La historia de Roma

La historia de Roma fue determinante para la historia del mundo occidental ya que de ella se han heredado muchas de las instituciones y costumbres que tienen vigencia en la actualidad. Desde la dominación etrusca, pasando por la república, hasta el imperio, Roma absorbió muchos de los aspectos culturales y sociales de los griegos que fueron en parte determinantes para su el establecimiento de su sistema de gobierno basado principalmente en la dirección de los asuntos estatales por parte de un senado que representaba al pueblo y controlaba al ejército. El imperio mantuvo el senado aunque su poder e influencia se vio reducido por el absolutismo del emperador. El advenimiento del cristianismo principalmente en su parte oriental le permitió convertirse con el tiempo en la fe dominante en occidente.

Al principio Roma era una locación en la ribera del Tiber en la península itálica que como la mayoría de las ciudades latinas se hallaba bajo el control de los etruscos quienes habían establecido un sistema de gobierno de carácter monárquico que sometía a toda la región. Por medio de esta dominación Roma tuvo sus primeros acercamientos al mundo helenístico del que heredaría muchas de sus costumbres. El poder etrusco vio su final cuando una revolución por parte de las diferentes ciudades latinas terminó con su hegemonía. Roma inició así su etapa republicana en la que el gobierno y la administración del estado recaía sobre las magistraturas, el senado y las asambleas o comicios populares. La república romana se expandió y gozó de gran bienestar y prosperidad económicos. Su momento de mayor peligro lo representó la amenaza de la ciudad de Cartago que amenazaba a Roma con extender su dominio en el Mediterráneo y la península ibérica hasta la misma península itálica. Las dos ciudades se enfrentan en las guerras púnicas de las que resulta victoriosa Roma, extendiendo así su dominio hasta África y el oriente del Mediterráneo. Con el tiempo la república entró en un periodo de dificultades internas que conllevaron a una influencia mayor de los militares que forman un triunvirato del cual César trata de imponerse como líder absoluto de Roma. Tras el asesinato de César, Octavio se convierte en su sucesor y cambia su nombre por el de Augusto dando indicó al imperio romano.

El imperio conservó muchas de las instituciones creadas en la república, pero su senado perdió influencia real ya que el emperador acaparó casi todos los poderes en su persona. El imperio se expandió mucho más gracias a las conquistas militares de su ejército considerado como el más profesional de la época, llevando las fronteras del imperio tan lejos que era difícil gobernarlo. En la provincia oriental de Judea surge el cristianismo que al centrarse sobre la idea de un solo y verdadero dio supuso una afrenta a la figura del emperador y una muestra abierta de hostilidad hacia las autoridades romanas. El cristianismo

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