La inmigracion en argentina
Enviado por Àngeles Lezcano • 11 de Marzo de 2017 • Resumen • 1.608 Palabras (7 Páginas) • 258 Visitas
Capítulo VI: “La inmigración de masas”
Los rasgos de la segunda inmigración de masas no fueron diferentes de la anterior: “(…) predominaban los hombres jóvenes, de origen rural, llegados a través de mecanismos migratorios principalmente en ‘cadena’”6. Existía el problema del porcentaje de retorno. Entre 1881 y 1910 retornó el 36% de los inmigrantes. La inmigración se vio alentada por una notable expansión de la economía argentina reflejada en la frontera agropecuaria permitió la puesta en producción de millones de hectáreas. Todo el proceso atrajo inversiones extranjeras muy numerosas en el sector de transportes, servicios y finanzas, generando nuevas fuentes de trabajo en la construcción de infraestructuras, desde puertos hasta ferrocarriles, en la edificación urbana y en el sector del comercio. Era la economía la que brindaba el principal incentivo para emigrar a la Argentina y no el Estado.
La primera oleada inmigratoria fue en la década del 1880 hasta la Primera Guerra Mundial. Fueron éstos los años en que emigró mayor número de familias y el porcentaje de retornos fue menos en todo el período estudiado. Desde fines de los setenta, una serie de trabajos y memorias insistía en la necesidad de reorientar la política migratoria consagrada en la ley de 1876, para promover la migración de otros grupos europeos de más avanzada, como los del norte de Europa. Un portavoz de esto era Alberdi. Comenzaron sigilosamente las discriminaciones. Desde William Wheelwright diciendo que un emigrante anglosajón valía por tres del Mediterráneo, pasando por Carlos Calvo sugiriendo la existencia de una correlación entre migración italiana meridional y criminalidad en la Argentina. Entre 1880 y 1886 el 70% de los inmigrantes eran de origen italiano. Entre 1888 y 1890, Argentina intentará bajar este porcentaje subsidiando 134.000 pasajes –idea adoptada de Brasil– para atraer al flujo español, francés, belga y británico.
Sin embargo esta política fracasó, porque muchos aprovechaban el viaje económico, juntaban dinero en Argentina y retornaban. Juan Alsina terminará diciendo que está migración artificial solo atraía a los más débiles, que era necesario volver a la migración espontánea. Más allá de esto, en el 90 se produce la crisis de la lana y con el quiebre de las finanzas el Estado tuvo que poner punto final a las posibilidades de financiar la inmigración.
El debate sobre la inmigración en la década de 1880
Otro de los motivos que fomentaron la negación sobre la migración italiana –además por pertenecer al sur de Europa- era la cantidad de grupos italianos a favor de las leyes laicas del 80’, donde la participación se vio en las manifestaciones de asociaciones mutuales italianas. También parecían una amenaza por su número y su poca disposición a integrarse, dada la fortaleza de sus instituciones étnicas, y su presencia pública organizada en manifestaciones y mítines para celebrar a sus héroes: Mazzini y Garibaldi.
Sarmiento fue uno de los primeros en indignarse ante la poca integración de la comunidad italiana. En 1881 manifiesta “¿qué es eso de querer educar italianamente a los hijos?” decía que la educación no requería etiquetas.
Se quejaba además de que los inmigrantes no se nacionalizaban, y eso les impedía cumplir el rol político que podían garantizar, al menos los italianos, en tanto clase media. Las soluciones propuestas por la elite parecían ser: la política migratoria selectiva, la educación pública, y la nacionalización política de los inmigrantes. Y las pusieron en marcha. El cónsul general argentina dijo en Barcelona en 1885 de poblar Argentina “con personas de nuestra raza”. Se crea una sociedad hispano-argentina protectora de la comunidad inmigrante española, y se llevan estos la mayor cuota de pasajes subsidiados. Luego, el programa de reforma de los planes de estudio de los colegios nacionales, elaborado por el ministro Filemón Posse, hacia fines de los ochenta, para imprimir una carácter nacional a la educación a través de un fuerte peso a la enseñanza de la historia argentina. En 1884, la Ley 1420 crearía la educación universal, laica y obligatoria.
Luego de la crisis de 1890
En 1891, los retornos superaron a los ingresos, y el saldo anual del movimiento migratorio fue negativo en alrededor de 50 mil personas. Muchos inmigrantes empezaron a cambiar de destino: Brasil (en el corto plazo) y EEUU (en el largo). La oleada de imágenes negativas no colaboraba con la restauración del flujo migratorio. Sin embargo, la tierra bajó de precio y se daba una relación ideal entre el valor de la misma y el precio de los bienes producidos.
Decrecía el número de agricultores, y crecían el de jornaleros y los sin profesión (ej. Artesanos). Empezó a perder sentido el Hotel de Inmigrantes y su correspondiente Oficina de Trabajo, ya que los inmigrantes sostenían que su experiencia en el país era financiada por sus paisanos ya instalados, y su ubicación en el mercado de trabajo también se daba por relaciones parentales o de amistades en el país.
En el nivel ocupacional, los inmigrantes estaban presentes en casi todos los rubros. Los italianos eran propietarios del 47% de los conventillos (casa que albergaban más de diez familias) albergando al 45% de todos los inquilinos; los españoles dueños del 10% (albergando a un 9%), y los francés dueños del 6%, albergando la misma cantidad que los españoles. Ante el problema de cómo integrar a los inmigrantes, la revolución radical de 1893 juntó a muchas comunidades de colonos europeos, y meses antes la protesta de los alemanes en Humboldt fue cooperada por franceses e italianos. Las comunidades, en su mayoría, compartían la inconformidad con el Estado que era visto como promotor de un conjunto de arbitrariedades afectando la vida cotidiana de los colonos.
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