y sostener miradas hacia los terrenos que habitan las comunidades marginadas. El establecimiento de un contacto directo y sobre todo la construcción de una conexión entre el inversionista y el beneficiario, son dos elementos fundamentales para lograr la efectividad y el impacto de las acciones de política social que los gobiernos, OSC´s, empresas y la sociedad en general pretenden. Es indispensable entonces que al definir estrategias, acciones y programas para contribuir a la reducción de los niveles de marginación y pobreza se piense de manera paralela en la creación y el fortalecimiento de esquemas de participación ciudadana, y en el impulso de líderes al frente de estos proyectos que sean capaces de lograr un acercamiento con la población beneficiaria y al mismo tiempo enlazarla con los intereses de los proveedores del recurso.
En el caso de los programas de la política social de los gobiernos, que tienen la finalidad de contribuir al desarrollo de comunidades marginadas y la reducción de la pobreza, las actividades principalmente están dirigidas a apoyar la generación de un ingreso propio, la construcción de viviendas, la provisión de servicios de drenaje, agua y electricidad,
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